El Perfil Del Novio De Mi Ex [Corrigiendo]

VII - Noche

Hace tiempo que no sé sentía de ése modo, era la misma sensación de la noche con Sara.
El nudo en la garganta, la falta de respiración y las ganas de llorar.

Estaba por entrar al auto y marcharse de ahí, cuando escucho una voz.

Aquella voz que conocía tan bien.

—Hey, tú —expreso apenas en un hilo de voz—, hombre siempre dices que no estas en forma. Y no sabes como corrí para alcanzarte.
Quiero decir... hola, Michael, hola.

Traía aún el saxofón en la mano, a pesar de ello trato de hacerlo a un lado y lo abrazo.
Finalmente le había conocido, sin embargo era difícil el recuperarse, la adrenalina de estar arriba del escenario, luego alcanzar a Michael le era complicado hablar con normalidad.

Así que se quedó un momento de ése modo.
Por su parte la voz de Jonathan seguía haciendo efecto en Michael, una vez más todos ésos miedos e inseguridad se fueron.

—Lo hiciste genial.

—Gracias, creo que después de todo no lo hice tan mal. Al menos éso parece.

—Lamento que no te quedarás a la ovación, de verdad que fue increíble.
Me alegra haberte visto en vivo, no soy mucho de ir espectáculos así con varios artistas, pero este evento valió mucho la pena.

—¿No quieres quedarte a comer algo? Tal vez podamos hablar un poco, no lo sé, falta un buen de tiempo para que termine el evento.
Estamos recaudando para el Instituto Alexandria, luego de la explosión que hubo quedó en malas condiciones, supongo que te enteraste.
Con los shows, la compra de comida y venta de artículos, quizás podamos recaudar suficiente dinero para salvar el Instituto.

—Realmente no quiero incomodar, sé que es probable que tengas compañía y el verte para mí es suficiente.

—No quedé con nadie más, descuida.

—Entonces me encantaría acompañarte.
Y sí quieres puedes guardar el saxofón en mí auto, para que camines un poco más cómodo.

—Gracias.

Michael aún tenía cierta incertidumbre, a pesar de ello lo siguió, hasta volver a ingresar al evento.

Era tan irreal estar en ése sitio, estaba esperando ver una cámara escondida o algo por el estilo.
Por ello permanecía atento, buscando a Sara con la mirada, esperando verla otra vez.

Y acabar de una vez por todas con ésto.

Ambos habían comprado un par de papas, hot-dogs y refrescos.
Algo un tanto sorprendente para Michael, que creía que Jonathan era de ésos chicos obsesionados con su imágen.
Todo aquello que esperarías ver de un influencer, sin embargo cada vez ésa imagen se alejaba más.

Por fortuna encontraron una mesa desocupada y se sentaron ahí, la mayor parte de las personas seguía frente el escenario.

—Pareciera que quieres regresar a la multitud de personas, Michael.

—No, es solamente que me quedé con las ganas de tomar aunque sea una fotografía. Así como el resto de los demás.
Es sólo que soy bastante estúpido para estás cosas, cuando veo algo que me agrada, o algo que disfruto hacer, me olvidó de las fotos.
Todo mí ser se queda perdido en un momento, luego cuando reacciono las cosas terminan.
Y es que en el fondo, no quiero perderme ninguno de ésos momentos, es como ver el anochecer por primera vez.
Estuve durante muchos años perdido en papeles, en el teléfono, que jamás me había detenido a ver cómo oscurecía, de repente simplemente ocurría.
Luego en unas vacaciones con mí ex en Tampico pude ver el anochecer por primera vez, con el sonido de las olas.
No tengo foto de ése día, pero aún conservo conmigo una caracola, a veces quisiera regresar el tiempo y volverlo a ver, tener una vez más la oportunidad de vivirlo.

—Estas a tiempo todavía de tomar fotografías.

—Supongo, tal vez esta sea la última vez que pueda verte.
Quién sabe quizás algún día de estos te vea en la t.v o en internet, y no tendré oportunidad de comprobarle a mis amigos que alguna vez te conocí.

Jonathan negó en absoluto, éso era imposible, él era una gota en un mar inmenso lleno de estrellas de mar.
Sin embargo Michael claramente lo creía posible, posteriormente saco su teléfono y le tomo una foto, luego a la mesa, se giro y también tomó una fotografía del escenario de lejos.

—Con esto me basta, como un buen abogado tengo pruebas irrefutables de que te conocí una vez.

—No puedo creer que estés pensando todavía en el trabajo, dime ¿Ya te llevas mejor con tus colegas? ¿Qué tal tú último caso?

—Ellos aún me odian, y sobre el caso todo resultó bien.
Le aconseje a mí cliente no caer en provocaciones, y sobre todo que escuchará lo que escuchará, no dijera nada, él obedeció, así que ganamos.
Pero vamos, escuchas mis quejas todas las mañanas, cuéntame que hizo que volvieras a tocar el saxofón.

—Ví en las noticias lo sucedido con el Instituto Alexandria, luego supe del evento por unos amigos, así que decidí unirme.
Estudie aquí, por ello, tengo una especie de conexión por este sitio, en el nació mí amor por la música.
En ésa era cree una banda, que hace tiempo quedó deshecha, ja.
Tengo la cualidad de hacer de todo un fracaso miserable.
Nunca he tenido un fan y agradezco no tenerlo, imagina seguir a un perdedor.

—Pude con transmisiones en vivo, así  que puedo con tú música, estoy seguro que me hubiese gustado escucharte en un tiempo atrás.
Y uf, no sé, pero sí te hubiera oído tocar Wouldn’t It Be Good de Nik Kershaw, yo, hombre... estoy seguro que habría sido muy feliz escuchándote.

—Probablemente hubieras escuchado Never Tear Us Apart de INXS, años atrás ésa canción no podía sacarla de mí mente y fue de las primeras que aprendí a tocar. También en guitarra.
Hoy en día, creo que todas ésas canciones están empezando a quedar atrás, esta en auge todo lo comercial.
Por un momento creí que me bajarían del escenario, imaginé a los jóvenes decir; “qué hace un anciano con un saxofón, solamente falta que saque un ukulele”, y lo más gracioso es que les hubiera dicho que también puedo tocar el ukulele —rio—.
Gracias por no dejarme sólo en esto.

Y luego le sonrió, como siempre.

Aquello se estaba haciendo costumbre y le hacía feliz.