Había viajado toda la noche, sin beber ni comer, guiándose por las estrellas y confiando que ellas lo llevarían de vuelta a casa. O lo que quedó de su casa. El viaje fue tan largo y cansador que al ver un poco de humo en la distancia se echó a llorar mientras cabalgaba hasta el lugar de donde emanaba la luz de fuego. Su viaje había valido la pena, abandonar su propósito en vida valió cada segundo pues había encontrado el camino de vuelta a lo que quedaba de su hogar.
Siempre lo supo desde el principio, su gente había tratado de huir y sobrevivir, la nación de los Jeon no había acabado con todos y se sentía complacido por eso. Su sangre, su gente, había luchado para permanecer en este plano. Muy adentrados en las montañas encontraron su nuevo refugio y hogar, de los valles fueron desplazados hasta las montañas pero sobrevivían, muchos no podían decir lo mismo. Las personas que Jimin amo no podrían.
Rápidamente más lágrimas cayeron por sus mejillas al ver las caras familiares acercarse a él para comprobar que no era una visión, todos lo daban por muerto y ahora al verlo vivo sobre un caballo su felicidad no cabía. Está era su gente, aquí es donde pertenecía.
Descendió del caballo para abrazar a todos los que se acercaban, un aroma familiar hizo que levantara la cabeza del hombro en el que se recostó; encontrándose con la hermana de su madre, su tía, que al igual que él tenía lágrimas en sus ojos por la emoción de verlo vivo. El único hijo de su hermana mayor vivía y estaba de vuelta en su hogar.
Jimin corrió al último recuerdo de su madre, abrazó a su tía tan fuerte que ambos comenzaron a toser, se miraron con lágrimas en los ojos acariciando sus mejillas sintiendo que presenciaban el acto milagroso más grande en su historia; su familia no se había destruido del todo pues aún quedaban piezas de quienes fueron arrebatados.
“Ahora estás en casa.” Le susurró mientras acariciaba su cabeza y dejaba que se acurruque en su hombro, escuchando llorar al único hijo de su única hermana. Volviendo a tener, de alguna forma, un pedazo de su hermana en sus brazos una vez más.
“Estoy en casa.” Sollozo cerrando los ojos mientras abrazaba con mucha fuerza a su tía. Lo cálido que se sentía su corazón era el único motivo por el que dejaría atrás su sed de venganza.
Después del conmovedor reencuentro fue a los aposentos de su tía Aura, el aroma y el calor dentro le calmó el alma. Ella le recordaba demasiado a su madre, eran hermanas después de todo. Se sentó para que lo cubrieran con lana de oveja y le dio un té de hierbas.
“¿Y dónde estuviste?” Le pregunto. “Creíamos que había muerto, nos angustiados mucho porque no pudimos encontrar tu cuerpo y cada dos días un para de betas junto a Myungdae iban a buscar tu cuerpo.”
“¿Myungdae está vivo?” Preguntó asombrado y con una sonrisa, está contento de que también su primo haya podido sobrevivir.
Una madre y un hijo no deberían ser separados, lástima que para él no fue así.
“Sí, gracias a la luna sagrada está bien. Él…ahora es el líder de la pequeña manada, al haber perdido a todas las cabezas principales él quedaba para tomar las riendas.”
“Me alegro mucho.” Sonrió melancólico, ese puesto era suyo, era. “Él es un gran alfa, será un buen líder.”
“Se que si.” Asintió sonriendo, tomó las manos de su sobrino para consolar los ojitos melancólicos que le miraban. “¿Y…? ¿Cómo sobreviviste? ¿Donde estabas?”
No sabía si decirle la verdad. Había escondido su marca desde que halló los pedazos de su hogar, no quería que los demás sepan que había sido tomado por el enemigo que los masacró y no quería ser visto por los suyos como un enemigo, o un traidor.
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El canto de los lobos ; km omegaverse
FanficDonde Jimin odia a Jungkook con todo su ser por haberle arrebatado todo lo que alguna vez fue importante en su vida. O donde Jungkook reclama a Jimin como su premio de guerra tras haber arrasado con su vida. ; enemies to lovers ; angst / drama ;matr...