CAPÍTULO 11: Adaptándome a mi nueva forma

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MARATÓN 1/7

Sigo encogida en mis piernas, pensando en mi nueva situación. Aprenderé a defenderme, en mi vida anterior hacía artes marciales, puedo ponerlo en práctica en este nuevo cuerpo, pensaba que no me serviría al poder transformarme en gato. ¡Que equivocada estaba! Podría hacer armas, pienso y esta idea me emociona. Al poco tiempo viene papa y Harry le comenta mi situación, este como siempre decide hacer cualquier cosa para protegerme y ahora más que nunca está dispuesto a pelear contra quien sea para impedir cualquier tipo de cortejo. Resulta que, durante su camino para acá, había varios machos enviando regalos de cortejo. Parecían que habían desistido, pero solo estaban esperando a que este momento ocurriese.

Llevo cerca de veinte días sin salir de la cueva que considero mi casa. Los machos no han parado de molestarme, aunque Aslan les haya advertido, estos cuando este no está aprovechan para atosigarme, menos Leo. No lo he vuelto a ver des de ese día. Decidí que lo mejor sería no salir de casa. Tampoco estaba de ánimo, no he parado de sangrar estos días atrás y aquí no existe el algodón. Seguramente este por la zona Placentalia. Podría salir a investigar si estuviese en mi forma animal. Suspiro deprimida. Tenía que utilizar pieles de animal como una especie de compresa, pero es muy incómodo. Además, muy a menudo he molestado a papa para que me llevará a bañarme al río, ya que me siento muy sucia y siento que huelo horrible. No me fío ahora ir sola al río, sino estoy en mi forma bestia y en el único macho que confío es mi papa Aslan.

Miro las armas que he estado creando en mi tiempo aquí encerrada. Hay unas 15 flechas hechas de madera, un arco y dos piedras afiladas que he moldeado para utilizarlo como cuchillos. Lo más complicado ha sido hacer el arco, es lo que me ha llevado más tiempo en fabricar. Ahora sería ponerlo en práctica, hoy he dejado de sangrar y quiero salir de la cueva. ¡No me gusta estar encerrada! En mi forma gatuna me la pasaba, durmiendo, acicalándome, cazando y explorando territorio. Vuelvo a suspirar. Observo las pieles de animal que ha traído nuevas papa Aslan, ya que ahora yo también debo vestirme y las utilizadas durante este tiempo se han tenido que quemar puesto que estaban manchadas con mi sangre. Papa Aslan ha estado muy contento estos últimos días porque ha tenido que cazar también para mí, hecho que nunca ha hecho falta hacer hasta ahora.

Llevo un conjunto con piel de bestia de oso de diferentes tonos de marrón, la parte de arriba se anuda cruzando mi cuello, esto es para ocultar mis rayas.

Papa se quedó asombrado al verlas y dijo que ahora entendía todo, aunque aún no me ha explicado que significa eso y me obligo a ocultarlas, ya que tuvimos la suerte que Harry y nadie se fijó en mi cuello, sino que estaban más atentos a mi cabello y ojos.

En fin, que la parte superior de mi ropa podría llamarse un top, va de largo des de encima de mi pecho hasta un poco más abajo de éste. Los extremos son tiras largas, las dos de abajo se atan a mi espalda, dejando está expuesta y las otras dos, van cruzadas a mi pecho, rodean mi cuello y se atan atrás en mi nuca. Mientras que la parte de abajo es una falda, la cual, se ata con un nudo a un lado de mi cadera y esta va desde un poco más abajo de mi obligo hasta la mitad de mi muslo superior (imagen al inicio del capítulo). El inicio de mi cola justo por encima de la falda.

Vuelvo a suspirar. Ya es hora de salir de la cueva. No puedo pasar mi vida encerrada cada vez que me venga la menstruación. He tenido ya unos cuantos días de consuelo a mí misma. Además, pensando que me duré veinte días sangrando, ha sido todo un engorro, suerte que dolor solo ha sido al bajarme, ya que luego no he sentido nada, pero es una molestia. ¿Será así cada mes? Pienso alarmada con la idea.

Según los recuerdos de mi vida pasada, allí me duraba cerca de una semana y la tenía con cólicos dolorosos. Así pues, prefiero que sea más largo y sin dolor, pienso con optimismo. Ahora con ánimos renovados, decido coger el arco y las flechas. Vamos a ponerlo en práctica, pienso.

Soy una gata en un mundo bestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora