Una pequeña edición: al final del último capítulo, Hermione no estaba confundida acerca de su elección entre los hombres. En ese momento, estaba enojada con ambos. Nuestra chica echaba de menos su hogar por la mansión Nott.
Información importante: los sangre pura tampoco pueden tener bebés con muggles. Sin embargo, los muggles pueden tener bebés con otros muggles. La historia y la logística de la maldición se detallarán más adelante.
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Hermione evitó a Draco durante dos días, aunque sospechaba que él también la estaba evitando a ella. Todavía cenaban juntos. Ella captó su mirada por encima de su sopa de calabaza, y cuando él apartó la mirada, intentó vislumbrarlo entre bocado y bocado. Además de esos pocos momentos robados, cargados de cosas no dichas, la dejó sola.
En su tiempo libre, exploraba la mansión, deseando hablar con alguien. Durante su investigación, encontró una habitación llena de viejos bustos de la familia. A uno de ellos, Septimus Malfoy, le gustaba contarle historias de su juventud, por lo que pasaba horas escuchándolo hablar sobre la caza de criaturas mágicas y la monta de dragones.
Además de eso, la monotonía ya se deslizaba hacia ella. Los jardines estaban demasiado cuidados, la decoración demasiado austera. Temía cortarse el dedo al borde de la perfección. La mansión Nott tenía una cualidad salvaje: armaduras chirriantes, telas pesadas, colores profundos que se sentían como un abrazo. En contraste, la mansión Malfoy era hermosa, pero impersonal. Hermione estaba nerviosa de tocar cualquier cosa, por temor a que se rompiera o se saliera de su lugar.
Durante el tercer día, se aburrió y decidió estudiar diferentes lenguas rúnicas en la biblioteca. A la mitad de su segundo libro, levantó la vista y vio a Draco entrar con un pergamino bajo el brazo. Se sentó frente a ella, sin siquiera saludarla, absorto en su propia investigación.
Estudiaron así durante horas, en silencio pero juntos, hasta que él se levantó.
—Malfoy —dijo ella, no queriendo que se fuera—.
—¿Sí? Se puso rígido, sin volverse.
A pesar de que sus sentimientos todavía estaban confusos, Hermione decidió extender una rama de olivo.
"¿Puedes mostrarme la mansión? Hay varios lugares que todavía están cerrados para mí".
Sus hombros se encorvaron hacia adelante, como si liberara algo de tensión.
Él seguía sin mirarla. "¿Qué te gustaría ver primero?"
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El invernadero estaba húmedo, la temperatura perfecta para que las plantas prosperaran. Los amuletos de nebulización regaban las plantas según sus requisitos específicos. Los elfos ayudaron a mantenerlo un poco, pero la mayor parte era autosuficiente.
Tocó una flor amarilla del amanecer, evitando el polvo del polen. Floreció cuando sus dedos acariciaron el pétalo amarillo, feliz con su atención. Si lo deseaba, podía ingerir el polvo blanco adherido a él. Causaba una falsa felicidad, un poco menos efectiva que un trago calmante. Si se toma en grandes cantidades, podría crear un estado alucinógeno. Los antiguos magos solían usar el polen en sus rituales, pensando que les causaba aprovechar la sangre de vidente.
Malfoy se acercó detrás de ella. El calor de su cuerpo recorrió su espalda mientras extendía la mano y acariciaba los pétalos como ella lo hacía, dejando que sus dedos permanecieran junto a los de ella. Hermione no respiró ni se movió, excepto para dejar caer su mano sobre la madera de la mesa donde estaban dispuestas las plantas, presionando sus uñas contra la superficie áspera.
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Mascota de la casa // Traducción Dramione
FanfictionResumen: "Después de una maldición oscura, el mundo mágico queda estéril. Enfrentándose a la extinción, los Pura Sangre subyugan a los muggles, en busca de los raros nacidos de Muggles, las únicas brujas capaces de reproducirse. Criada en la casa...