Felicity
Hyacinth me escribió dos días después del baile de Lady Danburry para contarme que su hermano, Gregory había regresado. Hacía al menos 5 años que no lo veía. Debo admitir que cuando me enteré sentí curiosidad por saber cómo sería ahora. Según mi amiga, había cambiado bastante, ¿sería eso verdad?
Hyacinth vino al baile acompañada por su madre y sorprendentemente, por su hermano también. Vi a Hyacinth y a Lady Bridgerton, sin embargo a Gregory no. Durante el baile, me aislé, de repente me empecé a sentir agobiada, había mucha gente hacía bastante calor. Un hombre de unos 20 años aproximadamente, abrió la cortina que separaba el balcón de la sala de baile cuando menos me lo esperaba. Era un hombre atractivo. Por la oscuridad de la noche no me pude detener a ver sus facciones. Parecía incómodo. No sabía qué decirle, tampoco deseaba sonar despectiva o maleducada.
La señorita Turner vino a buscarme. Al parecer, Lord Albansdale preguntaba por mí. Me susurró al oído que seguramente quería bailar conmigo porque le gustaba. No tenía ningún tipo de sentimiento romántico por ese hombre. Me agradaba, pero no quería casarme con él. Además, madre seguía con el plan de conseguir casarme con un Bridgerton. No sabía cómo tenía pensado hacer que me cortejara. Seguía molestando a la vizcondesa viuda y mandándole indirectas, aunque le dijera que era muy inapropiado, no me hizo caso.
El cuarto día después del baile, fui a tomar el té con Hyacinth y su madre. Todos los jueves, solíamos ir Penélope y yo, a veces madre nos acompañaba. Ahora que Penélope se había casado con Colin no venía más.
Cuando llegué, me informaron que las Bridgerton ya me estaban esperando. Hablamos de Colin y Penélope, de la boda de Eloise que había tenido lugar el día anterior y del regreso de Gregory. Lady Bridgerton estaba muy orgullosa de su hijo, Hyacinth insistió para que me quedará hasta que él regresará para así poder saludarlo. Accepté, poco convencida, quizá de esa manera podría convencer a mi madre de que no era buena idea casarme con él, si no me gustaba.
Para mi mala suerte, Gregory llegó media hora después de que llegará. Le vimos acercarse a la puerta principal por la ventana. Para mi mayor sorpresa, su cara me resultaba muy familiar y no era de haberlo visto cuando era más joven. Me costó convencerme, pero era el hombre con el que hablé durante el baile de Lady Danburry, en el balcón. No me había dado cuenta hasta ese momento, de que ese hombre era Gregory Bridgerton. Me quedé asombrada.
Entró al salón pocos minutos después, su cabello estaba mojado y su traje empapado. Se secaba cómo podía con una toalla que le había dejado el mayordomo. Mis mejillas empezaron a arder por la vergüenza. Era muy apuesto....
Cuando menos me lo esperaba, clavó su mirada en mí. Avergonzada dirigí la mirada a mis zapatos. Divertida por mi reacción, Hyacinth llamó a su hermano.
- Gregory, recuerdas a Felicity, ¿verdad? -Se giró en mi dirección y me miró pícaramente.- Mi mejor amiga desde siempre, la hermana de Penélope.
Gregory
Retrocedí al ver a la mujer de mis sueños en el salón de mi casa, conversando con mi madre y mi hermana.
Me quedé estupefacto cuando Hyacinth me preguntó si recordaba a su mejor amiga de la infancia. La mujer que me quitaba el sueño desde hacía unos pocos días, ¡era su amiga! Claro que me acordaba de Felicity, siempre estaba en mi casa cuando aún eramos niños. Enseguida me sentí como un idiota. Pelirroja, Featherigton, amiga de Hyacinth y hermana de Penélope, solo podía ser ella.
- ¡Por supuesto que la recuerdo! Ustedes dos eran muy unidas, según recuerdo -Le aseguré a mi hermana. Traté de justificar la razón por la qué me quedé sin habla durante un minuto. - Simplemente me sorprendí, no pensaba encontrar visita tan tarde.-Por supuesto, omití el detalle de nuestro encuentro en el balcón de Lady Danburry.
Felicity me sonrió tímidamente. Quedé prendado por su magnífica sonrisa y sus mejillas sonrosadas.
- Siento haberle molestado, señor Bridgerton. No era mi intención. Suelo quedar a menudo con su madre y su hermana, los jueves, para tomar el té -aclaró la chica.
Le contesté torpemente:
- No se preocupe. Me acabaré acostumbrando.
Hyacinthe intervino:
- Gregory, deberías sentarte a tomar el té con nosotras. Seguro que a Felicity le hace mucha ilusión. -Sonrío- Hace mucho que no te ve.
Quedarme no era una opción. Estimaba haber pasado más tiempo de lo necesario con ellas. Debía mostrales que tenía las ideas claras.
- No, gracias. Mejor os dejo, sigan tranquilas, iré a pasear -dije.
Salí de la casa con las manos en los bolsillos, un gesto muy poco elegante, cierto, pero que evita demostrar nerviosismo.
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𝒟𝒶𝓎𝓁𝒾𝑔𝒽𝓉 𝓎 ℒℴ𝓈 ℯ𝓃𝓇ℯ𝒹ℴ𝓈 𝒹ℯ𝓁 𝒸ℴ𝓇𝒶𝓏ℴ́𝓃
أدب الهواةEmpujado por su madre y Hyacinth, Gregory Bridgerton empieza a cortejar a la dulce Felicity Featherington. Una noche, tras un breve encuentro en el balcón de la casa de Lady Danburry, los dos jóvenes se vuelven a encontrar después de estar varios añ...