Girls just wanna have fun

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Las luces del club parpadeaban. La mayoría de las luces eran de un color púrpura oscuro. Que hacía que apenas pudieras reconocer a nadie. La música era tan fuerte que casi no podías oír tus propios pensamientos. Quizás esa fuera la idea después de todo.

La joven entró a aquel club y miró alrededor. La gente se chocaba una con otra. El humo de los vapers hacía que todo fuera aún más confuso.

Los ojos de la joven recorrieron la discoteca. Miró hacia arriba. Unas pequeñas escaleras diferenciaba las mesas privadas de la pista de baile. Ella se encontraba en la pista Sus ojos recorrieron las mesas. Su vestido negro pegado hacia que varios hombres la mirasen. Su pelo era corto, por los hombros en un bob style. De color marrón oscuro, que casi parecía negro con aquella luz.

Sus ojos miraron hacia arriba para encontrarse con los de un hombre. De hecho, no podía ver más que sus ojos. Pues su pasamontañas no dejaba ver su rostro. Ni siquiera sus cejas, como si su rostro no tuviera ningún tipo de expresión, pero gracias a su postura corporal, la joven podía decir que estaba frunciendo el ceño. Podía imaginarse a ese hombre con el ceño siempre fruncido. Se miraron mutuamente por un tiempo. Él la seguía mirando mientras se levantaba su máscara para beber un sorbo de lo que parecía un whisky.

La chica sintió como alguien la agarraba del brazo con suavidad.

-Babi, creo que es mejor si nos vamos.

Dijo Mielle, su mejor amiga de la universidad. Sus ojos marrón oscuro no la miraban a ella, sino a una esquina del club. Y no mostraban más que preocupación.

-¿Qué? Acabamos de llegar?- respondió Babi algo enfadada.

Mielle era su nueva compañera de piso, y había insistido muchísimo en ir a aquel club como para marcharse tan rápido. A Babi le había costado mucho trabajo ponerse ese vestido, maquillarse y acceder para salir. Sabía todo lo que arriesgaba saliendo a un club.

-Lo sé.- dijo. Sonaba preocupada y sus ojos no la miraban.

Los ojos de Babi miraron hacia atrás. Entonces entendió porqué Mielle estaba tan preocupada. Derek estaba allí. Llevaba una camiseta blanca que resaltaba su tono de piel. Su pelo castaño claro estaba peinado hacia atrás como de costumbre, agradeció ver a su lado a uno de sus compañeros de trabajo y no a su hermano o a alguien que también pudiera reconocerla.

-Mierda- maldijo Babi.

-Te lo dije.- dijo Mielle.- Tenemos que irnos.

Como si buscara su ayuda, volvió a mirar hacia arriba. Aquel misterioso hombre de la máscara con el dibujo de un esqueleto sobre la tela la seguía observando. Pero al sentir como sus miradas conectaban, el hombre miró hacia su amigo. Un hombre joven con ojos claros y una pequeña cresta.

-Sí.- Babi dijo e intentó darse la vuelta, pero Mielle lo impidió.

-No, está muy cerca, vamos a la barra.

Mielle tiró de ella hasta la barra y ambas de sentaron en un taburete dando la espalda a la puerta. El camarero las miró y sonrió.

-¿Qué necesitáis?- preguntó el joven de manera amable. -Mielle, ¿Cuánto tiempo?- preguntó reconociendo a Mielle.

-No el suficiente.-dijo ella rodando los ojos.

Babi observó al camarero, era uno de los ligues de Mielle. Era increíble cómo su amiga saltaba de relación en relación sin apenas pestañear. Siempre tenía muchos pretendientes a su alrededor.

El camarero colocó dos mojitos recién hechos delante de las chicas. Mielle lo miró para protestar, no se habían dado cuenta de que el chico estaba preparándoles un par de bebidas, los ojos de las chicas estaban demasiado ocupados vigilando que Derek no se acercase demasiado.
El camarero solo guiñó un ojo antes de pasar a atender a otros clientes.

Luz de mi vida. (Ghost) Call of dutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora