GEORGINA
Me desperté a la mañana siguiente en el salón de Kresten gracias a su alarma y a la mía, que empezaron a sonar, a la vez, a las siete de la mañana. Kresten, al otro lado del sofá, maldijo por lo bajo cuando, después de apagar la suya, no sabía cómo apagar la mía. Nos habíamos quedado dormidos y teníamos alarmas idénticas. Si eso no era una señal de que congeniábamos, solo podía ser una broma de la vida.
Kresten bostezó, y después de disculparse por no haberme llevado a casa, se fue a preparar el desayuno.
Para mi suerte llevaba algo de maquillaje el bolso y pude apanármelas para recogerme el cabello. Tener pelo rizado debería considerarse deporte de alto riesgo y esa coleta baja que acabé haciéndome, iba a quedarse anclada en mi nuca hasta la ducha de esa noche. En cuanto a mi ropa, el día anterior había convertido un vestido en falda, al doblar los tirantes, así que simplemente lo usé como el vestido que era. Con un poco de suerte nadie se daría cuenta de que no había pasado por mi casa esa noche. Trabajar en una sucursal tenía sus ventajas, porque podía usar ropa preciosa y elegante, pero también era una mierda cuidar mi aspecto y etiqueta a diario.
Cuando terminé de asearme en el baño, él ya había servido un par de cafés y unas tostadas con jamón para mí. Él se hizo unos huevos fritos y unas salchichas. Y sirvió también unos pequeños bombones que, según me explicó, había cocinado su vecina, una anciana que solía venir varias veces por semana al banco.
Me dijo que estaba preciosa con ese vestido y me forcé a olvidarme del cumplido, tan pronto la pronunció. ¿Acaso intentaba torturarme?
El silencio nos acompañó durante los primeros minutos, porque Kresten no podía mantener su bocaza cerrada y no desperdició ni un segundo para intentar irritarme.
Me comí las risas, porque aunque mi corazón no había sangrado, si había recibido un pequeño arañazo. Era mi culpa, porque no lo había entendido. Él no quería dejar de jugar, solo quería salir al campo cuando fuese necesario. Le hubiese gustado que Kresten hubiese dicho "vamos a salir". Me conformaba con algunas citas, con que esa no fuera la única vez. No quería amor eterno, ni proposiciones. No estaba tan loca para pedirle que fuera mi novio así sin más. Pero no pensaba perder la virginidad con alguien que se olvidaría de mí a la mañana siguiente, porque yo no iba a olvidarlo.
Pero después dijo que yo le gustaba.
Y a mí me hubiese gustado saber que podría comenzar a acostumbrarme a esos desayunos con él.
Fuimos juntos al trabajo.
Kresten hizo uso de su excelente modo de disipar mi preocupación durante todo el viaje. Soltaba una tontería tras otra, como si nada de lo que pasó la noche anterior tuviese importancia. Y yo me reí y me olvidé de que lo había besado.
La oficina estuvo plagada de tensión y estar en primera línea aumentó mi inseguridad. Separar los ojos de la entrada principal, en busca de alguien que viniese a atacarnos, se me hizo imposible de evitar. Además, a diferencia de la gran cantidad de clientes que solía haber en la sucursal, estaba casi vacía.
En realidad, estuvo como siempre y de hecho, el señor Serra se marchó a media mañana y no volvió.
Salí con las chicas esa tarde. Necesitaba algo de consuelo y sobre todo, claridad. Por primera vez en mi vida había querido acostarme con alguien. Kresten era fogoso y habría hecho vibrar cada parte de mi cuerpo en respuesta a él. No sabía que podía besar con el corazón en la garganta.
Y me estaba protegiendo a mí misma, porque había tenido demasiadas decepciones como para sumarlo a él a una más.
Claudia me aconsejó que no lo pensara demasiado, según ella, la virginidad es como el primer día de clase, un poco rara y tal vez dolorosa, pero lo bueno viene después. Según Anna, debía hacer lo que sintiese que era mejor para mí, aunque no me hubiese ido mal un revolcón. Además, estaban de acuerdo en que un poco de placer no le viene mal a nadie.
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Club de lectura para días soleados [The bookclub 2]
RomanceLa vida de Georgina va a toda velocidad, y acaba chocando contra Kresten de las formas más absurdas posibles. Él no entiende qué le sucede a esa chica que no deja de joderle la vida, pero tiene algo claro: no está dispuesto a soportarla. ☀☀☀ ✨Prec...