Mi Única Fantasía

Capitulo 4: Una oscuridad oculta.

Llegar al colegio secundario es una tarea peligrosa, luego de haber golpeado a una chica que parece ser la típica chica popular de la institución pero claro que para Beth e Isa, no significa mucho ya que las dos estan acostumbrada a estos hechos.

Desde que llegaron a este vecindario, como hijas adoptivas de los Brow, fueron comentarios de los vecinos muy rápido y claro que de sus hijos también solo que los comentarios de ellos pasan a ser muy ofensivos, diciendo que sus padres eran delicuentes, unos gangster, matones y de más.

Ni siquiera ella saben con certeza quienes son sus padres.

Si bien tienen recuerdos muy vagos de dos hombres que llegaban a la casa de la señora que las cuidaba antes de que fueran a parar al orfanato. Ellos eran amables a su inusual y rara forma, trayendo regalos, sonriendo y besandolas en las mejillas y en la frente cuando se iban.
Sin embargo, nunca, jamás, conocieron o vieron siquiera una foto de sus madres.
David y Anna, trataron de hablar con ellas varias veces, para rescatar información sobre sus padres biológicos pero las jóvenes se rehusan hablar de ello...

Isabella, con la capucha de su abrigo puesta pasea su mirada por el grupo de chicas que ayer la estuvieron persiguiendo. Sabe que ellas no se atreverán a hacer nada aquí cuando los directivos están observando.

— Tontas— Dice, con una traviesa sonrisa.
— Oye con la paliza que Koen y Seth, le dieron a su hermano ayer no querrán meterse con nosotras otra vez— No puede evitar sentir una extraña sensación al recordar a Koen, sabiendo que no lo volverá a ver.

- Posiblemente, ya no van a volver— Agrega Beth, — lo que pasó ayer fue más parecido a un sueño de fantasía — ríe por lo bajo y termina deslizando su brazo sobre los hombros de Isabella, — Los pilotos, deben estar lejos ahora. Tienen una vida muy diferente a la nuestra.

Isa, respira hondo mientras caminan por los movidos pasillos del colegio, encontrando a sus amigas en el camino.

Gracias al universo, no tuvieron problemas con el grupo de chicas durante toda la mañana y luego del almuerzo, regresan a casa nuevamente. Está vez sin la necesidad de andar corriendo por algún pleito.
Isabella, está menos animada que hoy por la mañana, es como si en verdad le hubiera afectado el hecho de que no vuelva a ver a Koen. Tal parece que su enojo con él solo forma parte de su forma de ser.

Isabella, camina con la cabeza agacha, aburrida y cansada mientras bajan la calle.
Salieron temprano del colegio ya que hoy comienza el campeonato de básquet entre los últimos años de los colegios secundarios.

Parece que su casa queda cada vez más y más lejos, hasta que de repente una bocina las sorprende al momento que la escuchan y más aún porque se oye justo a metros de ellas.
Instantáneamente, las dos se voltean rápidamente y encuentran unas pícaras sonrisas a través de las ventanillas del Jeep y unos rostros conocidos.

El vehículo es conducido por Seth, quien coloca el Jeep justo al lado de las dos.

— ¡Hola chicas!— Koen, baja la ventanilla del lado del copiloto, apoyándose sobre su antebrazo.

— ¿Otra vez tu?- Salta Isabella pero no puede fingir mucho su cara sería.

— Hoy también tenemos un día libre y queremos un tour por este vecindario— Seth, se asoma apoyándose contra el volante.

— ¿No que son pilotos muy famosos?— Sigue Elisabeth.

- Estamos de vacaciones— Afirma Koen.

— Entonces, ¿No sería mejor ir a un lugar afrodisíaco o algo así?— dice Isabella, cruzándose de brazos

— Ah bueno...— Koen, respira hondo antes de continuar. — Estaremos unas semanas por aquí ya que hay algunos asuntos familiares que antender y ojitos, entre una isla afrodisíaca y ustedes, vinimos por la  segunda opción — le guiña un ojo sonriendo.