Rechazó
Camino a tropezones por el pasillo de la habitación, sus piernas estaban débiles, tenía la oportunidad de huir y estaba dispuesto a hacerlo. Llegó a su habitación, se tumbo en la cama y descanso sus caderas, apenas se había podido enredar una sábana en su cuerpo débil, la cual estaba sucia de sangre debido a la herida del cuello que aún seguía abierta. Se levantó lentamente hasta entrar al baño, no tenía espejo y no podía mirar el estado de la mordida, optó por mirar en el reflejo de los canceles de cristal de la ducha, no se veía bien, pero podía notar lo grande que era y cuando tocaba con sus dedos, un estremecimiento recorría su cuerpo.
No quería a Volkov, pero esa marca le obligaba a permanecer a su lado aunque no quisiera, se sentía tan triste y deprimido. Sus ojos ardían de lo hinchados que estaban, había llorado demasiado y se sentía muy agotado. Camino a paso lento, sosteniéndose de lo que podía para evitar caer, nuevamente entro en las suaves mantas de la cama y se envolvió en ellas, sintiendo sus ojos pesados hasta caer dormido.
La noche paso rápido, la luz del sol daba señal de que había amanecido, Volkov se removió inquieto, había algo que cambio, un sentimiento de vacío y tristeza que lo golpeaba terrible. Cuando despertó por completo, miro el desastre que había y las sábanas manchadas de sangre, aún sentía su cuerpo temblando y caliente, sus ojos se abrieron en impresión, se levantó rápidamente, sintiendo su cabeza pulsar, consecuencia de la resaca. Busco sus supresores y trago dos en seco, camino hasta el baño para echarse agua en el rostro y recordar todas las bajezas que cometió.
—¿Qué he hecho?. . .
Se colocó unos pantalones y salió corriendo a la habitación del Omega, al verlo entre las cobijas, sintió alivio. Se acercó lentamente, colocándose de rodillas al encontrar su rostro demacrado.
—Horacio, lo siento. Se que cometí un error, lo que he hecho fue una estupidez...
—Conseguiste lo que quieras, ¿No? Deberías estar feliz. . .
—No. No. Yo no quería esto, ahora estamos unidos, ¿Notas alguna felicidad en mi? ¿De verdad crees que esto me hace feliz?
—Tienes razón, esto es una desgracia para ti, marcaste a la persona incorrecta.
—Horacio. . . No es así, es muy egoísta de mi parte decir que me da gusto que hayas sido tu.
—Claro. Pero lo que tú no sabes, es que yo no te quería a ti.
Las palabras del Omega habían pegado tan fuerte, se sentía herido, desvió la mirada y apretó los labios, comprendía su actitud, pero ante ese lazo que compartían, podía sentir la amargura que estaba viviendo su ahora Omega. Trago saliva y se levantó, notando que el frío se había colado por las ventanas rotas y la habitación estaba helada.
—Horacio, ¿Dormiste con las ventanas así?
No hubo respuesta, se acercó a él y descubrió un poco su rostro, sus dedos fríos tocaron la piel caliente del Omega, rápidamente se alarmó y le retiro las mantas, estaban sucias de sangre y eso, era debido a la marca de su cuello, la cual estaba hinchada y abierta. Se maldijo internamente, no tuvo cuidado en nada, sin decir más, tomo el cuerpo ardiente en temperatura de Horacio y lo llevo rápidamente a su habitación, estando allí, lo dejo sobre la cama para preparar la bañera con agua tibia para bajar su temperatura.
Regreso con él y lo llevo en brazos para meterse con el, importando poco que haya mojado sus pantalones, Horacio jadeo por la sensación terrible del agua tibia contra su cuerpo, el cual temblaba.
—Lo siento, pero así no bajara la temperatura, Horacio por favor copera conmigo.
—No. Déjame por favor, no quiero estar cerca de ti. . .
Sus ojos apenas podían mantenerse abiertos, le pesaban igual que un desvelo. Volkov estaba aterrado, completamente decepcionado de si mismo, ese lazo que ahora los unía solo lo estaba lastimando de manera tortuosa. Espero unos 10 minutos más para apresurarse a salir de la ducha y ayudar al Omega a vestir con prendas frescas, besando su frente con cariño mientras le brindaba un poco de calor entre sus brazos, Horacio parecía no responder a ninguna de sus acciones, podía sentir ese frío que golpeaba su corazón.
Tomo el móvil, marcando rápidamente al médico que había venido aquella vez que lo encontró en un intento de suicidio. No sé despegó de su lado por ningún motivo, había dado órdenes por la radio para que sus hombres dejarán pasar al médico que trataría a Horacio, los minutos parecían horas, el Omega parecía morir, el color tan brillante de su piel trigueña perdía color, volviéndose pálida y reseca, sus labios estaban entre un púrpura débil a un rosado. Se quejaba constantemente, arrugando la nariz y llevando su mano a la zona de la marca, lo más seguro es que el dolor se extendiera, porque no la había curado en su momento.
Después de un rato, finalmente el médico había llegado, soltó un suspiro, el mismo sabía que el estado del Omega era terrible, no critico, pero si grave. Inmediatamente inyectó antibiótico y comenzó a curar la mordida, Volkov observo todo atento, sintiendo una especie de celos al notar que otro alfa tocaba esa marca que le pertenecía a él y que era su obligación tratarla, pero a este punto, había dejado de lado sus impulsos, para únicamente concentrarse en el bienestar de Horacio.
—Su cuerpo no está acostumbrado al frío, el baño frío le ayudo a disminuir la temperatura, pero podría volver a presentarse y la marca. . . Está cerrada, solo asegúrate de limpiarla y cubrirla con gasas, no es recomendable ahora ya que debe cicatrizar bien.
—Bien. . .
—Se que no me permite meterme en sus asuntos, pero Horacio está grave, no solo en el sentido físico, ¿Me entiende? Juzgando un poco deliberado, supongo que paso con el su celo.
Soltó un suspiro.—Si.
—Bien, le dejaré los medicamentos correspondientes y. . . Si hubo nudo, las pastillas anticonceptivas las debe tomar en cuanto despierte.
—¿Crees que el acepte tomarlas?
—Bueno, dudo mucho que haya aceptado la marca, entonces tampoco aceptaría llevar un cachorro que no planeo.
El tono de voz usado del médico fue fuerte, se sentía enfadado, ver al pobre Omega en esa situación era terrible y podría ayudar lo más que sus manos le permitieran. Guardo sus cosas y antes de salir de la habitación hablo:
—Vendré a visitar a mi paciente, espero que al menos haga eso conciente, Horacio necesita ayuda. Buenas noches.
El médico se retiró y dejo a Volkov con un rostro indescifrable. Miro a Horacio una vez más, dormía tan apacible, era tierno y hermoso, nunca se perdonaría todo el daño que le había causado, se arrodilló aún lado de el, tomando su mano para dejar un suave beso sobre su dorso. Ahora era su alfa, estaba consciente de que no sería aceptado y tenía ganado su rechazo pero lo necesitaba tanto y cuidaría de él hasta que le perdonará, así pasarán años, lo buscaría y le pediría de rodillas su perdón.
Remin

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Tuyo 3 (Volkacio) FINALIZADA
Aléatoire-No debiste enamorarte de mi-. -Lo siento amo-. Frío y malvado, ¿que me llevó a fijarme en el? Extrañó a mi hermano y mis emociones cada vez son tan... raras. Omegaverse Volkacio Sexta historia Tuyo3 FINALIZADA