CAPÍTULO 1: Un día normal y ¿luego?

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- Mama, voy a salir. – Le grito a mi madre mientras cojo las llaves del coche.

- Ten cuidado, mi vida. Sobre todo, con la bebida y no te subas en el coche de alguien que haya bebido. – Me advierte como siempre antes de salir de casa. Seguidamente me da un abrazo bien fuerte.

- No, ya sabes que procuro ser yo siempre quien conduce. – Le recuerdo a mi madre, mientras seguimos abrazadas. No me gusta beber, por eso de mi grupo de amigas soy yo quien siempre conduce y procuro cuidar de las demás.

- Diviértete, cariño. Te quiero. - Me dice mi madre dándome un beso en la mejilla.

- Yo también, ma. – Le digo y cierro la puerta de casa tras de mí.

Paso a recoger a mis amigas, somos cuatro. Paula se sienta de copiloto conmigo, mientras que Alba y Cristina van detrás. Pongo la música alta, mientras cantamos como locas dentro del coche de camino a la discoteca de siempre. Trayecto de carretera que ya hasta me sé de memoria.

- No me lo pudo creer chicas, al fin graduadas. – Comenta Alba feliz.

- Hoy brindaremos por las futuras enfermeras. – Dice Paula.

- Y porque al fin Cris a cortado con el innombrable. – Añade Alba entre risas.

- ¿Quién era ese? – Pregunto sarcásticamente.

- Es a quien le debo el favor, porque esta noche me voy a chingar a un lindo morocho. – Dice Cris riéndose y las demás nos unimos.

Poco después aparco un tanto lejos de la discoteca, pero andando todas juntas, nos abrigamos hasta llegar a la entrada de la misma. Suerte ya teníamos las entradas y podemos pasar por la cola más rápido, ja que si no nos congelaríamos vivas. Hacemos cola en el guarda ropa. Para posteriormente pasar la mejor noche de nuestra vida. Entramos a la pista de baile, música alta y nos mezclamos entre la gente para llegar a la barra.

- Lo que pase está noche...- Comienzo a decir, mientras esperamos que uno de los bármanes nos atienda.

- ¡Se queda en la cama de hotel! – Grita Paula y las demás le seguimos entre risas.

- ¡A por los cubatas! – Grita Alba. Minutos después nos atiende un barman y vemos como prepara la bebida de cada una, obviamente la mía sin alcohol.

La noche pasa, bailamos entre nosotros, repartimos picos por ahí picos por allá, nos hacemos fotos y algún insta history. Paula se va con una chica que le ha llamado la atención, mientras que Alba y yo comentamos como Cris está coqueteando con el morocho prometido para esta noche.

- Preciosuras, ¿queréis jugar? – Nos pregunta un chico, el cual le damos una repasada de arriba abajo, el muchacho rondará nuestra edad por los 24 – 26 años, hará un metro setenta y ocho, ya que sobrepasa a Alba por unos centímetros, es moreno de piel, pelo castaño oscuro y ojos chocolate. Alba y yo nos miramos entre nosotras.

- ¿A qué? – Le pregunto.

- Verdad o reto. – Dice el chico.

- Claro, vamos. – Le contesto.

Seguimos al chico y nos unimos a un grupo grande. Vemos una mesa con vasos puestos piramidalmente llenos de alguna mezcla de alcohol.

- ¿Tu nombre? – Me pregunta el chico.

- Yo soy Elsa, ella es Alba. – Le contesto.

- Genial, Elsa irás en mi equipo, yo soy Marcos y tu Alba irás con mi primo. ¡Samuel! – Grita. Vemos como se acerca otro chico también moreno, más alto que Marcos cabello negro y ojos marrones casi negros.

Soy una gata en un mundo bestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora