Capitulo 58: En los recuerdos de Renzo e Isabella

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Pasado las cinco de la mañana, Isabella abre sus ojos y no mueve ni un solo musculo, más bien comprueba el estado a su alrededor y de reojo puede visualizar a Renzo dormiendo a su lado.
Esto la habilita a su siguiente movimiento; se desliza lentamente hacia el  suelo, cuidando que él no se despierte y cuando sus pies tocan el piso, termina cayendo de rodillas, lo más silenciosa que puede para poder salir de la cama por fin.
Cuando lo consigue, prácticamente gateando comienza a rodear la cama para llegar a la puerta. Cada mueca dibuja en su rostro mientras evita hacer algún tipo de ruido y cuando está frente a la puerta, se levanta rápidamente y toma el pomo de la misma para abrirla, sin embargo, no abre. Lo intenta otra vez, una vez más y la cuarto ya es con enojo hasta que escucha la somnolienta voz de Renzo, llenando el ambiente de la habitación.

— Te dije que no escaparías de la habitación — Habla Renzo, mirándola desde la cama, apoyado sobre su mano.

— Quiero saber cómo está mi hermana - Salta Isabella mirándolo con la frente fruncida.

— Luca, no salió de la habitación. No es necesario que te lo explique con palitos, te puedes imaginar lo que están haciendo...

— Pero Beth, ella debe estar confundida...

Renzo, dibuja una pícara sonrisa y se levanta de la cama sentadoce en la misma.
— Son adultos, se aman y hace años no estaban juntos. Cuando tuvieron una mínima oportunidad, el idiota de Salvatore lo arruina. Ahora que Beth está un poco mejor, recuperan el tiempo perdido...

— No me parece lo mejor. Beth, está confundida aún y Luca, se aprovecha.

— y vaya que se aprovecha— murmura Renzo ganandoce la mala mirada de Isabella que lo escuchá. — Vamos bella. No te preocupes, ellos están bien, te lo prometo. Ven conmigo — Renzo, extiende su mano hacia la joven. — Mio angelo

— No— Isabella, actúa su mejor cara de pocos amigos.

— Si me levanto, te traerá a la cama y no podrás salir en todo el día.

— Maldito, te odio— Miente la joven pero termina llegando a Renzo nuevamente.

Renzo, mantiene su pícara sonrisa hasta que atrae el cuerpo de Isabella a él, abrazandola.
— No puedo despertar bien sin tus abrazos — murmura el joven sobre el oído de Isabella.

— En verdad deseo que Beth este bien. Ya estuvo recuperando sus recuerdos muy lentamente pero también fue duro para ella. No quiero que siga sufriendo— Habla Isabella, apoyando su cabeza sobre el hombro de Renzo.

— Te aseguro que está bien. La vi distinta a los otros ataques y tú también— Renzo, dibuja suaves caricias sobre la espalda de la joven.
— ¿Qué te parece si tú y yo, llevamos a Dante al parque?

Isabella, se reincorpora con una sonrisa. — ¿Un mafioso yendo al parque?

— Bueno, tengo facetas y facetas. Puedo ser un gaganters, mafioso, un hermano, un tío, un novio...

— ¿Novio? ¿De quién?

Renzo, suelta un fugaz risa por lo bajo.
— De la chica gruñona bajo la lluvia.

- Oye ya, olvida ese día.

Renzo, la toma del mentón acercandose a los labios de Isabella. — De ese día, nunca me podré olvidar — Susurra con una seductora mirada hasta que sella esa palabras con un beso...

▫️▫️▫️Meses atrás▫️▫️▫️

Solo se suponía que Dante iría a quedarse con Seth pero al final termino pidiendole por favor a su madre para que se quedara con ellos a cenar.
Elisabeth, nunca se ha negado a una petición de su hijo, puede negociarlo o llegar a otra propuesta pero lo de la cena con Seth, siempre lo hace al menos dos o tres veces al mes, por Dante.
Y  por la cena, es que Isabella debe pasar su noche de viernes en la comunidad de su hogar si, pero sola también.

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