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Mauro no había podido resistirse. Por más que le pareció que era muy confianzudo de su parte, terminó usando la compu de Joaquín para jugar unas partidas de Fornite.

Luego de haber estado con el rubio platinado por un rato, charlando y contándole más o menos todo lo que había pasado para que terminara desapareciendo de la vida de Tiago, este había vuelto a la fiesta. No sin antes haber sido obligado por Mauro a nuevamente jurar que no le diría nada a nadie.

Joaquín lució exasperado por eso, pero de todos modos lo hizo, sobretodo porque ahora entendía el por qué de muchas cosas. Y Monzón, aunque seguía dudoso, decidió confiar en el. Que igual no es como que tuviese mucha opción... Pero Tiago no se presentó en la habitación cinco minutos después, así que supuso que había decidido bien.

Gracias a eso, comenzó a relajarse pasado el tiempo. Ahí, a solas, con ropa limpia y seca, en la que probablemente sería la pieza más linda y cómoda en la que había estado en toda su vida.

Se sentía mejor que en la fiesta a decir verdad. Y no sabía que tan asocial lo volvía eso, pero prefería mil veces quedarse toda la noche jugando al Fornite, que estar abajo con el resto de la gente.

Y eso era lo que había hecho. Sin darse cuenta, en lo que pensó que solo habían sido un par de horas frente a la PC, resultaba que había durado tanto tiempo como para que la fiesta terminase.

Y ni siquiera se hubiese dado cuenta de ello, de no haber sido porque tuvo a Joaquín de vuelta, quien lo atrapó con las manos en la masa. Pero lejos de parecer molesto, solo se burló de él un poco y luego procedió a decirle que ya la mayoría de la gente se había ido.

— Solo se quedaron algunos amigos. Vos podés quedarte a dormir también si querés... Pero en otro cuarto — Mauro asintió, frotándose los ojos y bostezando, tratando de salir de su aturdimiento.

A diferencia de hace unas horas, ya no le parecía terrible quedarse. Además de que ya parecía estar amaneciendo, se dió cuenta al mirar por la ventana.

— ¿Qué hora es?

— Las 6 am creo

Dios, ¿tanto tiempo había pasado? Cuando había entrado al cuarto de Joaquín apenas eran como las 2...

— ¿Tiago también se quedará? — preguntó con cautela. Para su suerte Joaquín negó.

— Se fue hace rato... Dijo algo de que su viejo lo mataría si no amanecía en su casa — Mauro asintió, entendiendo.

Así que su dinámica familiar seguía siendo igual que siempre.

— Aunque no se quería ir... creo que porque ya sabía que estabas acá. Enzo le dijo — añadió Joaquín después de una pausa — Me fue difícil mentirle cuando me preguntó si no te había visto... Estuvo toda la noche buscándote... — Mauro tragó saliva, dándose cuenta de lo seca que estaba su garganta.

Se levantó de la silla y estiró las piernas, acercándose también a la mini nevera de Joaquín para sacar una botella de agua.

— Yo no sé Mauro... Entiendo más o menos porqué estás haciendo todo esto. Pero yo creo que igual deberías hablar con Tiago... Sabes, el está muy convencido de no dejar las cosas así... Ahora más que nunca...

Monzón se relamió los labios, luego de beber casi la mitad de la botella, evitando el contacto visual.

— Gracias por cubrirme Joa — fue lo único que dijo, antes de salir de la habitación.

• • •

Ahora que ya no había moros en la costa y la fiesta finalmente se había terminado, Mauro no tuvo temor de bajar.

Soy Uno Más ✧ Litcko [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora