Si tu vida se desmoronará en este instante ¿Cuánto serías capaz de soportar para mantener unidos los pedazos?
A veces es imposible descifrarlo. No tienes respuesta a la pregunta hasta que sucede.
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Seis meses atrás todo se derrumbó, no frente a...
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08/09/2025
Desempaqué la última caja hace poco agradeciendo que el camión no se tardó un día completo en llegar, y al acomodar mi lamparita de noche en la mesa a los pies de mi cama, la satisfacción que me sobrecoge es inexplicable. A pesar de ello, algo en esa “satisfacción” se siente vacía, incompleta. ¿Estaré pasando algo desapercibido?
Apilo todas las cajas en un rincón, y observo a mi alrededor esperando sentir está habitación más propia.
No funciona.
Sigo sintiéndome una extraña. En este lugar. Observando una habitación que se siente como la de alguien más.
Ocupando una vida que no es la mía. Siendo una impostora.
Todo el aire sale de mis pulmones. Solo siento una ligera sensación de bienestar al ver que todo se encuentra en orden, y nada más. Tomé la pila de cajas, y las llevé al ático. Las dejé en el suelo, y al salir me tropecé con una caja. Chillé. No sé encontraba vacía y lo que sea que tenía adentro era pesado.
La caja tenía una pila de cosas encima y estás quedaron desperdigadas por el suelo. Refunfuñé por lo bajo y me agaché para recogerlas. Un portarretrato con una foto. Sonrió. La familia que me devuelve la mirada parece auténtica y completa. Ya no es una sombra de lo que era. Una vez que una pieza falta, todo se desmorona.
Reconozco a la rubia de la foto como Vanessa, el niño de quizá diez año que con ella posa es Dylan. Me cuesta un tanto reconocerlo, a pesar de poseer el mismo cabello caramelo y los oscuros ojos luminosos, todo en él es diferente. En la foto luce diferente. Se ve feliz. Y no, no con esa sonrisa falsa que te obligan a forzar para las fotos. Es una sonrisa genuina, de esas que te llegan a los ojos, y provoca que tus mejillas duelan de tanto reír, de esas que provocan que todo tu ser irradie la más contagiosa luz.
¿Cómo no va a encontrarse feliz cuándo tiene una familia completa?
¿Cómo no va a encontrarse feliz cuándo está al lado de las personas que ama?
¿Cómo no va a encontrarse feliz cuando su vida parecía una de película?
O al menos, eso es lo que parece. Sé que confiarse de las apariencias no es algo fiable. Trago saliva. Nada me asegura que la foto sea solo una fachada.
Lo único que no lo es, es la sonrisa del chico.
El hombre que se encuentra a su lado, es su padre, y es fácil de deducir porque su expresión es casi idéntica. Las facciones de su rostro son iguales, comparten los mismos ojos y nariz. A diferencia de su sonrisa, es igual a la de Vanessa.
La sonrisa que mi rostro adquirió a medida que estudiaba la foto se desvanece. Es increíble como una imagen puede trasladarte a otro lugar y hacerte sentir las emociones que captura.
Y es más impresionante que esa imagen conserve tan solo un recuerdo que no alcance a asemejarse ni a una sombra de la realidad actual.
Me preguntó que fue lo que sucedió para que Vanessa se divorciará del papá de Dylan. No es mi problema, solo me genera un tanto de curiosidad. El contraste entre el Dylan actual y el de la fotografía junto con el cambio tan abrupto que se produjo en sus vidas.
Mis sonrisas también se esfumarían si la persona que me acompañó gran parte de mi vida, sea obligada a irse de ella.
Me pregunto cómo se sentirá con nosotros aquí. Invadiendo su espacio. Su casa. La que alguna vez compartió con su familia. Cuándo eran una.
La melancolía me invade, su recibimiento poco cálido es justificado.
Apilo los libros que tiré en el suelo, y un montón de CD's. Todos de las películas de DC. Me pregunto si Dylan los colecciona. Me encuentro con otros álbumes de fotos y los acomodé, encima de una de las cajas junto con el portarretrato.
Salí del ático, y me encontré a Dylan de frente. Doy un respingo, y mí pulso se acelera, por lo que llevé mi mano a mí pecho en un reflejo instintivo.
—Te estaba buscando.
—¿Para?
—Es hora de cenar. Mamá está abajo organizando la mesa. Dijo que te llamará para comer.
Apreté la mandíbula.
Asentí.
¿Cómo será para él comer con unos extraños bajo su techo pretendiendo ser parte de algo que no considera sea posible que exista en primer lugar?
Bajé las escaleras, con Dylan adelante. Algo sucede y él realentiza sus pasos para caminar a mi lado.
Ayudé a Vanessa a poner la mesa, Dylan lo hace conmigo. Nos servimos y nos sentamos para comer. Dylan se sienta a mi lado. Agradezco por los alimentos en voz baja, como es costumbre, y los bendigo, antes de probar un bocado.
Cuando abro los ojos, Vanessa y Dylan me observan por una fracción de segundo, extrañados, me siento intimidada hasta que desvían la vista y se centran en su comida.
Nadie pronuncia palabra alguna durante toda la comida.
Y el silencio que se cierne es abrumador.
Siempre he asociado el silencio con paz.
Ahora no me siento segura de que signifique eso.
Este se siente como la manifestación de la tensión que ninguno de nosotros es capaz de pronunciar.
Gritos al vacío que se enredan en las palabras no dichas.
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Wow, wow, wow, demasiado para procesar en muy poco tiempo, lo sé JAJAJAJA.
¿Qué creen que haya ocurrido con los padres de Dylan?
Y por favor sean pacientes con Audrey, ¿sí? :(
Ya pronto van a ir entendiendo todo, me gustaría aprovechar para avisarle que sí están esperando ver romance, lamento decepcionarlos pero esta historia va a centrarse en otros temas...
Pronto lo descubrirán, je.
Me despido, mucho amor para ti lector que decidió darle una oportunidad a esta historia.
Nos veremos la próxima semana, en otra actualización <3
