- Estoy segura de que te encantará Londres, Claire.
La chica jugó con sus dedos nerviosa. Nunca había estado en la capital inglesa y no tener el control de la situación la mataba por dentro, saber que no conocía a nadie y que no eran situaciones que solía manejar la inquietaba más de lo habitual.
Lady Wentworth notó el nerviosismo de su protegida.
- No deberías preocuparte, querida. Eres una mujer hermosa, educada y cultivada, a esos hombres les va a dar algo cuando te vean...
Claire se echó a reír divertida por el optimismo de su protectora.
- Mis sobrinos, Eugenie y Enoch son maravillosos. De hecho, Enoch vendrá a darnos la bienvenida cuando lleguemos a casa. Tiene mucha ganas de conocerte.
El señor Burnst o "Enoch" como lo llamaba su tía, era el sobrino favorito de Lady Wentworth, por lo que sabía Claire, su padre y ella eran hermanos y era el futuro heredero del condado de Kinckerton.
Al llegar a la casa de Lady Wentworth, Claire se sorprendió al ver la casa tan bonita, con el reloj de oro encima de la chimenea y las paredes de mármol, cosa que nunca había visto en su pueblo.
Se paseó por toda la casa, examinando minuciosamente cada rincón.
Lady Wentworth le había enseñado su habitación y le había asignado una doncella, Dorothy.
Cuando llegó a la galería de retratos familiares, se percató de que habían un montón. Uno de ellos le llamó la atención, era un niño rubio de ojos verdes cristalinos, parecía que estaba a punto de llorar y que se contenía, la tristeza claramente reflejada en su mirada.
- Es impresionante, ¿verdad?- Un hombre apareció de las sombras y logró colocarse detrás de Claire. Empezó a contemplar los cuadros al igual que la rubia. Se fijó en el mismo que ella.- Es mi primo, Alán, de pequeño, tendría aproximadamente ocho años.
Claire no supo qué decir. La chica se giró hacia el hombre, confusa.
Él al notar la confusión de la muchacha, reaccionó.
- Le ruego que me disculpe, pensé que mi tía le había informado de mi presencia.
- ¿Es usted el señor Burnst?
El hombre sonrió.
- El mismo. Supongo que usted es la señorita Fairchild.- Al ver que ella asentía, su sonrisa se acentuó.- Es un placer conocerla al fin, mi tía no me engañó diciéndome que era usted una belleza.
Claire se sorprendió considerablemente, le pareció que Burnst era atractivo y muy hablador. Pero, también sabía que una señorita y un caballero no debían estar solos mucho tiempo.
La chica se dirigió al salón con el señor Burnst siguiéndola.
- Lamento si la espanté, no era mi intención.
- No se preocupe.
El señor Burnst salió a saludar a su tía y Claire se quedó sola.
Aunque Burnst fuese amable, algo en él la inquietaba, sabía que había algo más detrás...
Decidió cambiarse las ideas con un libro hasta que cayó la noche.
Lady Wentworth entró al salón con su sobrino del brazo.
- ¡Claire! Te presento a Enoch, mi sobrino.
El señor Burnst fingió que su conversación anterior era inexistente y la volvió a saludar con todo el respeto posible.
- Mañana vamos a la ópera todos juntos, Enoch, Eugenie, tú y yo. Te encantará.
Claire sonrió educadamente y volvió a prestarle atención a su libro.
La noche transcurrió perfectamente, Claire encantaba al personal y distrajo a su doncella, Dorothy, con historias de la campiña.
La muchacha que no había salido nunca de Londres, estaba impresionada por los relatos de la chica.
- Es usted alguien que ha vivido mucho en muy poco tiempo, señorita Fairchild.- Exclamó Dorothy.
- Me alegro que te agraden mis historias.
La doncella siguió peinando a la chica, cuando terminó, la chica se fue a la cama y se durmió plácidamente. Sabía que al día siguiente tendría que hacerse amiga de la sobrina de su querida protectora y pasar la noche en la ópera, fingiendo que no se moría de ganas de cantar ella también.
Lo que no sabía Claire, era que un encuentro específico, cambiaría su vida.
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𝒟𝒶𝓎𝓁𝒾𝑔𝒽𝓉 𝓎 ℒℴ𝓈 ℯ𝓃𝓇ℯ𝒹ℴ𝓈 𝒹ℯ𝓁 𝒸ℴ𝓇𝒶𝓏ℴ́𝓃
FanfictionEmpujado por su madre y Hyacinth, Gregory Bridgerton empieza a cortejar a la dulce Felicity Featherington. Una noche, tras un breve encuentro en el balcón de la casa de Lady Danburry, los dos jóvenes se vuelven a encontrar después de estar varios añ...