Capitulo 10

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10 de diciembre, 2023.

Ya era tarde cuando llegamos al Hotel Libertador, el lugar donde culminaría la jornada de la asunción presidencial. A pesar del cansancio, nos sumamos a la cena y al cierre del día. La energía del ambiente se encendió de nuevo, con cánticos, risas y canciones de campaña.

Luego de un rato, ya mi cansancio era tal que decidi que era hora de irme. Entre la euforia que se estaba viviendo en el lugar, me despedí de varios, anticipando una semana agitada que se avecinaba. Cuando llegó el turno de despedirme de Santiago, las risas y la música de fondo creaban un telón de fondo vibrante.

Me acerque hasta la zona de sillones donde se encontraba, algo alejado del resto, y me agache para darle un beso en la mejilla.
Santiago, con esa sonrisa arrogante que lo caracteriza, ni se movió de su lugar. Lo que provocó que al querer acercarme, en un instante de distracción, siento un tiron que me hizo terminar cayendo en su regazo. Entre risas, me agarro fuertemente de la cintura.

— ¿A donde te vas? Te había dicho que no terminamos — dijo Santiago acercando ágilmente su boca sobre la mía.

Empezó a dejar besos aislados cerca de la comisura de mis labios mientras afirmaba sus manos en mi pierna, haciendo énfasis en el corte de mi vestido.

—¿Te dije que ese vestido te queda increíble no?

—Y capaz si no te hubieras empeñado en ignorarme todo el día, capaz tenías un tiempito para eso.—le dije tajante, aunque con humor porque ya estaba medio superado el tema

— No seas mala, ¿Por que me tratas así? Si sabes que me volves loco —susurró en mi oído haciendo que se me erizara la piel.

—¿Que estás haciendo? Esta lleno de gente santiago por favor— dije viendo cómo a lo lejos estaban todos bailando y disfrutando de la fiesta.

— Shhh nadie está prestando atención.— contestó sin dejar de acariciarme por encima del vestido.

Me acomodo entre sus piernas quedando sentada en su regazo, en esa posición podía sentir como su miembro comenzaba a notarse.

— No sabes las ganas que tengo que sacarte este vestido. Desde el momento que te lo probaste quería sacártelo ahí nomas en el probador.— dijo con la voz que se le notaba su excitación. En eso éramos dos, era algo que ya no lo podíamos contener.

—¿Ah si? ¿y por qué no dijiste nada hasta ahora?— dije moviéndome sutilmente provocándolo.

Santiago afirmó su agarre nuevamente incitando a que siguiera con mis movimientos sobre el.

—No se, quería hacerme el que no pero no puedo contener las ganas que tengo de cojerte, me calentas como nadie pendeja— dijo mientras repetía besos en mi cuello provocando gemidos de mi parte.

Yo solo me podía limitar a sentir, todo lo que se estaba gestando en mi y teniendo en cuenta el lugar donde estábamos, se sentía tan ilícito e sumamente inmoral.

—Abrí las piernas— dijo llevando ambos manos a mis rodillas produciendo que la parte de adelante del vestido caiga entre medio de estas, logrando tapar mi ropa interior.

Sí alguien veía de lejos, estábamos sentados en el sillón. Perfecto.

Comenzó a subir levemente su mano hasta llegar a mi ropa interior. Al ser esta bastante chiquita logró meter su mano muy fácilmente y estar en contacto con mi punto sensible.

—Ni te toque y estas toda mojada, trolita— me dijo en el oido, mientras seguía repartiendo besos en mi cuello sin parar.

Al sentir sus dedos deslizarse entre mis labios y haciendo movimientos circulares sobre mi punto sensible no podía parar de pensar en nuestro alrededor. Estaba lleno de gente, esto estaba muy mal pero eso lo hacía más excitante.

Entrelazados por el Poder - Santiago CaputoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora