Capitulo 17: "Principessa"

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Fueron llevadas a una de las viviendas dispuesta en la residencia Denaro, aunque es una de las más lejanas a la mansión. En la habitación donde están pueden ver a la perfección todo el movimiento así como las personas que entran y salen de allí.

Desde el día que llegaron allí, no volvieron a ser llevadas al club y solo las dejaron en la casa, sin más compañía que las cuatro mujeres que si trabajan en la mansión.
Sin acceso al mundo exterior, sin la posibilidad de poder contactar a su familia o a los chicos pero la verdad es que temen por las vidas de ellos ya que se ven amenazadas desde todos los ángulos posibles, como si no tuvieran ni una salida...

Beth, termina de preparar un té a Isabella antes de que las mujeres regresen ya que la noche cayó y es el momento en el que sus labores terminan porque según saben, los hermanos Denaro no pasan la noche allí.

La joven le acerca la tasa de café, viendola cada día más desanimada; lo nota en su semblante, su mirada perdida y su peligrosa falta de apetito.
- Isa...- Murmura, - Necesito que te recuperes de esto...

- Hoy es el día en el que estaríamos llegando a Los Ángeles- Habla la joven con la mirada fija en un punto inexistente, - Podría ver a Koen, abrazarlo- tensa su mandíbula, - No es justo...- se levanta de su lugar y regresa a su habitación, dejando a Beth allí muy preocupada por su estado ya que no hay ni una sola mejora en su ánimo.
Le prometió salir de aquí pero aún no puede cumplir con su promesa.

Tiene que hacer algo o al menos poder intentarlo ya que si las dos no pueden salir de aquí, aunque sea Isabella que si lo haga. Con ese pensamiento latente en su cabeza, sale de la casa y atraviesa los metros que la separa de la mansión en dirección a la puerta trasera por la cuál ingresa el personal.

Su corazón está latiendo a mil a cada paso que da, no puede controlar de todo su respiración pero está determinada a negociar con Luca.

Antes de poder entrar a la cocina se topa con uno de los guardias. El hombre que le saca una cabeza de altura, nisiquiera la deja hablar, sino que la toma del brazo con rudeza con intensiones de regresarla a la casa.

-Espera, es importante...tengo que hablar con tu jefe...- Habla la joven pero el sujeto no se inmuta y la empuja de nuevo sobre sus pasos.
- Por favor, es importante....

- El jefe no recibe a empleados...

- ¡Por favor!- Beth se gira hacia él y en su primer impulso le acierta una patada en la entre pierna, consiguiendo que la suelte y con eso, corre, como si su vida dependiera de ello. Está vez va en dirección a la puerta principal pero cuando ve a dos hombres parados frente a la misma, sigue de largo pero ahora ya tiene a tres hombres siguiendola.
Prácticamente está dándole la vuelta a la gran mansión con los hombres corriendo detrás de ella.

- ¡Solo quiero hablar con él!-grita mientras esquiva lo que sea que tiene al frente.
- ¡¡Luca!!- insiste y en ese momento puede ver qué los guardias aumentan su velocidad ya que deben parar con tanto disturbios.
- ¡¡Luc....- antes de seguir, tarde percibe una sombra sobre la suya, ya que uno de los hombres se abalanza sobre ella.

Elisabeth, queda desorientada por unos segundos por el peso de la persona sobre ella y más aún porque en la caída su cara choca contra las piedras del camino.

- Eres una rata...- Escucha que dicen pero el sabor a sangre llega a su boca ya que las piedras rasgaron la piel de su mejilla y frente hasta sangrar.

- Y tu un idiota - Ruge un guardia que aparta al que tiro a Elisabeth de ella y la ayuda a ponerse de pie, examinando con mala cara las heridas en su cara.
- ¿Ahora cómo explicarás que le hiciste esto?

- Trato de escapar- se justifica.

- Quiero ver a Luca- murmura la joven.

- No, menos en ese estado...

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