Edmund no había podido levantarse, la mirada atenta del hombre mayor lo seguía sin cesar. Lord Chershister era más imponente que la mayoría de hombres que había conocido en su vida.
Edmund sabía que estaba perdido desde que había visto a Ruby rogar por su libertad....
La mujer jugaba con la tela de su vestido de manera nerviosa, de vez en cuando, le echaba un vistazo a los dos hombres que la rodeaban, pero, cuando su padrino le devolvía la mirada y le sonreía, volvía a centrarse en su vestido.
Edmund sabía que Lord Chershister esperaba algo de él en cambio de su libertad, sin embargo, no sabía exactamente qué esperarse.
- ¿Qué desea que haga?- Inquirió con desdén.
Lord Chershister lo observó con atención.
- Verá, señor Bridgerton, sé que su reputación libertina es muy bien conocida en nuestra sociedad, así que tal vez, pueda entender por lo que estoy pasando....
El estómago del joven se revolvió, le entraron ganas de vomitar.
- No estoy seguro de entender con exactitud a lo que se refiere, Lord Chershister.
- ¿Usted ya ha tenido un hijo ilegítimo?
Ruby miró de reojo a Edmund, esperando su reacción.
- ¡No! ¡Claro que no! Seré como usted dice, pero, sigo siendo un caballero honorable, prefiero ahorrarle ese tipo de vergüenza a mis amantes.
- Pues, es usted más astuto que yo por lo que veo...- El hombre se rascó el mentón como si estuviese pensando en algo importante.- Hace mucho tiempo, tuve una especie de aventura con una criada que trabajaba para mi esposa, creía que había acabado mal para ella, pero, sorprendentemente, fue lo contrario. Se casó con un hombre respetado en su comunidad y él crío a mi hija como la suya. Me enteré de su existencia cuando empezaron a tener problemas económicos, todavía desconozco cómo supo aquel hombre que era mi hija, sin embargo, me pidió dinero a cambio de su silencio, debía darle dinero, hasta la mayoría de edad de la joven, para que nadie supiese nada.
Edmund suspiró.
- Me parece lamentable, milord.- Expresó con sarcasmo.- Pero, sigo sin entender que pinto yo en esta historia.
La sonrisa del hombre se acentuó.
- Paciencia, paciencia, ahora sigo. Aún no terminé de contarle lo que sucedió.- Lord Chershister sacudió la cabeza en forma de negación.- La joven cumplió la mayoría de edad, y por una extraña razón, dejaron de contactar conmigo, no entendía el porqué, ya que imaginaba que no me dejarían en paz después de haber recurrido a mí por tanto tiempo. Fue sencillo. La muchacha encontró a su protectora. Su protectora, una amiga de la infancia de mi esposa, la trajo a Londres para contraer matrimonio con su sobrino. Esa mujer en cuestión, está empezando a sospechar de mí, señor Bridgerton, y nadie puede saber de qué manera está relacionada conmigo. No solo me pondría en peligro a mí, pero, también a mi herencia y a mi querida Ruby....
Edmund tragó duro sin mucha sutileza. No deseaba que Lord Chershister prosiguiera, había escuchado suficiente.
- Es por eso que el que entra en escena ahora, es usted.
Sintió como le ponían un peso encima de los hombros sin él haber pedido nada, Edmund dio un brinco y se quiso dirigir hacia la puerta. El hombre se lo impidió pegándole un buen golpe en las costillas con su bastón.
El joven cayó al suelo rápidamente, le dolían mucho las costillas y sabía que Lord Chershister era capaz de algo peor para retenerlo si trataba de escaparse de nuevo.
- Señor Bridgerton, no se puede ir tan rápido. Todavía no acabé de contarle lo que espero de usted. Es importante, me debe un favor. Si no lo hace, sabe perfectamente que tendré que recurrir a maneras más drásticas para conseguir lo que quiero.
Edmund asintió, cabizbaja. Por primera vez en su vida, no podía hacer nada. Se quedó mirando al suelo. Era la muerte o la venganza de otro.
Ruby lo observaba con melancolía, una sonrisa curvada yacía en sus labios. Con cuidado, la mujer levantó su cabeza y clavó sus ojos marrones en los suyos. Ruby le acarició la cabeza con ternura.
- No puedes no hacerlo, Edmund es demasiado tarde...- Susurró en su oído.
Con una sonrisa de diversión, Lord Chershister los miró y prosiguió.
- Quiero que encuentre a esa muchacha, señor Bridgerton, que de alguna manera, no me importa cuál, la traiga aquí y del resto me encargo yo....
- ¿Por qué no lo hace usted?
- Porque sería demasiado sospechoso que fuese un hombre al que ella no conoce.
La cara del joven cambió de color, unas gotas de sudor empezaron a deslizarse por su frente y su corazón empezó a latir cada vez más rápido.
- ¿Cómo? ¿A qué se refiere exactamente? ¿Quién es la muchacha de la que me habla? ¿La conozco? ¡Contésteme!- Edmund agarró al barón del abrigo y lo sacudió con fuerza.
El hombre lo alejó sin mucho pensarlo y se burla de su actitud de crío.
- ¡Claro que la conoce! Si no, no se lo pediría a usted. Es un mero hecho.
Edmund tenía una idea de quién podía estar hablando Lord Chershister, pero, se negaba a creerlo. No podía ser. No quería creerlo.
- Si no me equivoco, es más o menos cercana a usted, el sobrino de su protectora, Lady Wentworth, estuve en Eton con usted. Se llama Enoch Burnst, ¿verdad?
Edmund se llevó las manos a la cabeza.
- No pienso tocarle ni un pelo.
- Tendrá que hacerlo, si no quiere graves repercusiones. Tiene usted una gran familia, señor Bridgerton, ¿qué pensarán cuando alguno de sus hermanos o primos sufra un desgraciado accidente porque usted eligió a una estúpida muchacha? Dudo mucho de que les haga gracia.
¿Claire o él? Edmund debía claramente escoger entre ella o él y su familia, cosa que no quería hacer. Nunca había amado a nadie con tanta intensidad, no deseaba verla sufrir y mucho menos ser el que la hacía sufrir....
- Escoja a su familia, es una opción más segura....
Edmund sintió como sufrir corazón se hinchaba en su pecho. Debía hacerlo por los suyos, no por él. Daría la vida por ellos si hiciera falta, pero, nunca los pondría en peligro de manera voluntaria.
- Está bien. Acepto.
- Excelente.- Declaró el hombre intercambiando una mirada con su ahijada.
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𝒟𝒶𝓎𝓁𝒾𝑔𝒽𝓉 𝓎 ℒℴ𝓈 ℯ𝓃𝓇ℯ𝒹ℴ𝓈 𝒹ℯ𝓁 𝒸ℴ𝓇𝒶𝓏ℴ́𝓃
FanfictionEmpujado por su madre y Hyacinth, Gregory Bridgerton empieza a cortejar a la dulce Felicity Featherington. Una noche, tras un breve encuentro en el balcón de la casa de Lady Danburry, los dos jóvenes se vuelven a encontrar después de estar varios añ...