A la mañana siguiente, unas muy enamoradas esposas dormían plácidamente en la cama de la pilar del insecto, la boda había sido un gran éxito y por fin Anyineeku y Shinobu estaban casadas, sin embargo ambas sabían que aquella felicidad no duraría mucho, la mayor presentía como su amada iba a encontrarse tarde o temprano con aquel demonio y le angustiaba el hecho de no poder hacer nada para evitar ese cruel destino que le esperaba.
Pero para no preocupar aún más a Shinobu, Anyineeku decidió fingir que todo marchaba bien e intentaba ocupar la mente ayudando en las labores de la finca y haciendo actividades de su agrado. No obstante, la mariposa podía notar la actitud de su esposa y tratando de calmarla siempre le decía "todo va a estar bien" aunque ella misma sabía que no todo podría ser así.
El entrenamiento había dado frutos, todos los demás cazadores se sentían más fuertes y con una mayor capacidad para enfrentar a los enemigos, dándose la oportunidad de que sus cuerpos se volvieran más resistentes y así poder manifestar la marca. Como era de esperarse, el patrón fue informado de la situación, sintiendo orgullo y alegría por el crecimiento de sus hijos.
Los días pasaban, se sentía una inmensa tranquilidad, no habían rastro de demonios, parecía como si se los hubiera tragado la tierra, cosa que agradecían todos, pues podían hacer diferentes actividades, descansar y salir con amigos y con la poca familia que a algunos les quedaba. Anyineeku no se quedaba atrás, quien en compañía de su esposa se dirigía a su antiguo hogar a visitar la tumba de su familia y a contarles sobre como todo estaba yendo bien en su vida.
—Me casé, Shanniko-neesan, mira —dice Anyineeku a la lápida de su hermana, mostrando su anillo.
—Ay, querida hermana, desearía que siguieras con vida, estoy segura que tú y mi Shinobu se hubieran llevado muy bien, ambas son tan especiales
—agrega con nostalgia y unas cuantas lágrimas, lo cual hace que Shinobu la abrace por detrás para consolarla un poco.—Todo está bien, lunita, se lo mucho que extrañas a tu familia, yo también extraño a la mía, pero estamos aquí para compartir simbólicamente con ellos, no creo que ellos querrán que tu llores, ya lo has hecho demasiado, y a mí tampoco me gusta verte llorar, ¿entonces, por qué no mejor te limpias esas lágrimas y fingimos solo por hoy que ellos están aquí con nosotras y pasamos un rato alegre? —mangonea Shinobu acariciando la barbilla de su mujer.
—Pueda que tengas razón, las visitas no son para llorar, pero no puedo evitar hacerlo, me pesa no tener a mi familia conmigo en especial a mi hermana, con ella hacia prácticamente todo, y el hecho de que me la arrebataran de mi lado, es algo insuperable, pero sólo por hoy me mostraré tranquila, tu lo has dicho, a ella no le gustaba que yo estuviera mal, así que voy a disfrutar de este día, recordandola no con pesar sino como lo importante que fue y ha sido siempre para mí —argumenta la ojidorado secándose las lágrimas.
—¿Sabes?, te agradezco por todo mi bella mariposa, tu me haces reflexionar y me haces dar cuenta de tantas cosas, tienes la capacidad de mejorar mi semblante solo con unas pocas palabras, te amo demasiado Shinobu Kocho, en verdad que gracias
—indica ahora acercándose a la pelimorada para besarla.—No hay necesidad de agradecerme, yo haría todo por ti, tu felicidad es algo que quiero conservar siempre, así que siempre estaré dispuesta a amarte y a verte feliz
—sonríe y le devuelve el beso.Es así como pasan toda la tarde en la anterior casa de Anyineeku, un rato la última conversando con las lápidas de sus familiares y dejando flores y después otro rato dentro de la casa teniendo momentos de esposa con Shinobu, momentos que jamás pensó que volvería a tener tan pronto luego de su pequeña luna de miel, pero tanto como ella, como la ojimorado disfrutaron de ese especial instante.
Pasadas las 6 de la tarde, ambas chicas ya emprendían camino hacia la finca mariposa, felices de haber visitado a la familia de Anyineeku y de haber tenido ese espacio para poder darse cariño. Sin embargo no pasaría mucho tiempo para que lo que parecía ser un buen día, terminara siendo una pesadilla, los cuervos de las dos pilares volaban arrabatados por encima de ellas para que se dieran prisa.
—Alerta, Kahashima, Alerta, Kocho, vayan lo más rápido que puedan hacia la sede de los pilares, nuestro patrón, Kagaya Ubuyashiki ha sido encontrado por el rey de los demonios, Muzan Kibutsuji, él y su familia están en un grave peligro, dense prisa.
Y sin pensarlo dos veces, las dos corrieron lo más rápido que pudieron, no podían permitir que ese demonio atentara con la vida de su patrón, ya estando cerca de la sede, vieron como los otros pilares y Tanjiro también corrían hacía la mansión Ubuyashiki, pues también habían sido informados de la situación, pero cuando ya estaban a punto de llegar, una explosión se alcanzó a ver a lo lejos, se trataba de la finca del patrón, él y su familia habían explotado en mil pedazos.
—Noooo, Patrón!!!! —gritaban todos al ver dicha explosión y derramando lágrimas por el suceso. Pero sabían que no se podían quedar ahí lamentándose, lo más probable era que Kibutsuji siguiera con vida y estuviera debajo de los escombros de la mansión, por lo que irían hasta allá para terminar de una vez por todas con ese infeliz.
Estando en la que era el hogar del patrón, se pudo notar como la demonio que había investigado y creado toxinas en los últimos días con Shinobu tenía acorralado a Muzan y el pilar de la roca de igual forma le estaba haciendo frente. De repente todos los demás cazadores hacían su aparición en en lugar, rodeando al rey demonio y aparentemente dejándolo en desventaja, es entonces que tanto como los pilares y el joven Tanjiro se inclinan y con sus espadas intentan provocarle el mayor daño a Kibutsuji ya que este no moría por medio de la decapitación, no obstante el rey de los demonios sonríe para sí y por arte de magia el piso se abre haciendo que todos cayeran en lo que parecía ser un castillo dimensional demoníaco.
Todo está punto de cambiar, este podría ser el fin de todos los demonios o de todos los cazadores.....
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TSUKI NO CHŌ
FantasyUna chica llamada Anyineeku pierde a su familia debido al ataque de un demonio, dejándola con un trauma y una amargura por siempre, no es hasta que conoce a Shinobu Kocho que vuelve a sonreír y a sentirse en paz...