Luz de mi vida. (Ghost) Call of duty

Cuando éramos jóvenes

Después de investigar por la ciudad y buscar sin demasiada suerte pistas sobre el teniente, decidieron volver antes de lo previsto a la base. 

Soap y  Ghost caminaban delante del grupo, era común para ellos estar siempre juntos, a veces lo hacían sin darse cuenta, caminaban hasta acabar al lado del otro. 

-¿Qué harás cuando llegues a casa? ¿Irá Babi contigo?-preguntó el escocés mientras caminaba.

-No lo creo. Me dijo que se quedaría en casa de su hermana. De Sophie.-especificó. 

El sargento asintió con la cabeza mientras cruzaba los brazos sobre el pecho para caminar de forma más cómoda. Giró la cabeza hasta él y cogió aire.

-¿No le ofrecerás que viva contigo?-preguntó.-¿No quieres vivir con una mujer?-bromeó.

-Ha dicho que irá con Sophie.-repitió el teniente, el cual empezaba a molestarse por la insistencia de su sargento.

-No creo que sea ella la que te diga de ir a tu casa, teniente. Pero quizás si se lo ofrecieras ella dirá que sí.-explicó el más joven sin rodeos. 

Ghost se sorprendió, simplemente, no lo había pensado. No había pensado demasiado en volver a casa tampoco, nunca lo hacía. Sabía que una vez en casa no hacía más que ir al trabajo, a casa y cuando sus compañeros de trabajo le insistían lo suficiente iría a algún pub o bar. Sin más. Hasta la siguiente misión, llevaba años así. 

-Mhm.-respondió. 

Cuando el adulto abrió la puerta de la base, se dio cuenta de que el seguro no estaba puesto. Miró hacia el frente y se sorprendió al ver a Babi apoyada en la pared. Llevaba algo colorido en la mano. Tenía una postura como un soldado escondido para atacar. Subió una ceja y la joven se giró hasta él. 

El teniente se dio cuenta de que lo llevaba entre sus manos no era más que una pistola de agua. Su despiste hizo que un niño, el cual reconocieron, pues era uno de los de la escuela cercana donde Babi se escapó, salió de su escondite y la llenó de agua.

La rubia se miró el uniforme empapado y frunció el ceño.

-¡¡Eh!! Eso no es justo, Jordan.-se quejó mirándose.

Otro niño salió de la enfermería y también la llenó de agua. La joven intentó cubrirse, pronto salieron dos niños más de los pasillos. La llenaron de agua y luego corrieron a abrazarla. 

El capitán Price dio un par de pasos adelante y se llevó las manos a las caderas subiendo una ceja.

-Señorita Miller. ¿Algo que explicar?

Los niños se escondieron detrás de la enfermera, quién tragó saliva, se secó la cara con el brazo y cogió aire.

-Capitán... Eh... Vinieron esta mañana, tenían mucha hambre y... Les di las sobras. Encontré las pistolas de agua en un puesto cercano. Pero ya se iban.-explicó mirando al capitán con inocencia, algo que había descubierto que era bastante efectivo.

El capitán subió de nuevo una ceja y agarró su chaleco antibalas con ambas manos. Soap y Ghost seguían detrás de él, simplemente observando lo que hacía.

-¿Ya os íbais?-preguntó el capitán a los niños. 

Los niños estaban escondidos detrás del cuerpo de la enfermera mientras la abrazaban. Uno de ellos, el que parecía más pequeño que todos asintió con la cabeza como un cachorrillo asustado. El Capitán le dedicó una pequeña sonrisa y le dio unos golpecitos en la cabeza.

-Bien.-dijo finalmente el adulto.-Tengo que hacer unas llamadas, Gaz, llévalos cuando terminen de nuevo a la escuela.

-Afirmativo, señor.-respondió el sargento.