22. Justicia para Sergey

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Sergey tomó el crucifijo que colgaba de su cuello con su mano y soltó un suspiro, llamando a un recuerdo.

Flash Back
Un día antes del incidente de Emma

Emma recibió una llamada por celular y al colgar comenzó a llorar. Sergey que se encontraba junto a ella la abrazó.

—¿Qué sucedió amor?
—Mi abuela... —alcanzó a decir para continuar llorando.

Sergey se quedó en silencio abrazándola y mostrándole su apoyo. Cuando la chica se desahogó, sorbió su nariz y se separó levemente.

—Tengo que apoyar a mamá.
—¿Quieres que vaya contigo? —se apresuró a decir— le puedo pedir el auto a mi abuela Yulia.
—No lo tomes a mal, pero no me parece conveniente en este momento...
—Entiendo —dijo él tomándola de las mejillas— me marcas al celular y paso por ti ¿De acuerdo?
—No te preocupes, no tardaré. Quédate tranquilo, cualquier cosa le marco a tu abuela.

Emma se dirigió a la mesita de noche y abrió el primer cajón. Sacó una pequeña caja una cadena con un colgante de crucifijo y se la colocó al chico.

—Mientras no esté cerca, él te cuidará por mí. Prométeme que no te la quitarás.
—Está bien, cariño.

Sergey salió de la habitación para darle privacidad a su novia. Esta se cambió rápidamente y se fue por sus propios medios.

Fin del Flash Back

—Ya veo. Ahora entiendo por qué ni mis abuelas ni Emma me hablaban por celular en los últimos días.
—Tuvimos que hacer todo eso, ese hombre buscaría provocarte y tú ibas a caer, es una reacción natural. Querías proteger a los que amas, a costa de tu propia vida.
—Ya no quería seguir huyendo, tío. No niego que estaba muy asustado por lo que pudiera pasar, pero fue como si dejara de importarme lo que pasara conmigo. Me duele no haber protegido a Emma. No me voy a perdonar por eso.
—Eso sí nos sorprendió a todos, no lo vimos venir. No previnimos esa situación. En ese momento todo fue muy confuso por la muerte de su abuela. No tienes por qué culparte, hijo. Fue algo lamentable que se nos escapó de las manos.

Sergey se mantuvo en silencio. No era fácil para él lidiar con una culpa más, pero debía ser fuerte. Emma lo necesitaría para reponerse después de lo que le habían hecho.

—Ya regreso, tío. Me gustaría pedirte un favor...

Sergey se levantó para ir al baño mientras Nicolay pedía la cuenta. Una vez que pagó, sacó su celular mientras esperaba al chico regresar.

—Nicolay —dijo la pelirroja con voz angustiosa.
—Elena, lo hicimos. Sergey está conmigo y está a salvo. Todo va a estar bien.
—Gracias a Dios —exclamó esta vez la morena aliviada— necesito que lo traigas o dime dónde están y voy por él.
—Tranquilas, él me pidió que lo lleve a la clínica y luego las verá a ustedes. Nos pueden alcanzar allá.
—Está bien Nico, nos vemos allá.

En el Hospital Clínico Leninskij

Emma se encontraba hospitalizada en la misma habitación. Le tuvieron que colocar un sedante ya que al darle la noticia de que había perdido a su bebé, se alteró demasiado. Había permanecido toda la mañana dormida.

Sergey habló con su prima, quien lo escoltó hasta la habitación de la chica. En vista de que era menor de edad no podía estar allí sin alguna de sus abuelas. Violet habló con el médico residente para informar que era un situación inusual y le dijo que ella asumiría cualquier responsabilidad al respecto.

Los secretos de familia se ocultan en casa: justicia para Sergey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora