La presentación

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Gregory

Estampé el cojín contra mi cara. No podía dejar de pensar en ese maldito beso. Los días pasaban y ese recuerdo seguía atormentándome.

El recuerdo de Felicity dando el primer paso y besándome me ponía la piel de gallina. Le correspondí como un idiota, no supe controlarme.

Giré la mirada a mi mesa de noche, el reloj que llevaba habitualmente, indicaba que era cerca de las tres de la mañana.

Decidí bajar las escaleras e ir a por un vaso de leche para cambiarme las ideas, aunque fuera solo por veinte minutos.

Al llegar a la cocina, vi una silueta, una mujer, un poco más bajita que yo.
¡Diablos! ¡Hyacinth!

- ¿Hyacinth?

Se dió la vuelta y pude confirmar que era mi hermana menor.

La habitación estaba oscura, el sol tardaría un par de horas en levantarse. Pude notar gracias a la luz de la luna llena que se reflejaba a través de la ventana, que Hyacinth estaba llorando. Tenía los ojos rojos, hinchados y llorosos.

Acaricié su mejilla con mi pulgar para incitarla a dejar de llorar y que secará sus lágrimas.

- ¿Qué ocurre? Me lo puedes contar todo.

- Gregory....

- Sé que las cosas no son como antes, pero puedes seguir confiando en mí. No divulgaré nada, no te preocupes.- Traté de tranquilizarla.

- Estoy aterrada. Me temo que aún no estoy preparada....- Hyacinth parecía realmente mortificada.

Su revelación me sorprendió.

- ¿Preparada para qué?

- La presentación ante la reina.- Hyancinth arrastró sus lágrimas con sus manos para secarse la cara.

Me di un golpe en la frente con la mano. Se me había olvidado que al día siguiente mi hermana y muchas otras señoritas de la alta sociedad, como Felicity por ejemplo.... Se presentarían ante la reina.

- Todo saldrá bien.

Hyacinth asintió vacilante con la cabeza. Apoyó su cabeza en mi pecho y me abrazó. Me dejé abrazar y la abracé de vuelta. Estaba temblando por la frialdad de la habitación. Se pondría mala si no se abrigaba. Nada más con tocar su frente, me percaté de que estaba hirviendo.

Me olvidé por completo del vaso de leche y la acompañé hasta su habitación, necesitaba descansar. La causa de su malestar eran los nervios.

Después de asegurarme de que mi hermana tenía todo lo que necesitaba, regresé a mi habitación. Esta vez me dormí con mucha más facilidad.

Cuando me desperté por la mañana, tuve la sensación de vivir en un zoológico, se escuchaban gritos, risas y lloriqueos. Salí de mi habitación, mi madre estaba con Hyacinth, estaban ambas vestidas y preparadas para irse.

Todo el mundo estaba preparándose. Cuando terminamos, nos repartimos en los coches. Mi madre iba con Hyacinth, Anthony, Kate y con el pequeño Edmund, el primer hijo del matrimonio que estaba a punto de cumplir 6 años.

Yo iba con Benedict y Sophie, solo éramos tres porque Sophie necesitaba espacio, estaba embarazada de 7 meses y pronto daría a luz a su tercer hijo.

Al llegar al palacio, todos nos precipitamos a la sala de baile, mientras que Hyacinth y mi madre se iban por su lado a prepararse. Serían de las primeras, era por orden alfabético y la letra B figuraba arriba del todo de la lista.

𝐷𝑎𝑦𝑙𝑖𝑔ℎ𝑡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora