27_ATAQUES IMPREVISTOS

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Una semana después, finalmente el señor Kanamori había terminado la espada de Anyineeku, solo le faltaba una capa de pulido y estaría lista para usarse contra los demonios.

Mientras esperaba por su arma, se encontraba sentada en el techo de una de las casas de los herreros, contemplando el cielo nocturno y la tranquilidad que el lugar emanaba. Pero de repente una especie de explosión se escuchó a tres casas de donde estaba Anyineeku y pudo ver que su compañero Tokito quien también se había alojado en la villa salía volando por el impacto.

Sin pensarlo, la chica salió corriendo para ayudar a su compañero, luchar con el responsable del ataque y proteger a los habitantes de la villa.

—Me pregunto que fue eso, ¿habrá sido el ataque de un demonio?, no, eso es imposible, este lugar esta bien oculto
—razona mientras que corre en dirección donde cayó Tokito.

Al llegar allí pudo notar como el pilar de la niebla se enfrentaba a lo que parecía ser peces mutantes que soltaban espinas venenosas.

—Tokito-kun, ¿estás bien?, ¿qué es lo que está pasando?
—cuestiona algo angustiada por la situación.

—Si, estoy bien, señorita Kahashima, apareció un demonio que se podía clonar, y uno de sus clones me hizo volar lejos y llegue aquí y me topé con estos peces, pero siento que es alguna técnica de sangre de otro demonio. —Aclara Tokito sosteniendo su espada y cortando la cabeza del pez. Sin embargo la cabeza se le volvía a regenerar al instante.

—Sea lo que sea, vamos a eliminar a los que sean una amenaza, yo te apoyo, encarguemonos de matar a estos peces y después vamos con el demonio de los clones —se alista dispuesta a dar el golpe, pero tan pronto vió que la cabeza del pez se volvía a regenerar, dudó en decapitarlo.

—No se murió, significa que su punto débil no es la cabeza 
—analiza Anyineeku y entonces ve una especie de jarrón adornado encima de la cabeza del pez.  —Tokito-kun, corta ese jarrón, ese debe ser su punto.

Sin pensarlo dos veces, el joven saltó y cortó en dos el jarrón, haciendo que el pez se desintegrara.

—Muchas gracias, creí que me moría, estoy tan agradecido con los dos por salvarme —expresa uno de los niños de la villa.

—No te preocupes pequeño, es nuestra responsabilidad protegerlos, ahora quédate en un lugar seguro, el pilar de la niebla y yo tenemos que proteger al señor Tecchin.

—Espere, señorita Kahashima, lo que pasa es que unos de esos peces intentaron atacar al señor Kanamori quien se dirigía a terminar de pulir su espada en el taller, tiene que ayudarlo. —Se altera el niño, haciendo que Anyineeku se tense un poco.

—Bien, iremos con el señor Kanamori, solo no nos estorbes. —responde Tokito y se lleva al niño en brazos mientras que él y Anyineeku corrían en dirección donde estaba el señor Kanamori.

Llegaron a una zona cercana de donde se ubicaba el taller del señor Kanamori y es así como este aparece por detrás y les entrega las espadas terminadas a los respectivos pilares.

—Señorita Kahashima, Joven Tokito, me disculpo por la demora, pero aquí están sus katanas, están pulidas y hechas con la mejor calidad.

—Muchas gracias, señor Kanamori, su trabajo es implacable, ahora si estoy lista por usar mi nueva espada contra los demonios —enuncia Anyineeku haciendo una reverencia al herrero.

—Gracias por la espada —decía frívolo un pequeño Tokito.

—Muy bien, basta de distracciones, tenemos que ir a proteger al señor Haganezuka, me enteré que estaba restaurando una espada antigua y se que es bastante quisquilloso a la hora de trabajar, por lo que puede ser blanco fácil de cualquier ataque.

—Entonces, no hay tiempo que perder, vamos —mangonea Anyineeku y Tokito y los demás la siguen.

Ya estando cerca del taller de Haganezuka un jarrón aparece en medio del camino haciendo un extraño ruido y poniendo en alerta a los dos cazadores. Es entonces que una figura desagradable sale del jarrón, se trataba de la quinta luna superior.

—Por favor díganme que esto es una broma.... —susurra la pilar viendo al demonio con repulsión y sacando su espada.

—Buenas noches a todos los presentes, yo me llamo Gyokko, por lo que veo, varios de ustedes se acercaron a ver mi espléndido arte —habla el demonio con una muy irritante voz.

—¿De qué estás hablando?, ¿cómo que arte? —interroga Tokito viendo al demonio con repugnancia.

—Contemplad ahora la muerte agónica de los herreros
—enuncia el ser y de un jarrón aparecen cuerpos masacrados y casi muertos de varios herreros.

Al ver tal acto, el señor Kanamori y el niño que los acompañaba, se quedaron horrorizados y querían gritar por los compañeros que habían sido asesinados, sin embargo, pese a sentir náuseas y tristeza por los herreros caídos, Anyineeku y Muichiro se preparaban para dar su ataque.

—¿Te crees la gran cosa, verdad?, espera a que mi espada te atraviese el cuello, a ver si sigues creyendote mucho. —replica la ojidorado intentando apuntar al demonio, pero tan pronto iba a hacer el corte, este se escapa a otro jarrón que de la nada salía de uno de los techos.

—Ahora veo, este demonio no es como el otro que se podía clonar, es por eso que se escapa, pues sabe que si lo cortamos, perderá la vida. —reflexiona Tokito mirando al tejado.

—Tenemos que hacer que baje de ahí para poder decapitarlo,
—añade Anyineeku elevando su mirada al techo.

Aprovechando la distracción de los pilares, el demonio de los jarrones activa una de sus técnicas de sangre para atacar al señor Kanamori y a Kotetsu con peces que escupian espinas venenosas, pero gracias a los reflejos de ambos, Tokito se interpuso así el recibiendo él aquel ataque y Anyineeku empujando a los herreros para protegerlos.

—Váyanse de aquí por favor, es demasiado peligroso. —exige Anyineeku al señor Kanamori y a Kotetsu y estos sin poner ninguna resistencia se van corriendo a refugiarse.

—¿Creen que se podrán ir así de fácil? Técnica de sangre... —chilla el demonio invocando una oleada con miles de peces voladores para atacar a sus oponentes.

Ambos pilares comienzan a mover su katana de arriba a abajo y de derecha a izquierda con el fin de destruir a los peces voladores que anteriormente habían sido invocados. Sin embargo los planes del demonio eran otros, espero a que Tokito y Kahashima terminaran de cortar a los peces para que cuando menos se los esperaban al joven pilar de la niebla lo encerrara en un jarrón de agua y a la pilar de la luz lunar la acorralara con miles de peces venenosos.

—Una pena que no pudieron ver mi ataque sorpresa, quitarles el método de combate a los cazadores fue una excelente idea.

—Liberanos, ahora mismo!!!
—Rechista la pelirosa totalmente acorralada.

—Mejor iré a masacrar esos herreros amigos suyos, esos sería un mejor plan —bromea... —Ah por cierto niña, no te muevas, mis peces te pueden clavar sus espinas por todo tu delicado cuerpecito, y en cuanto a ti niño, espero puedas aguantar la respiración por mucho tiempo
—Indica juguetón mientras que desaparece del lugar dejando a los dos cazadores entre la espada y la pared.

TSUKI NO CHŌDonde viven las historias. Descúbrelo ahora