Luz de mi vida. (Ghost) Call of duty

Hasta que la muerte nos separe

El teniente abrió los ojos de nuevo, la medicación hacía que no pudiera parar de dormir, quizás estaba durmiendo en esos días lo que no había dormido en años.

Rodó los ojos al escuchar esa canción de nuevo.

Mamma mia. Otra vez. Leah y Babi veían esa película todos los santos días sin excepción. Era la única que tenían en DVD y que podían ver en mitad de la nada, pues no había cobertura suficiente para usar internet para ver alguna película online.

-Joder...-se quejó escuchando la melodía de "Lay all your love on me" de nuevo.

Gruñó ligeramente y resopló. El adulto miró hacia la puerta y cogió su máscara para ponérsela de nuevo, sabía que todas las enfermeras estarían sentadas delante de la televisión mirando la película como si se tratara de algo increíble, apenas parpadeaban, como si esa película las hubiera hipnotizado.

-¡¡Babi!! !Babi! ¡Tengo que ir al baño!

No tenía que ir, pero así al menos pararían la película en lo que la enfermera lo llevaba hasta el cuarto de baño. La joven resopló abriendo la puerta.

-¿Porque siempre me llamas a mí? Leah también está ahí.-se quejó la joven mientras le ayudaba a levantarse.

-Claro, eso estaba pensando.-dijo con sarcasmo.

-Te voy a traer una palangana.-admitió la joven mientras caminaban hasta el baño.

-No pienso mear en una palangana.

-¡Eres peor que los niños que tenía en la guardería!

El teniente gruñó de nuevo, la joven lo llevó hasta el baño donde aprovechó para lavarse la cara y afeitarse. No le gustaba dejarse la barba pues sentía que se le enredaba en la máscara. Cuando terminó abrió la puerta y la banda sonora de Mamma mia volvió a sonar. Resopló y caminó colocándose la mano sobre la herida la cual seguía curando.

-¿Podemos ver otra cosa?-preguntó el adulto.

Babi se puso de pie y se acercó hasta él para ayudarle a llegar hasta el pequeño sofá donde se sentó con cuidado para que su herida no se abriese.

-Cuando acabe.-prometió la joven.

Ghost cruzó los brazos sobre el pecho y miró el pequeño televisor, un día más viendo la misma película, otra vez.

Por fin sonó: Thank you for the music, dando fin a la dichosa película, el teniente pensó que si tenía que volver a verla no volvería a pisar Grecia nunca en la vida.

-¿La vemos de nuevo?-preguntó Leah.

-No.-respondió Ghost.

-No hay mucho más que ver.-dijo Babi mientras se levantaba para rebuscar entre los CDs, aunque la mayoría eran de música.

-Cualquier cosa menos Mamma mia.-se quejó el adulto.

No es que Ghost odiara la película, pensaba que estaba bien. Y le gustaba lo ilusionada que estaba Babi cada vez que la veía, pero no quería llegar a odiar la película. Algo que ocurriría si volvía a ver aquel CD de nuevo.

-Oh dios... ¡¡Mío!!-gritó la joven sacando un CD de la caja.

-¿Qué es eso?-preguntó Leah desde el otro extremo del sofá.

-¡¡La décimo quinta temporada de las Kardashians!! ¿Cómo ha llegado esto aquí?

El teniente comprobó su lema una vez más. Siempre había algo peor, incluso cuando no parecía existir nada peor, la vida volvía a sorprenderle de nuevo. La pelirroja se acercó rápidamente abriendo los ojos como platos. Las dos saltaron emocionadas.