26_EL ENCANTO DE LA VILLA

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—Mitsuri-chan, que sorpresa, no me esperaba que estuvieras aquí.

—Me alegro mucho de verte querida Anyineeku, hace mucho tiempo que quería compartir un rato tranquilo con mi mejor amiga pero los demonios no lo habían permitido —responde la ojiverde y abraza con fuerza a su compañera.

Inmediatamente ambas chicas comienzan a caminar abrazadas por todo el lugar, hablando de sus vidas, de sus trabajos como pilares y de temas de amigas que no habían podido comentar antes.

—Me siento tan feliz que Uzui-san y los demás hubieran podido derrotar a esa luna, eso significa que estamos haciendo muy bien las cosas —comentaba Mitsuri con una clara euforia.

—Es verdad, cada vez más nos acercamos a nuestro objetivo, derrotar a Kibutsuji.

Luego de pasar toda la tarde hablando en la habitación que habia sido asignada para Anyineeku, ambas chicas se dan las buenas noches y se preparan para dormir pues habían planeado una serie de actividades para el día siguiente y no querian perderse de nada.

—Buenos días Anyineeku-chan
—anima Mitsuri a su adormilada compañera.

—Buen día, linda —responde la ojidorado a la vez que se despereza un poco y se levanta de la cama para ir a desayunar con su amiga.

Luego de unos minutos, las dos salen a explorar la aldea, a caminar por las praderas y a ver con atención a algunos herreros forjando y arreglando espadas. Ya después irían a hablar con el jefe de la aldea quien las había invitado a almorzar en agradecimiento por su estadía.

—Me da mucho gusto que estén aquí jovencitas, yo mismo preparé el almuerzo, espero sea de su agrado —anuncia el jefe

—Es un honor estar aquí, señor Tecchin, gracias por esta invitación, pero no había necesidad de hacerlo, —señala Anyineeku haciendo una reverencia.

—Mi compañera tiene razón, no tenía por que molestarse
—agrega ahora Kanroji.

—No es ninguna molestia, señoritas, es lo mínimo que puedo hacer en agradecimiento por salvarnos de esos demonios.

—Señor, usted ya hace mucho por nosotras al fabricar las espadas con las que luchamos, siempre estaremos en deuda con usted y los demás herreros.
—indica nuevamente Anyineeku y Mitsuri asentia.

Tres días después ya tenían prácticamente lista la espada de la señorita Kanroji solo faltaban algunos detalles, en cuanto a la espada de Anyineeku, el señor Kanamori recién había comenzado a repararla, lo que significaba que tendría que pasar más tiempo en la villa.

—Bueno, que se va a hacer, al menos se que Shinobu-sama y los demás están bien gracias a lo que me ha dicho mi cuervo, así que supongo que no debe ser tan malo quedarme más tiempo por acá —decía una resignada Kahashima mientras que disfrutaba de una tarde relajante en las aguas termales con su amiga.

—Si, querida, disfrutemos de este increíble momento en las aguas y olvidemonos de todo por un rato —objeta la pilar del amor haciendo olas en el agua con sus manos.

—Me alegra mucho poder compartir contigo, eso hace que estar aquí sea mucho mejor
—vocea de forma alegre haciendo que un pequeño sonrojo se forme en las mejillas de Mitsuri.

—Ay, eres tan linda, Anyineeku-chan, a mi también me da gusto estar acá contigo.

—Creo que ya estuvimos mucho tiempo aquí en las aguas, ¿por qué no bajamos de la montaña y vamos a ver que cenamos?
—sugiere Anyineeku saliendo de las termales y secando su cuerpo.

—Me parece bien, Anyineeku-chan, ¡vamos!
—contesta y de igual manera sale para secarse y ponerse algo de ropa. Anyineeku por su parte bajaría con su traje de baño puesto que no había llevado más ropa a la montaña.

Al momento en que las dos chicas se secaban y cambiaban pudieron notar como un muchacho alto con cicatrices y cabeza rapada en los lados llegaba a las termales.

—Oh, hola, buenas tardes joven, ¿cómo te llamas? —vocifera sonriente una dulce Mitsuri. En cuanto al joven simplemente solo la ignora y le da la espalda a las dos señoritas.

—Me... Me ignoró?, le digo hola, y el solo me ignora, aaaaa —se queja la ojiverde y se va corriendo hacía la villa, cosa que hizo que una angustiada Anyineeku la persiguiera por todo el camino.

—Mitsuri, por favor deja de correr, ese chico es Genya Shi...Antes de terminar de hablar una Mitsuri desanimada y una Anyineeku preocupada pudieron notar como el joven Tanjiro estaba allí hablando con uno de los herreros.

—Tanjiro-kun, ay, ¿eres tú?, AAA, ME ALEGRO QUE SEAS TÚ!!!
—lloraba y gritaba una muy destruida pilar del amor.

—Espere señorita, debe taparse, su cuerpo puede quedar expuesto —responde Tanjiro cerrandole el kimono.

—Todos me ignoran, yo solo quería ser amable con ese muchacho y simplemente me dió la espalda y lo peor es que no se ni quien sea ese chico —sollozaba abrazada al chico de aretes hanafuda.

—Mitsuri querida, olvida a Genya, él es un tanto difícil, mejor adelantate y ve pidiendo la comida, escuche que harían arroz con matsutake.

Automáticamente al escuchar las palabras de su compañera su semblante triste desapareció por completo y comenzó a correr emocionada y diciendo lo sabroso que se escuchaba el menú mencionando.

—Discúlpame, joven Tanjiro, me distraje tanto con Kanroji-sama, que no te saludé,
me da mucho gusto que ya hayas despertado de tu coma, y dime, ¿te quedarás por mucho tiempo?

—Señorita Kahashima, es un gusto verla a usted por aquí, gracias por su preocupación, estaré aquí por unos días, en cuanto mi herrero me forje mi espada.

—Oh eso es genial, este lugar es muy agradable, te aseguro que te sentirás como en casa.

—Es usted muy amable, señorita Kahashima, se lo agradezco mucho, por ahora iré a las termales, cuídese mucho, nos vemos en la cena.

—Muy bien, Tanjiro-kun, nos vemos pronto.

Horas más tarde, cuando la noche ya había caído, Mitsuri, Anyineeku y Tanjiro se reunieron en uno de los comedores para cenar y conversar un poco.

—¿Entonces aquel chico es hermano de Sanemi?, no puedo creerlo, el siempre había negado tener un hermano —comenta Kanroji con cierta extrañeza.
—¿Tu sabias de esto querida Anyineeku? —indaga

—La verdad es que si, el ha sido atendido en la finca mariposa en algunas ocasiones y era inevitable saber que era el hermano menor de Sanemi, solo miralo, tienen mucho parecido.

—Me pregunto qué habrá pasado para que Sanemi negara a su hermano de esa manera —solloza la pilar del amor algo decaída.

—Tal vez nos cuente lo que pasa cuando baje a comer —indica Tanjiro intentando animar a su compañera.

—Escuché que Genya no baja a comer, a lo mejor y tiene su propia comida. ¿Por qué no vamos a su habitación y le llevamos algo de comer y lo acompañamos? —propone Kahashima y los demás aceptan.

Luego de un rato, Mitsuri se separa de sus compañeros ya que según informaron, su katana estaba lista y ya podría irse, dejando a Tanjiro, a Nezuko y a Anyineeku solos en la villa.

TSUKI NO CHŌDonde viven las historias. Descúbrelo ahora