5 de diciembre, 2023.
Patricia, con su presencia imponente y sonrisa acogedora, me dio la bienvenida.
—Lea, es un honor tenerte aquí, tu experiencia y dedicación son exactamente lo que necesitamos —dijo Patricia, sus ojos expresando agradecimiento genuino.
Javier Milei, con su entusiasmo contagioso, agregó: —¡Bienvenida, Lea! Estamos emocionados de tener a alguien de tu calibre en nuestro equipo.
Mi atención se desplazó hacia Santiago Caputo, era un hombre de pocas palabras pero mirada penetrante. Lo conocía de nombre, sabia que era un asesor politico muy conocido en el ambiente de la política y tenia mucha experiencia en campañas electorales. En la campaña habíamos sido "rivales", conocía cómo se manejaba y su ideología pero nunca había tenido la oportunidad de hablar con el.
Patricia, notando la tensión en el aire, procedió a la presentación oficial.
—Lea, déjame presentarte a Santiago Caputo, asesor político y tu compañero en el equipo de comunicación. Santiago, ella es Lea Cristel, nuestra nueva adición para fortalecer la comunicación gubernamental que tanto nos volves locos—dijo riendo
El apretón de manos con Santiago fue firme, sus ojos claros escudriñándome con una intensidad que me hizo sentir vulnerable.
—Un placer, Lea. —pronunció Santiago serio acentuando cada una de sus palabras.
A pesar de su actitud intimidante, noté un destello de curiosidad en sus ojos cuando Patricia elogió mi reciente logro académico y mi papel en la campaña junto a ella.
—Tu contribución en la campaña fue crucial, Lea. Estamos encantados de tenerte con nosotros. Sos indiscutiblemente una de las personas que más confianza le tengo, así que en ese sentido, nos podemos quedar tranquilos Javier—añadió Patricia, mientras este último expresaba su entusiasmo.
La conversación fluyó, mezclándose con risas y anécdotas de campaña. Sin embargo, la tensión entre Santiago y yo persistía, como un pulso sutil pero rozando la incomodidad.
Después de un rato, Patricia propuso dirigirnos al "Salón de las mujeres", un lugar emblemático donde nos encontraríamos con el equipo de comunicación del gobierno. Los cuatro nos encaminamos por los pasillos, pero la presencia de Santiago a mi lado creaba una barrera invisible.
Al llegar al salón, nos encontramos con el resto, este era un grupo bastante joven de gente de ambas alianzas, La libertad Avanza y Juntos por el Cambio. Patricia y Javier tomaron el centro del escenario para dar la bienvenida a todos.
—Este es nuestro equipo de Asesoría y comunicación gubernamental, Lea. Todos son piezas fundamentales en esta misión —anunció Patricia, mientras Santiago permanecía en segundo plano, observando.
Santiago tomó la palabra, su voz resonando con autoridad: —La comunicación será clave en esta nueva etapa. Todos tienen un papel crucial. Esperemos que estén a la altura.
A medida que el equipo se presentaba, noté que Santiago seguía cada palabra con atención, su expresión seria pero meticulosa. La tensión entre nosotros persistía, pero en los gestos de Santiago, encontré un matiz de interés y recelo cuando era mi momento de exponer.
La puerta se cerró tras Javier y Patricia, dejándonos con Santiago a cargo del equipo.
Luego de las respectivas presentaciones, comenzamos a trazar como serían las próximas semanas previas a la asunción.La presencia de viejos conocidos, como Eugenia e Iñaki, al menos daba un toque de confianza a la situación.
—¡Lea, qué alegría verte! ¿Cuando llegaste?—exclamó Eugenia, intentando aliviar la tensión.
— Siempre un gusto. Llegué ayer, no tuve tiempo para nada.—respondí con una sonrisa, tratando de mantener la calma.
Santiago nos interrumpió y sin perder tiempo, tomó el control de la conversación.
—Bien, no tenemos tiempo que perder. La asunción es en unos días, y necesitamos que todo salga impecable. La forma en que nos nos manejemos estos días previos que hay tanta incertidumbre es clave. —Santiago apoyó sus manos en la mesa, revelando su enfoque autoritario.
—Lo primero que vamos a hacer es empezar a tirar nombres de ministros y que lo levante la prensa, por eso deben encargarse de asesorar cada uno según los vayamos asignando.—Santiago fijó su mirada en cada uno, imponiendo su autoridad.
—¿Y qué hay de la transparencia? No me parece que arranquemos por ahí. —hice mi primera intervención.
—Lea, entiendo tu preocupación, pero tenemos que ser estratégicos. Es conveniente que utilicemos todos los recursos para mantener a la prensa en eso mientras nos dan tiempo—respondió, tratando de justificar su posición la cual no me parecía que tenga sentido. No lo necesitábamos y se lo iba a discutir a muerte.
—Estratégicos sí, pero no a expensas de la honestidad. Me parece que podemos ir por otro lado.—repliqué
—Mirá, Lea, falta poco tiempo y necesitamos mantener las cosas bajo control. Nadie tiene que enterarse de nada hasta el día de la asunción.—Santiago se mantenía inflexible.
—Pero eso va en contra de la transparencia y la honestidad. No podemos manipular la información de esa manera, eso es lo que nos diferencia.—Iñaki respaldó mi postura.
— Siempre te metes en donde no te corresponde, limítate a tus tareas no te lo digo más.—Santiago elevó la voz, mostrando su creciente frustración.
—Adhiero a lo que dice Iñaki, creo que no es conveniente para la imagen del nuevo gobierno empezar así, mucho mas por las tensiones que se están viviendo en la calle. —contesté volviendo mi vista a Iñaki, me sentía apenada por cómo lo trataba Santiago.
—Lea, entiendo que quieras aportar, pero acá necesitamos un liderazgo fuerte.—Santiago reiteró su perspectiva, ahora dirigiéndose directamente a mí.
—Ningún liderazgo fuerte. Te recuerdo que ambos estamos calificados para manejar al equipo.—dije, mostrando mi determinación.
En ese momento, la tensión adquirió una dimensión diferente. No solo se trataba de diferencias políticas; se percibía una tensión latente entre nosotros, una mezcla de desacuerdo y, curiosamente, de algo más profundo que no podía descifrar.
—Creo que no entendes que está en juego acá.—respondió. El realmente no me veía capaz para llevar adelante el trabajo, o al menos no como el. Pero iba a cambiar o lo iba a lograr a la fuerza.
—No te preocupes, Santiago, entiendo perfectamente. Se ve que el que no entiende como funciona el debate y el trabajo mancomunado, no soy yo, sos vos.—respondí desafiándolo con la mirada.
Santiago suspiró, visiblemente irritado.
—Miren, creo que necesitamos discutir algunas cosas en privado. Lea, te espero en mi despacho.
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Entrelazados por el Poder - Santiago Caputo
FanfictionEn "Entrelazados por el Poder", Santiago Caputo, asesor político del presidente electo Javier Milei, se ve obligado a colaborar con Lea Cristel, una joven asesora muy preparada con gran futuro. A pesar de los choques iniciales debido al carácter aut...