Supongo que este es el final

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Apenas podía pensar.

Sí, su marido la había golpeado tanto que apenas podía andar al día siguiente.

Pero aquello fue algo inimaginable. Tanto que apenas lo recordaba. Tenía leves imágenes en su cabeza. Fuego, electricidad gracias a dos cables sin protección, un cinturón usado como un látigo, incluso sintió como uno llegó a usar sus dientes como tortura dejando un mordisco en su brazo izquierdo.

Pero justo en un segundo, todo dejó de dolor. Ya nada picaba, nada escocía, nada importaba. Había silencio.

Una leve nana de fondo, sentía como la mecían. Era un bebé de nuevo. En brazos de su madre quien con el más profundo y puro de los amores la cuidaba con ternura.

-Ma douce, Babi. Tu es déjà avec maman.-susurró su madre en su idioma natal la cual la joven se había arrepentido toda la vida de no haber aprendido cuando tuvo la oportunidad.

(Mi dulce Babi, ya estás con mamá)

Simon se preparaba para salir. Había registros en sus cuentas, había sacado recientemente mucho dinero en efectivo lo cual solo solía ser para una cosa. Comprar algo ilegal. No parecía ser dinero para ninguno de sus negocios principales, pues para eso contaba con fondos suficientes en sus cajas fuertes. Cuando se sacaba esa cantidad de dinero solo era para una cosa. Comprar algo que estaba realmente prohibido, algo moralmente incorrecto.
En el mejor de los casos, Boss lo habría hecho para comprar animales en peligro de extinción para tenerlos como mascota, algo que ya había hecho en el pasado. Pero todos dudaban de aquella idea. Solo había una manera de averiguarlo.

Simon cogió sus armas y agarró su chaleco antibalas. Metió la pequeña medallita de nuevo antes de ponérselo.

-Simon.

Se giró sobre sus talones para ver al capitán, el cual parecía más serio que de costumbre. Y no era el tipo de seriedad que utilizaba en las misiones importantes, sino la seriedad que el capitán empleaba para hablar de algún tema incómodo.

-Capitán.-respondió el teniente.-¿Salimos ya?

Price asintió con la cabeza y dio un par de pasos adelante colocando una mano sobre su hombro.

-Sí. Pero quiero hablar contigo.

-No deberíamos perder el tiempo.-insistió Ghost.

-Solo será un momento, quiero preguntarte algo.-Simon no respondió, por lo que el capitán siguió con su conversación.-¿Y si no está allí?

El teniente parpadeó detrás de su temible máscara y colocó los hombros en su sitio cogiendo aire.

-Seguiremos buscando.-dijo, el teniente no era una persona paciente.

-No me refiero a eso, hijo. ¿Qué harás si cuando lleguemos ella ya.... No está? ¿Si está muerta? No me malinterpretes, quiero encontrar a las chicas, igual que tú. Pero ese tipo de chicas... En este mundo... No duran mucho, Ghost.

Eso hizo que el teniente se tensara. Price no solía ser pesimista y quizás estaba volcando en él sus propias inseguridades. Pero eso no dejaría que lo acobardara, por lo que Ghost cogió aire de nuevo.

-Entonces deberíamos darnos prisas para evitar encontrarlas sin vida.-escupió Ghost.

Y Price finalmente asintió. En el fondo de su corazón, no podía olvidar su pasado, lo cual siempre se mostraba en el presente como un deja vù. Pero intentaría que su historia no salpicase a su nueva misión.

Todo el equipo caminó hacia los coches. Los vehículos iban llenos hasta arriba, sin casi ni un sitio libre. Solo los más heridos se quedaron en la base. Pero nadie quería perderse aquella misión.

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⏰ Última actualización: Jan 05 ⏰

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Luz de mi vida. (Ghost) Call of dutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora