Entrelazados por el Poder - Santiago Caputo

Capitulo 20

26 de diciembre, 2023

La oscuridad de la noche parecía haberse instalado también en mi interior, dejando un rastro de dudas y temores que se entrelazaban con la decepción y el dolor. La conversación con Santiago había sido como abrir una ventana a una tormenta que se había estado gestando en silencio, revelando la magnitud de una traición que aún luchaba por comprender completamente. Sus palabras resonaban en mi mente, cada justificación, cada explicación, como ecos en un vacío que parecía crecer con cada latido de mi corazón.

El amanecer me encontró despierta, los primeros rayos de luz filtrándose a través de las cortinas y disipando las sombras de la noche. La claridad del nuevo día traía consigo una determinación renovada. Era el momento de tomar las riendas de mi vida. Me encontraba sola en mi apartamento, el silencio interrumpido solo por el ocasional sonido de la ciudad nocturna que se filtraba a través de las ventanas cerradas. La soledad, sin embargo, era un reflejo de mi estado emocional, una compañera indeseada en esta encrucijada de sentimientos en la que me hallaba.

Había creído conocer a Santiago, creí en nosotros, en nuestra capacidad para enfrentar juntos los desafíos que se nos presentaran. Pero las revelaciones de esa noche habían destrozado esa imagen, dejándome frente a un desconocido cuyas acciones habían puesto en juego no solo nuestra relación sino también mi carrera.

La estrategia que el había delineado, esa manipulación de la alianza y el juego de poder en el Congreso, eran movimientos de un ajedrez político que yo nunca había acordado jugar. ¿Era posible justificar tales acciones en nombre de un "bien mayor"? ¿Podía la traición ser un sacrificio necesario en el altar de la gobernabilidad?

Mientras me alistaba para el día complicado que se avecinaba, una decisión comenzaba a tomar forma en mi mente. Confrontar a Santiago iba a ser solo el primer paso; pero sabia perfectamente que luego debía enfrentar las consecuencias de sus acciones, tanto a nivel personal como profesional. La idea de una ruptura definitiva de lo que sea que tenemos hace que me duela en lo más profundo de mi ser, pero la de vivir en una mentira, en una relación construida sobre la arena movediza en donde reinaba la traición y el engaño, lo era aún más.

Cerré los ojos, buscando en la oscuridad de mi apartamento alguna claridad, algún atisbo de dirección en este laberinto de emociones en el que me encontraba perdida. La traición de Santiago había sido un golpe devastador, pero, a pesar del dolor, una parte de mí luchaba por entender sus motivos, por encontrar alguna justificación que aliviara este sentimiento de abandono y desilusión.

La política siempre había sido un terreno complejo, plagado de decisiones difíciles y alianzas frágiles. Había sabido desde el inicio que nuestro camino estaría lleno de obstáculos, pero nunca imaginé que uno de esos obstáculos sería la persona de la cual me estaba enamorando.

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El ambiente en la sala de reuniones del gabinete era tenso, cargado con la anticipación de un enfrentamiento inminente. Los ministros, el presidente Javier Milei, Karina Milei, Santiago y yo, nos encontrábamos reunidos alrededor de la gran mesa caoba que dominaba el centro de la sala. Aunque la reunión había sido convocada para discutir otros asuntos, todos presentes sabían que el verdadero drama estaba a punto de desplegarse.

Mientras Santiago tomaba la palabra para explicar las nuevas propuestas enviadas al Congreso, sentí cómo la ira y la determinación se acumulaban en mi interior. No podía permitir que sus manipulaciones continuaran sin enfrentar las consecuencias de sus actos. Era el momento de sacarle la careta y revelar la verdad detrás de todo.

Con un gesto firme, interrumpí su discurso. Todos los ojos se posaron sobre mí, algunos sorprendidos, otros expectantes. Santiago me miró, una mezcla de sorpresa y desafío en su mirada.