Capitulo 18: La Propuesta de Luca

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Luca, la termina llevando hacia arriba en una de las habitaciones dispuesta allí y solo cuando están adentro, la baja.
Elisabeth, le da una mirada rápida a todo a su alrededor y es imposible que no se de cuenta que está es la habitación de Luca, ya que  hay muchas cosas de él, entre prendas de ropas, zapatos y el característico perfume esparcido en el lugar.
Se siente raro estar aquí y cerca de él, no puede estar tranquila pero necesita hablar con Luca y tal parece que está es la única manera.

— Siéntate — Ordena Luca, mirándola seriamente.

Lo más cerca es la cama pero preferiría ir por una de las sillas, sin embargo, ni siquiera puede pensarlo mucho ya que lo ve acercarse con una  caja rectangular que es un botiquín.
Así que termina sentadoce muy rápido antes de que él se vuelva a acercar pero eso no la ayuda ya que Luca, se sienta a su lado.

- ¿Intentabas huir?— Pregunta el joven mientras abre el botiquín, saca un trozo de algodón y lo moja con alcohol. Como si fuera lo más normal para él, siendo el líder de la organización, lo acerca a los raspones en la cara de Beth, con suaves toques.
Parece tan cuidadoso en sus movimientos y su concentración es poco creíble para Beth ya que no puede confiar en él.

— Sabes que no queremos estar aquí— cuando lo dice, siente que Luca, arrastra el algodón con alcohol, a propósito haciendo que Beth haga una mueca de dolor.

— ¿Y por eso corres como una niña llamándome?

— ¿Lo sabías?- Beth, se pone de pie por un segundo antes que Luca la jale del brazo, regresandola a su lugar.

— Todo el mundo lo escucho.

— Quería hablar contigo— sigue la joven, pero ve que Luca saca una venda.
— Es sobre..

— Quítate los pantalones— Interrumpe Luca y la seriedad con lo cual lo dice, con esa expresión tan gelida, le provoca a Beth un escalofrío y termina dándole un manotazo a su mano para que la venda caiga al suelo.

— No quiero tu ayuda— Ruge con la mandíbula tensa ya que no puede evitar reaccionar así, está en su personalidad aunque sabe que será peligroso.
— No...no quiero — Cae en la cuenta de lo que acaba de hacer e intenta solucionarlo, — Estoy bien, no es necesario que me cures...— Ve que Luca se pone de pie y por eso retrocede unos cinco pasos de él.

— No podrán salir de aquí y si siguen así, las devolveré a sus padres. Sabes que harán cosas peores, incluso, volver a venderlas. Así que te conviene ser una buena chica y no dar problemas...

- Haré lo que quieras— Declara la joven, inmóvil en su lugar y con el corazón latiendo a mil, — puedo trabajar en ese club, ser mensajera, repartir cosas...lo que sea y no daré problemas. Aceptaré quedarme aquí pero a cambio de eso...— respira profundo, — libera a mi hermana. Ella no dirá nada, no buscará a la policía y...

— ¿Bailaras en el club?— Interrumpe Luca, pasando una mano sobre sus cabellos y en esa acción dibuja una sonrisa de lado.
—Te recuerdo que trabajas para mí. No puedes bailar para nadie más, solo para mí— Lo dice con un tono serio y la expresión de su rostro parace ser de alguien  enojado.

— Bailaré para ti- lo dice tan rápido como puede antes de arrepentirse y es imposible no sentirse intimidada por la penetrante mirada de Luca.

— Bien...— Luca, se recuesta contra la pared, con los brazos cruzados. — Házlo, baila— Ordena con una seductora sonrisa de lado.

— ¿Ahora?— Se precipita la joven y la expresión en la cara de Luca, parece que no está bromeando. — Pero...— traga saliva, — ¿pero liberaras a mi hermana?

Luca, asiente una vez con la cabeza y no dice nada más.

Elisabeth, no recuerda haber hecho esto tan abiertamente en un lugar iluminado a plena luz del  día y con un chico que no quiere. Esto no se compara a estar con un novio o el chico que si te gusta.

— Yo no sé cómo es el baile— habla la joven en voz baja.

— ¿Si sabes que el baile incluye que te quites la ropa?

Beth, tensa su mandíbula y con la frente fruncida, se quita la remera que trae puesta, evitando bailar como lo hacen en el club. Ni siquiera lo mira, solo mantiene su mirada fija en el suelo. Seguidamente toma la cinturilla de sus pantalones y cuando está por bajarlo, visualiza un par de manos sobre las suyas, ya que la detienen.
Inmediatamente levanta la mirada, encontrandose a escasos centímetros de la cara de Luca. Hasta ahora no lo había tenido tan cerca y es inevitable pensar en la calidez que irradia, lo que le resulta extraño.

— Eres la peor en este trabajo — murmura Luca, mirándola directamente a los ojos.
—Aun así, recuerda que no puedes hacer esto frente a nadie más...— traza una suave caricia sobre su cintura antes de apartarse de ella. —Vistete— ordena.

Confundida, Beth toma su remera y se la coloca rápidamente.
— Puedo mejorar y...

— Escúchame — Corta Luca, — Cuando Joel y Mateo, dijieron que iban a pagar la deuda con bailarinas, no pensé que serían sus propias hijas. El día que nos vimos, fuí a comprobar si valían la pena para el club, en aquel momento creí que si pero ahora veo que no. También quiero decirte que no me interesa como era tu vida antes de llegar aquí, quien era tu familia, con quién andabas, si estabas enamorada o no, no me importa, a nadie aquí le importa. No voy a devolverlas a los Messina, esos malditos locos van a venderlas a personas peores. Tampoco puedo dejarlas en libertad, corren peligro con sus padres y todas las personas que saben que estan aquí. Si no están en el club es porque les dije a todos que son esclusivas de los Denaro, de Renzo y mía y, antes de que me digas que eso suena a prostituta, si, así es. Para los demás son nuestras y nadie puede tocarlas.
Son muy jóvenes para estar allí afuera y aunque te parezca que somos unos monstruos, Renzo y yo, decidimos que se queden aquí.
Hay una cabaña detrás de la mansión,  se quedarán alli y estarán disponibles cada vez que las llamemos. Al menos un año entero, luego de ello, tendrán su libertad— examina la expresión de Beth hasta amaga a mover su mano hacia ella pero lo deja en su lugar ya que la ve derramar un par de lágrimas de impotencia.

— ¿Un año?-se traga el nudo en su garganta y rescata rápidamente sus lágrimas.
— ¿Ya me puedo ir?

Luca, asiente con la cabeza y al instante la ve salir de la habitación azotando la puerta con fuerza...

— ¿Salió de la habitación del jefe?— Habla una de las empleadas hacia su compañera cuando ven a Beth caminar desanimada por el pasillo.

— Que raro, el jefe no deja a nadie entrar allí— murmura.

- Se nota que es su favorita...

— veamos cuánto le dura- se atreve a reír por lo bajo.

Mientras tanto Beth, encuentra a Isabella en la entrada de la mansión e inmediatamente la joven corre a su encuentro para abrazarla.

- Beth, ¿Que te paso? ¿Fue él?— Gruñe con la frente fruncida al ver las heridas en su cara, — Lo voy a golpear y...

— Isa...— Interrumpe la joven, — tenemos que hablar, es muy importante...

Ese mismo día, Luca ordenó que las lleven a la cabaña cuando ellos no estaban en la mansión. Aún así, fue muy duro para Isabella aceptar los términos que planteo Luca, ya que un año es mucho tiempo pero también  podía entender todos los riesgos de salir de aquí tanto para ella como para sus seres queridos. Quizás puedan plantear las posibilidad de saber más sobre sus familias a medida que pase el tiempo pero ahora, deben hacer eso, esperar a que ese año se cumpla y puedan recuperar su libertad aunque también puede ser una mentira más, por ahora es la única esperanza que tienen.

Vivir en la residencia Denaro, a metros de la mansión de los jefes de la mafia y actuar ser sus favoritas....


Vivir en la residencia Denaro, a metros de la mansión de los jefes de la mafia y actuar ser sus favoritas

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