Misión

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La tranquilidad de la misión no tardó en desaparecer con una llamada de Laswell, y las vacaciones en Zimbabue se transformaron en una misión de rescate. Price no quería que reinase el pánico por lo que mantuvo la información en secreto.

Las reuniones en el despacho del capitán eran cada vez más largas y tensas. Donde todo el mundo daba una idea distinta, hasta que finalmente todos parecieron llegar a la misma conclusión.

-Hay dos guardias de noche y cuatro de día.-recopiló el capitán.

-Atacamos de noche.-dijo Ghost.

Y esa era la opción que todos contemplaban, pero Price se acarició la barbilla y suspiró.

-No es tan fácil. Esto no deja de ser una ciudad, hay civiles por todas partes, no podemos abrir fuego como si nada. Nosotros no.-suspiró el capitán.

-Entonces los atacamos en silencio.-propuso Gaz.

-Nos verían por las cámaras y matarían al coronel.-dijo Price, quien ya había pensado en todas las opciones posibles.

-¿Y si utilizamos un cebo?-propuso el sargento Soap.

-¿Qué cebo propones?-preguntó el capitán, pues quizás esa era la única idea que de verdad funcionaría.

El grupo giró la cabeza hasta la puerta al oír como llamaban. Después de que el capitán diera permiso la madera se abrió y aparecieron las dos enfermeras más jóvenes junto a una gran bandeja de galletas recién horneadas, el olor era realmente embriagador.

-Oímos que estabais aquí y... Hemos hecho galletas.-dijo la pelirroja sonriendo.

-Son de chocolate.-explicó la rubia.

Los hombres sonrieron con entusiasmo, las chicas repartieron las galletas y después de una conversación trivial se fueron de la oficina. El sargento Soap y el capitán se miraron el uno al otro y finalmente asintieron. Ghost los observó, como si pudiera leerles la mente.

-Creo que ya lo tenemos.-dijo Price dándole un mordisco a su galleta.

-¿El qué?-preguntó Gaz.

-El cebo.-respondió.


Esa misma noche las chicas estaban vestidas como unas turistas normales, ambas escuchaban atentamente las indicaciones del capitán. Babi sentía una bola en el estómago, estaba asustada, pero Leah, quien era mil veces más valiente que ella ya había dicho que sí antes de que ella pudiera pensárselo, por lo que no le quedó más opción que estar de acuerdo. No la dejaría sola en eso.

-No sois soldados, así que no intentéis atacar, nosotros os vigilaremos de cerca y interectuaremos, no os pongáis nerviosas.-explicó el adulto.

-¿Y si la cosa se descontrola?-preguntó Leah.

-Os llevaremos a un lugar seguro.-respondió Price, el adulto colocó dos fotografías sobre la mesa y las jóvenes las observaron.-Estos son los tipos que tenéis que buscar, quedáos con su cara. Solo tenéis que entretenerlos por un rato. Ah, y fingid acento ruso.-explicó.

-¿Porqué?-preguntó Babi levantando una ceja.

-Por que a esos dos les encantan las rusas.-dijo Soap cruzando los brazos.

Las enfermeras se miraron durante unos segundos y finalmente volvieron al mirar al equipo.

-Pero nosotras no somos rusas.-dijo la pelirroja.

-Pero lo parecéis, es lo único que importa.-explicó Gaz.


Junto antes de salir, Ghost colocaba un cable a través de la espalda de la rubia, este acababa en un auricular y en una pequeña batería en el otro lado la cual colocó en su bolsillo de atrás del pantalón.

Luz de mi vida. (Ghost) Call of dutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora