𝟙𝟚. (+18)

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El celular de Luna comenzó a sonar, sacándolos de su ensoñación en dónde se besaban. Rápidamente se separaron y Nico le tendió una mano a ella para ayudarla a levantarse.

Luna buscó rápidamente en su cartera el teléfono y atendió la llamada.

— Hola amor —dijo ella, Nico la observaba— No, fui a la cafetería un rato... Estoy en lo de Camila... Si, si, no te preocupes, te aviso cuando llegue. Chau, sí, te amo, chau.

Nico la vió cortar y entonces se cruzó de brazos.

— ¿Una amiga? —dijo alzando una ceja.

— Si le decía que estoy con vos se muere de celos —se excuso Luna.

— ¿Y te parece que está bien?

— No, pero Roma no se construyó en un día, vamos a ir de a poco —le explicó ella, Nico dejo escapar una sonrisa triste— Debería irme a casa.

— Vamos —dijo él, buscando las llaves del auto.

Nico dejó a Luna en su casa y se sintió vacío cuando volvió a la suya. De repente, ahora se llamaba Camila... ¿Cómo podía ser posible que Luna tuviera que mentir acerca de con quién estaba? Él era inofensivo... ¿O no?

En realidad no. Estaba esperando la más mínima oportunidad para tener a Luna en sus brazos, de sentirla cerca, de tocarla... Casi se habían besado pero sabía que ella era fiel, que jamás, por ningún motivo, engañaría a Exequiel. Es más, cuando Nico y Luna estaban "juntos" jamás le había hablado de alguien o incluso enamorado de otra persona. Le había sido fiel aunque no eran nada. Y él también.

La noche llegó y Nico se recostó en su cama, pensando en la tarde que había pasado con ella. Se tocó los labios, sintiendo todavía el aliento de Luna sobre ellos.

Entonces comenzó a imaginar que le quitaba cada ropa que ella llevaba puesta, dejando besos por todas partes, acariciando su piel desnuda. Imagino cómo podía llegar a hacerle todas las cosas sucias que pasaban por su cabeza, con cada embestida llegando a lo más profundo de Luna.

El jugador rápidamente se excitó, imaginando el cuerpo de ella encima de él. Llevó sus manos a sus pantalones, jugando con su miembro por encima de la ropa. Cerró los ojos y pensó en ella, en sus labios, en sus pechos, en sus muslos, sus glúteos... llevó sus manos dentro su ropa interior y comenzó a masturbarse pensando en Luna, con cada movimiento imaginándose dentro de ella.

Si cerraba los ojos con mucha fuerza podía verla gimiendo su nombre, jadeando por más. Quería que le pidiera más.

Finalmente, llegó al orgasmo con una breve sacudida del cuerpo. Sintió un poco de culpa y pudor por pensar en ella de esa manera, pero la deseaba, la quería con él.

Se dirigió al baño para limpiarse, puteando por lo bajo. Lo odiaba, odiaba a Changuito, odiaba todo. Pero intentó quedarse con esa imagen, la de ella besándolo, sintiéndola cerca.

Le costó conciliar el sueño, incluso cuando estaba extremadamente cansado.

Por otro lado, Luna estaba experimentando los mismos sentimientos que el jugador. Estaba en su cama, mirando al techo, pensando en los labios de Nico cerca de los suyos, con la sensación de mariposas dentro de su estómago.

Y también, al igual que Nico, rápidamente comenzó a excitarse. Es que ella también pensaba en el cuerpo desnudo de Nico, lo imaginaba dentro suyo, empujando su miembro con fuerza mientras le agarraba los pechos y apretaba su cintura.

Llevo una mano a su intimidad, cerrando los ojos mientras pensaba en él. Lo quería cerca, meterse debajo de su piel, besarlo hasta dejarle los labios rojos e hinchados. Quería succionar su miembro hasta que el jugador acabará en su boca.

𝒰𝓃𝒶 𝒷𝒶𝓁𝒶 | Nico Figal (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora