I wanna be yours

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Advertencia: Este capítulo contiene: Contenido adulto.

El sol brillaba con fuerza de nuevo, iniciando un nuevo día en Zimbabue. Leah y Babi se encontraban en la enfermería ordenando uno de los armarios, siempre buscaban algo que hacer para que las horas pasasen más rápido. 

Las dos se giraron para el ver el cuerpo de Ghost detrás de ella, a la rubia se le escapó una sonrisilla nerviosa y se mordió la mejilla por dentro.

-¿Podemos ayudarle en algo, teniente?-preguntó Babi con actitud inocente. 

-Vengo a por mi analgésico. El que usted me recetó, enfermera.-respondió el adulto cruzando los brazos por encima del pecho, él también sonreía ligeramente, pero no podía verse gracias a su máscara. 

La joven se bajó de la encimera donde las dos se encontraban limpiando el armario. La pelirroja subió una ceja mientras los observaba. Siempre había habido una química entre Ghost y Babi, todo el mundo se daba cuenta de ello y cuchicheaban al respecto. Pero ese día aquella química era como ver un espectáculo de fuegos artificiales. 

-Claro, está preparado.-dijo la joven acercándose hasta el cuartillo donde guardaban las pastillas. 

Miró algunos cajones en los armaritos, del cuartillo donde guardaban el material. Se giró al escuchar la puerta cerrarse. Ghost se acercó a ella, apenas cabían los dos en el diminuto cuartillo. Sus manos se colocaron en su cintura y la hicieron girar totalmente hasta acabar frente a ella. Se levantó la máscara y se acercó a ella rápidamente besando sus labios con más pasión de la que ninguno de los dos se esperaba. 

La joven colocó una mano en su mejilla y sonrió mientras le correspondía el beso. 

-Simon...-susurró en sus labios.-Nos van a oir.-susurró de nuevo alejándose lentamente.

-Me da igual.-respondió abrazando su cuerpo con fuerza.

Siguieron besándose durante algunos segundos, la joven tuvo que alejarse lentamente para coger aire. Qué diferente era todo, sentía un cosquilleo en el estómago que viajaba hasta la parte baja de su vientre. Sentir sus manos sobre ella la había sentir como en una nube. 

La noche anterior cada uno durmió en su cama y en su habitación. Pero los dos empezaban a pensar que no volverían a hacer eso si seguían besándose de aquella manera. La joven subió los ojos de nuevo en actitud inocente. 

-Leah me está esperando, teniente.-susurró la joven y se mordió el labio. 

-Tienes un fetiche con lo de teniente. ¿No?-respondió el militar bajándose de nuevo la máscara y dándose la vuelta. 

La joven rio ligeramente y le dio un pellizco en el glúteo. Simon se giró rápidamente como un gato al que le habían tirado de la cola. Ella rio y le dio el analgésico.

-Yo no he sido.-mintió la joven con voz inocente.

El militar agarró la pastilla y la señaló con el dedo.

-Te vas a enterar.-dijo en un susurro y en tono jugueton antes de salir de la enfermería. 

Finalmente la joven volvió ala encimera para seguir trabajando con su compañera. Esta la miró por el rabillo del ojo y sonrió.

-¿Tienes algo que contarme?-preguntó Leah mientras subía y bajaba las cejas.

-¿Yo? No sé porque lo dices...-respondió la joven sin poder ocultar la sonrisa de sus labios.

Todo había pasado demasiado rápido, por lo que no quería ir contándoselo a todo el mundo, pero no recordaba cuando había sido así de feliz. Probablemente nunca lo había sido hablando de una pareja.

Luz de mi vida. (Ghost) Call of dutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora