CAPÍTULO 7: Los monstruos de Aslan

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Estamos en medio del bosque, detrás de unos arbustos, escondidos acechando al jabalí que tenemos a unos metros de nosotros. La especie de jabalí tiene cuernos, cuatro colmillos muy sobresalientes en su boca, dos arriba y dos abajo y lo más impactante son unos armarios, mide aproximadamente unos tres metros de alto y tres de ancho.

- ¿Has visto las marcas que tiene Leodora en distintas partes de su cuerpo? – Pregunta.

- "Sí, la tuya esta es su gemelo derecho". – Le digo.

Pude apreciar su marca, una de las veces que Leodora nos llevó a todas sus crías, junto a las otras hembras y sus cachorros al río, pude fijarme de sus seis marcas. Son las iniciales de sus compañeros con el dibujo de su bestia. Son hermosos tatuajes cada uno de un color distinto.

- Sí. – Dice mi padre cabizbajo. – Mi madre era la antigua patriarca de la manada y yo era su hijo favorito porque era el único hijo biológico de mi padre, su gran amor. – Me empieza a explicar mi padre su historia. – Verás por la falta de natalidad y de mujeres, es normal que una hembra tenga varios hombres para protegerla y procrear, pero eso no significa que las hembras quieran a todos sus compañeros, la mayoría de las hembras eligen a sus compañeros buscando su beneficio propio y es muy común que la hembra trate mejor al macho con más fuerza que al resto de los compañeros. Así pues, es relativamente extraño que haya amor entre compañeros.

Desistiendo de la caza del jabalí, nos subimos a un árbol y allí me sienta en su regazo, mientras acaricia mi suave pelaje. Entonces las hembras tienen favoritos dentro de su familia.

- Leodora era hija de una hembra muy amiga de mi madre. – Sigue la historia. – Ambas estaban ilusionadas con que su hija y yo, su hijo favorito, fuéramos compañeros y los siguientes en gobernar la manada, yo como Rey y ella como patriarca. Puesto que mi padre biológico era un Rey con cuatro rayas, se esperaba que yo también llegaría a conseguir su misma fortaleza.

- "¿Y eso no es lo que han conseguido?" – Pregunto confundida.

- Sí, pero no de la manera que deseábamos ambos. – Me contesta. – Déjame seguir explicándote la historia.

- "Okey". – Le contesto y decido quedarme callada hasta que acabe de explicar su historia.

- Aunque ambas madres nos querían juntar como compañeros, nosotros por nuestra propia voluntad nos enamoramos, cuando alcanzo su etapa de madurez no paraba de cortejarla llevándole las mejores presas, las mejores vestimentas y en cada ceremonia que realiza para las hembras que cumplen 16 años, yo le hacía mi demostración a Leodora con la promesa de cuándo llegará nuestro momento. Ambos teníamos sentimientos mutuos. – Me explica totalmente con su mirada llena de amor y tristeza. – Hasta que aparecieron más machos que querían cortejar a tu madre. Entonces, mi madre se puso histérica pues pensaba que ya no me iba a querer a mí y mi madre no quería quedar mal, quería que su hijo favorito estuviese con la mujer más hermosa de la manada y la hija de su mejor amiga. En consecuencia, elaboró un plan que ni yo mismo me esperé, la noche de su ceremonia a los 16 años, mi madre me dio a oler una planta que hipnotiza, básicamente esta provoca que tus deseos carnales más profundos salgan a la luz y busques saciarlos, es decir, hacerlos realidad. ¿Adivinas? – Pregunta retóricamente, sin esperar una respuesta de mi parte. - Mi mayor deseo carnal era hacerle el amor a la persona que yo más amaba, Leodora. Como resultado, la forcé, guiado por mis más oscuros deseos animal, como un salvaje. – Menciona avergonzado de sí mismo. - Era su primera vez y yo la hice dolorosa. ¿Te he hablado de las marcas? – Yo tan solo niego con la cabeza, estoy llorosa por su historia más que triste. – Los machos solo nos podemos emparejar una vez en la vida a una sola mujer, si esta nos abandona o muere es cuando nos convertimos en bestias errantes. Mientras que las mujeres, pueden tener a más de un macho y formar compañeros a través de la unión, en su primera unión aparecerá la marca de ese macho en algún lugar del cuerpo de la hembra. Contra más cerca este del corazón de la hembra, más significa que esa hembra quiere y valora a ese macho. Mi marca apareció en el gemelo de Leodora, el punto más alejado de su corazón, eso significa que no me quiere tanto como yo pensaba que me quería y el hecho de como ocurrió nuestra primera vez, no he vuelto a estar con ella, aunque sea su primer macho, con quien paso la ceremonia, y con ello me convierta en el líder entre sus compañeros, no lo merezco. – Dice auto despreciándose a si mismo. - Es por eso que Daniel es el líder de la familia des de entonces y yo soy feliz tan solo con verla y protegerla. He podido verla teniendo a sus cachorros y ha permitido que yo siga a su lado, como un guardián aún si no hemos hablado de ello yo soy feliz así. – Acaba confesando Aslan, mientras siento como gotas caen sobre mi pelaje.

Soy una gata en un mundo bestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora