IX

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Sentía que comía espinas cada vez que se sentaba en la enorme mesa de los líderes, se sentía pequeño al estar sentado en medio de una mesa que demostraba el poder de los Jeon. Y era cómico, como es que esa mesa se encontraba dos pisos arriba de los demás y aún así hacía que el omega se sintiera igual que una hormiga.

“No he recibido ninguna noticia de nuestro heredero.” Dijo el padre de Jungkook, el hombre viejo comía pan mientras miraba a su único hijo y luego posaba su mirada por unos segundos sobre el omega de distinta manada. Buscaba respuestas y nadie se las daba. “¿Ah? ¿Jungkook? ¿Ya tendremos un heredero?”

“Lo último que ustedes tendrán de mí será un cachorro.” Elevó la voz mirando a todos los presentes en la mesa, chocando con la mirada pesada de su compañero y recibiendo un visto bueno por parte de la madre de este. “Así que solo en sus sueños tendrán un heredero.”

La mesa se quedó tensa y en silencio, sabía lo que hacía con su clara falta de respeto a sus superiores, pero tenía que dejarles muy en claro a lo que se atenían al tenerlo como su prisionero eterno.

Le habían quitado todo, ¿por qué Jimin debía darles algo?

El silencio fue roto por una risa burlona por parte del viejo alfa. “¿Tan poco alfa eres, Jungkook?” Miró a su hijo, lanzándole un pedazo de su pan al rostro. “Me parece que el puesto de futuro líder de esta nación te baila ¿ah? ¿Cómo es posible que no puedas poner un cachorro en este omega?”

Ante las palabras tan duras e insensibles, quien se congeló no fue el hijo a quien estaban dirigidas, sino el cordero que se sentaba con ellos. Jimin jamás había oído a un padre referirse tan toscamente a su hijo, jamás. Su realidad era muy distinta a la de Jungkook y hace mucho que lo había aceptado, pero, jamás se planteó que en esta realidad los padres no respetarán ni quisieran a los hijos.

Su papá jamás le hubiera hablado así, su mamá jamás lo hubiese permitido. Pero parecía todo tan normal, la madre de Jungkook bajaba la cabeza y su padre estaba altanero. Que duró haber sido criado así, tan corto de amor y tan frío de cariño.

Aunque el alfa mayor se haya retirado de la mesa, las palabras seguían en la cabeza de Jimin y a consecuencia de eso su nervio de humanidad se tocó, logrando que voltee para ver a Jungkook; el alfa miraba a un punto en el infinito mientras comía la carne de cordero que le habían servido y tragaba con dureza como si la carne fuera hecha de madera, vio en sus ojos tristeza e impotencia, sus acciones demostraban que su corazón había dolido por el trato tan tosco de su padre. Y Jimin se compadeció de él, porque vio a un niño siendo herido delante suyo, porque tenía un corazón que aún latía.

El momento en el que Jungkook se levantó de la mesa él también lo hizo, lo siguió por todo el camino, se sentía tonto haciéndolo pero quería saber cómo se sentía. Pero no encontraba las palabras, no sabía cómo hablar con él; todas sus conversaciones habían sido muy cortas o llenas de odio, no podrían existir cerca del otro y mucho menos en paz. Era tan complicado querer indagar en sus sentimientos. Tan complicado y tan hipócrita.

“Jungkook.” Lo detuvo.

El alfa se dio la vuelta y le miró a los ojos, estaba furioso. Dolido. Roto.

Pero no dejó que Jimin hablara, lo tomó del cuello y lo estampó en el árbol más cercano. Mirándolo a los ojos en silencio y sin movimiento, se acercó a su cuello y olfateo con dureza en su glándula de aroma, llevó sus manos a la cintura del omega y lo apegó a su cuerpo. Cerró los ojos mientras que con su nariz sentía cada porción de piel del rostro del omega, en cada suspiro anhelando querer tomarlo.

Cuando lo intento besar, el omega lo detuvo. “No, por favor.” Tembló en miedo, pero el alfa le obedeció.

Jungkook le soltó de su agarre y se alejó del omega para seguir caminando con dirección al bosque. Antes de perderlo de vista, Jimin se atrevió.

“¿Estás bien?”

El alfa le vio de reojo y siguió con su camino, desapareciendo entre los árboles y solo mostrando la sombra de un lobo alejándose corriendo.

No estaba bien. Tras haber convivido tanto tiempo con el lobo que le mantenía en cautiverio había aprendido algunas cosas sobre él.

Era inevitable que en su captura no haya desarrollado algo más allá que el odio y la curiosidad.











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lamento mucho haberlas abandonado T-T, les juro que al próximo año actualizaré más seguido pq se que les gusta la historia y lo aprecio mucho :3 habrá maratón de dos caps hasta el sábado!!! espero que les guste y gracias por esperar, las amoooooo

El canto de los lobos ; km omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora