La protagonista secundaria desfavorecida quiere ser la única consentida (H)

Capítulo 15: Mimosidad

Después de cambiarse de ropa, Yan Wei salió del baño y se dio cuenta de que Qin Yan también se había cambiado de ropa. Llevaba pantalones negros y una camiseta blanca, despojándose de su aspecto serio y formal. Este Qin Yan lucía relajado y perezoso. Yan Wei pisó los pies de Qin Yan descalza y él la abrazó naturalmente. Yan Wei rodeó el cuello de Qin Yan y dijo:

── Te ves mucho más joven sin llevar traje.

── ¿Estás insinuando que soy viejo?── Qin Yan apretó los labios, sus pupilas negras se contrajeron ligeramente. Yan Wei rió suavemente y besó el rostro de Qin Yan.

── Tengo solo 21 años, pero tú ya tienes 31. Para mí, eres como el tío Qin.

── Entonces, ¿por qué no me llamaste tío Qin cuando te hice llorar, en lugar de llamarme esposo?── Yan Wei tapó la boca de Qin Yan.

Maldito hombre lascivo, solo dice cosas obscenas.

── Cierra la boca.── Yan Wei mordió el labio inferior de Qin Yan y luego se separó de él. Yan Wei se puso unas chanclas.

Qin Yan también llevaba chanclas, pero un número más grande que las de Yan Wei.

── Si me dices que cierre la boca, entonces me callo. No es bueno para mi dignidad.── dijo Qin Yan mientras mordisqueaba el lóbulo de la oreja de Yan Wei. El rostro de Yan Wei se sonrojó y le lanzó una mirada a Qin Yan.

── Siempre me estás molestando.

Qin Yan besó los ojos de Yan Wei y susurró en voz baja: ── ¿Quieres comer barbacoa o no?

Yan Wei se rió entre lágrimas y tomó la mano de Qin Yan para salir.

La playa por la noche estaba fresca, el viento marino aullaba y soplaba el cabello de Yan Wei hacia atrás. Yan Wei corría hacia la orilla del mar y se quitaba las chanclas en cuanto llegaba a la playa. Pisaba descalza la arena y saltaba y bailaba sobre las olas, sin importar si el agua marina mojaba su vestido.

Después de caminar un rato, Yan Wei percibió el delicioso aroma de la barbacoa. Ella tomó la mano de Qin Yan y lo guió hacia allí, mientras él sostenía sus chanclas en una mano.

── Yan Ye.── Qin Yan asintió con la cabeza, indicando con la mirada que él se iría. En la mesa ya había muchas cosas asadas, como muslos de pollo, alitas de pollo, maíz, ajo chino, pinchos de carne, entre otros. Yan Wei tomó un par de alitas de pollo, dio un mordisco y sabían deliciosas. Sus ojos se iluminaron y luego ofreció una alita de pollo a Qin Yan, colocándola cerca de su boca.

── Prueba, el sabor es realmente increíble.

Qin Yan se comió toda la alita de un solo bocado y luego escupió el hueso entero.

Yan Wei: ...

Luego, Yan Wei probó todas las demás variedades, mordiendo un poco y luego ofreciéndoselo a Qin Yan. Él se las comía todas de un solo trago.

Hasta la sexta porción, Yan Wei se molestó y comenzó a morder y patear a Qin Yan.

── Maldito, ¿no puedes tomar una porción por ti mismo? ¿Tienes que comer lo que he mordido? ¿Es que sabe especialmente dulce cuando lo muerdo?

── Parece que Wei Wei tiene una idea precisa de sí misma.── la actitud descarada de Qin Yan dejó a Yan Wei sin palabras.

── Señor Qin, por favor, define tu posición correctamente. Eres el CEO, no deberías ser tan perro.── Yan Wei cruzó los brazos, mientras la sonrisa de Qin Yan se intensificaba y señalaba con su dedo en la nariz de Yan Wei.

── No insultes.

La voz suave como una brisa que acaricia, Yan Wei sintió su rostro arder y su corazón latir.

Oh, no importa lo demás, la voz de Qin Yan era un arma poderosa para ella.

Después de comer la barbacoa, Yan Wei se sintió satisfecha después de sólo unas pocas porciones. Qin Yan en sí no estaba particularmente interesado en la barbacoa, disfrutaba principalmente del proceso de competir con Yan Wei.

Yan Wei tomó un poco de agua y Qin Yan la llevó de la mano hacia la playa. Caminaron descalzos sobre la arena, y algunas piedrecillas les quemaban ligeramente los pies.

Después de un rato, Yan Wei se quejó de que le dolían los pies y se agarró al brazo de Qin Yan, negándose a seguir caminando.

Qin Yan se agachó a medias en el suelo y le hizo un gesto a Yan Wei. Ella saltó felizmente sobre la espalda de Qin Yan, despreciando en silencio la fragilidad de su propio cuerpo. Aunque era frágil, no había duda de que le gustaba.