20_ ÁNIMO

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Una vez en la cabaña ambos pilares, un tanto agotados y con pequeños raspones decidieron acostarse a dormir en los dos futones que tenía la habitación.

Al día siguiente Anyineeku despierta sintiendo una energía increíble, por fin ya no habrían insultos y malos tratos por parte de Sanemi, se sentía feliz de que hubieran hecho las pases y todas sus diferencias las dejaran de lado y relativamente se comenzarán a llevar mejor.

Para conservar dicha energía dejó que Sanemi siguiera durmiendo plácidamente y se dirigió a la cocina para preparar un delicioso desayuno para su compañero y para ella.

Una vez ya listo el desayuno el pilar del viento se levanta gracias al olor que este provocaba.

—Vaya, por aquí huele muy bien—destaca con voz aún adormilada y con una ligera sonrisa de labios cerrados.

—Eso se debe a que nos prepare el desayuno —menciona Anyineeku y de igual forma le sonríe al albino.

—Pues vamos a probar, a ver si sabe igual de bueno a como huele y a como se ve.

—Adelante... Buen provecho, Shinazugawa-san.

Más tarde luego de que terminaran de desayunar y de que Sanemi la halagara por lo rico que este estaba, ambos coincidieron en organizar y limpiar un poco la cabaña para que al momento de partir de ella se viera presentable. Es así que se dividieron las tareas, Anyineeku barreria y Sanemi lavaria los trastes.

Al terminar los dos se vistieron con su uniforme ya que al momento de asear llevaban puesto un yukata para estar más cómodos, cada uno se puso sus respectivos accesorios y no sin antes revisar que todo hubiera quedado en su lugar salieron de la cabaña rumbo a la sede de los cazadores a comentar su triunfo en la batalla al patrón.

El camino de regreso hacia la mansión del patrón fue mucho más tranquilo que cuando se dirigían hacia la cabaña, cosa que agradeció muchísimo la joven de cabellos rosados, pues ya no se encontraba en un constante estrés al soportar a su compañero.

Llegaron a la mansión Ubuyashiki, y quién los recibió allí fue Amane, la esposa del patrón, ya que por mismas palabras de ella, el patrón había empeorado su enfermedad, y hasta ahora pudo dormirse, después de pasar una horas tosiendo sangre.

—Lamento mucho que el patrón este en esa situación, Amane-sama, por favor dígale de mi parte que le deseo de todo corazón que se mejore —anuncia Anyineeku bastante preocupada por la situación.

—Si y también dígale, que tuvimos éxito en la misión y que ahora Kahashima y yo ya nos comenzamos a llevar mejor. Y que siempre estaremos rezando por que su salud mejore —indica Sanemi.

—Les agradezco mucho a los dos, se que cuando le hable a Kagaya-san sobre las cosas que ustedes me están diciendo, su ánimo subirá y podrá estar mucho mejor —afirma Amane y hace una reverencia.

Por su parte los dos pilares también le hicieron una reverencia y salieron de la mansión para dejar descansar al patrón y para volver a sus hogares.

—Bien, creo que es todo por hoy, cuídate Kahashima... Saludame a Kocho cuando llegues a la finca mariposa... —habla Sanemi con rudeza pero al mismo tiempo con algo de sensibilidad.

—Claro, tendré cuidado, gracias... Y si, llegando a la finca si me llego a topar con Shinobu-sama, le diré que tu le mandas saludos, hasta pronto Shinazugawa-san. Es así que ambos se despiden y se van por diferente camino hacía su destino.

Nuevamente Anyineeku tocó los cimientos de la finca mariposa, siempre que se separa de su novia y de su lugar de residencia por un tiempo determinado, lo echa de menos como si hubiera estado meses lejos de ella. Es por esto que en un estado de regocijo entra por la puerta para abrazar a Shinobu y tirarse en la cama hasta que hubiera una nueva misión.

TSUKI NO CHŌDonde viven las historias. Descúbrelo ahora