Capitulo 17

1.3K 50 10
                                    

Cuando llegamos al hotel me despedí de Martin agradeciéndole por todo lo que había hecho por mi y me dirigí rápidamente hacia mi habitación. Eran las 6 de la tarde y la reunión empezaba las 8 de la noche. No tenia tiempo para perder.

Al desbloquear mi habitación, siento como la puerta de al lado se abre. Quería ignorarlo y entrar.

—¿Se puede saber donde estuviste toda la tarde? —dijo Santiago con la voz ronca

No iba a soportar sus reproches porque los míos me los tragaba, bancandome sola sin ir y tirarle mierda a nadie.

—No te interesa—digo sin mirarlo y entrando a la habitación. Cuando iba a cerrar la puerta esta se vuelve abrir fuertemente haciendo que salte del susto.

—No te lo pregunto más, donde estuviste toda la tarde? —dijo fulminándome con la mirada, al ver sus ojos por primera vez me sorprendí. Estaban rojos.

—Salí con un amigo—dije sin dar mucha explicación, adentrándome en la habitación. Empecé a separar la ropa que iba a ponerme, saque mis cremas y demás productos para tomar un baño.

—Podes dejar de hacerte la pelotuda y contestarme lo que te pregunté. ¿A donde fuiste y con quien estabas? —dijo irritado, sentía que en cualquier momento iba a explotar pero seguía manteniendo distancia.

—Fui a la playa con Martin—contesté dando media vuelta en dirección al baño, no llegue a trabar la puerta que ya Santiago tenia medio cuerpo adentro.

—¿Por que mierda saliste con el? Teníamos el día libre para pasar juntos.—contestó. Estaba dolido, podía sentirlo en su voz.

—Si obvio, porque estabas muy interesado en pasar el dia conmigo. Déjame de joder Santiago. Mejor ni me hagas hablar. No quiero discutir.—repliqué.

—A ver qué tenés para decirme, te escucho—dijo arrinconando mi cuerpo con el suyo contra el lavamanos.

—Te dije que no voy a pedir pero tampoco voy a dar explicaciones.—podía sentir el calor de su cuerpo y por el pelo mojado, podía deducir que había tomado una ducha de agua hirviendo.

Santiago tomo mis caderas y me subió a la mesada del baño quedando entre medio de mis piernas. Me acercó hasta el borde para poder encerrar mis piernas en su cintura.

—Te estoy pidiendo que me digas que es lo que está pasando y que lo resolvamos. Se que no estás bien y yo tampoco lo estoy.—dijo acercándose a mi cuello y depositando un beso. Sentí un escalofrío atravesar mi columna vertebral.

—¿Se puede saber que hacía Sofía en tu habitación hoy?—pregunté, necesitaba escucharlo de su boca.

Santiago suspiro. Ya sentia el verdadero terror y me estaba arrepintiendo de haber preguntado.

—Esto es así. Ayer cuando te deje en tu habitación me reuní con Javier y Karina. Cuando volvía a mi habitación, Sofía apareció de la nada. Yo estaba cansado y le dije que se vaya. Insistió en querer que entremos a la habitación pero le dije que no.—dijo narrando toda la secuencia hasta que lo interrumpí.

—Para para, cómo insistiendo? Que quería?—dije sintiendo como mi cuerpo volvía a sentirse tenso.

—Ella pensó que podía pasar algo y vino a buscarme. Yo le dije que no y se fue. Hoy cuando volví del desayuno, volvió a la habitación y me pidió disculpas por lo de ayer. —dijo finalmente mirándome a los ojos. Podía sentir como sus palabras parecían sinceras.

Bueno algo de lo que me había dicho Martín empezaba a tomar forma.

—Algo no me cierra. Cuando hoy a la mañana te fuiste, ella me preguntó si vos estabas con alguien. Para que lo haría si ya le habías dicho que no?—dije, mi cabeza no parabas de maquinar.

Entrelazados por el Poder - Santiago CaputoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora