17_ NUEVAS AMISTADES

10 0 0
                                    

Después de la reunión, Anyineeku y Shinobu volvieron a su finca para descansar después de ese día tan ajetreado que tuvieron, sin embargo ahora su estadía en esta sería algo diferente, puesto que ahora 4 personas nuevas vivirían con ellas, siendo Tanjiro con su hermana Nezuko, el chico jabalí que había rescatado Anyineeku que al parecer se llamaba Inosuke, y un chico rubio amante de las mujeres llamado Zenitsu.

Antes de dormir, como era costumbre cada vez que tenian la noche libre, las chicas se sumergieron en un rato para darse pasión y todo el amor que sentían una por la otra, sin embargo todo sería en silencio pues ahora las paredes tenían oídos y no querían llamar la atención de sus nuevos huéspedes.

Al finalizar aquel momento, Anyineeku sintió la necesidad urgente de contarle a su pareja lo que la pequeña demonio Nezuko había causado en ella esa mañana, de como estuvo a punto de defenderla de las garras del pilar del viento y de como a pesar de haber matado ya a 130 demonios durante los últimos tres años, había adquirido la necesidad de siempre proteger a una de estos.

La pelimorada por su parte se queda sorprendida por unos pequeños instantes pero después le lanza una sonrisa compresiva, algo de las muchas cosas que le gustaba de Anyineeku es que siempre mostraba valor y firmeza ante las sus palabras y sabía que si decía que protegería a Nezuko, lo haría sin importarle las consecuencias.

—Me alegro que tengas siempre ese corazón tan gentil, mi reina —habla Shinobu acariciando la mejilla de Anyineeku.

—Bueno, me gusta ser así, ¿Qué más te puedo decir? —responde con pena y simplemente se acomoda en la cama ya para dormirse....

A la mañana siguiente Shinobu y Anyineeku irrumpen en la habitación donde se encontraban los tres chicos que se habían alojado el día anterior y más el chico que había asistido a la reunión de los pilares, Murata.

—Buenos días!!! —chillan las pilares y se ponen detrás de cada hombro de Murata, causándole a este un gran susto.

—Bu...—buenos días Señorita Kocho y Señorita Kahashima...
—contesta Murata con voz entrecortada y se pone de pie en un segundo... —Yo ya me iba, un gusto saludarlas, adiós —Es así como Murata abandona el cuarto dejando a las chicas algo confundidas.

—Vaya, si que espantamos a ese pobre muchacho ayer —nota Anyineeku y suelta una pequeña risilla.

—Eso es lo que parece —señala Shinobu "sonriente" como siempre.

—Muy bien, ahora a lo que veníamos, ustedes tres, hoy empezarán con el entrenamiento de rehabilitación —comenta Anyineeku a Tanjiro y Zenitsu en un tono más serio.

—¿De verdad creen que ya estemos listos para eso?
—cuestiona Tanjiro algo desconfiado.

—Por supuesto que si —vocifera la pelimorada... —Empezaremos contigo e Inosuke y mañana Zenitsu se integrará al grupo debido a que él era quien estaba más delicado.

—Entendido —responde Tanjiro y hace una reverencia luego para disponerse a despertar a su compañero jabalí que yacía profundamente dormido.

Una vez ya levantados, Tanjiro e Inosuke fueron sometidos a un entrenamiento que consistía en tres partes: Recuperar la flexibilidad, mejorar los reflejos y por último el entrenamiento corporal, todo esto con ayuda de Aoi, Kanao y las tres pequeñas Kiyo, Sumi y Naho.

Para ambos cazadores novatos se les hacía una tortura tener que pasar por todo eso una y otra vez y terminan agotados por tanto trabajo. Sin embargo al día siguiente que Zenitsu participaria en ese entrenamiento por primera vez nos damos cuenta que este pelirubio era todo un completo masoquista si de convivir con mujeres a toda costa se tratara, queriendo estar en ese entrenamiento para toda la vida. Aunque más adelante sus ganas de asistir al entrenamiento se acabarían, después de ver que Kanao lo vencía en todo, por lo que decidió renunciar junto con Inosuke quien también se sentía derrotado.

Pasaron los días y el único que seguía el entrenamiento, era Tanjiro, quien se notaba que se esforzaba por dar lo mejor de si, captando la atención de Anyineeku y unas ganas de conocerlo fuera de su vida como cazadores, así que cuando estaba descansando en el jardín se le acercó.

—Buen día, Tanjiro-kun, ¿puedo sentarme a su lado? —interroga la  chica viendo al joven con espera.

—Oh, señorita Kahashima, buen día, por favor no me pregunte si se puede sentar, siéntese en donde le plazca, después de todo esta es su finca —responde Tanjiro en un tono amable.

—Gracias, aunque esta es la finca de Shinobu-sama.

—Si pero ustedes son pareja...

—¿Somos muy obvias, acaso?

—Bueno, algo así, su amor es demasiado intenso y fuerte que se nota a cierta distancia, y gracias a mi olfato desde que las conocí pude ver todo el amor que se tienen.

—Vaya, eso es increíble, nunca había conocido a alguien que tuviera el olfato así de desarrollado, sin duda eres un joven muy especial Tanjiro-kun.

Así pasaron toda la tarde conversando, ambos se contaron la historia de su vida y como fue que poco a poco se fueron uniendo a los cazadores de demonios, también hablaron sobre Nezuko y sobre la sensación que causó en Anyineeku aquella vez, cosa que enterneció al muchacho y automáticamente le da un abrazo a la pilar.

—Vaya, no me esperaba eso, Tanjiro-kun —menciona atónita y de igual manera corresponde el abrazo.

—Parecía que lo necesitaba
—responde el chico de ojos rojizos y sonríe.

—Muy bien, es hora de que me despida, me encantó hablar contigo, Tanjiro-kun, sigue entrenando, estás haciendo un excelente trabajo.... —habla Anyineeku y luego desaparece.

Al caer la noche, como ya era costumbre en la finca mariposa, Aoi llamó a todos los habitantes para que pasaran a la mesa a cenar. Es allí que Nezuko recién despertada de su siesta de 1 semana, aparece en el comedor y es la primera vez que forma un vínculo con Anyineeku, quien no dejaba de consentirla y abrazarla.

—Nezuko-chan, dejame decirte que eres muy adorable
—menciona Anyineeku acariciando la cabeza de la pequeña, mientras que Tanjiro y los demás veían la escena con ternura.

—Te prometo que siempre trataré de protegerte, no me importa lo que digan pero para mí sigues siendo una humana —afirma la chica de ojos dorados mirando fijamente a Nezuko.

—Uhmm, Uhmm —pronunciaba la menor al mismo tiempo que se arrunchaba en el pecho de Anyineeku como queriendole decir gracias.

Desde esa noche, ambas chicas se volverán inseparables, cuidando una de la otra y haciéndose grandes amigas por un largo tiempo...

TSUKI NO CHŌDonde viven las historias. Descúbrelo ahora