24

85 6 29
                                    


1/4

A pesar de la aparente emoción de Mauro por la joda, terminaron llegando un poco tarde.

De haber sido por Paulo, hace rato que estarían en la fiesta, pero Mauro decidió invertir una cantidad considerable de tiempo en arreglarse.

Estaba siendo particularmente quisquilloso con su apariencia el día de hoy.

— Si eso hace una simple atracción, no me imagino cuando estés enamorado... — comentó el rubio como quien no quiere la cosa cuando finalmente Monzón le avisó que ya estaba listo, ganándose un sopapo por parte de este.

Luego de eso solo tuvieron que esperar unos minutos al uber y dentro de otro rato más, este los dejó ante la fachada de la "humilde" morada Cordovero.

Que realmente de humilde no tenía nada...

Desde que habían comenzado a adentrarse al barrio ambos habían notado que capaz el rubio teñido era un tanto cheto, pero la imponente casa frente a la que se encontraban justo ahora no era nada que hubiesen podido llegar a imaginarse.

— Olvídate de Matías, tenés que conquistar a Joaquín — Paulo no perdió el tiempo para joder a su mejor amigo. Este casi se sintió mareado de lo fuerte que rodó los ojos.

Ignorándolo, comenzó a caminar a través del amplio jardín, hasta llegar a la puerta de entrada. Londra soltó una risa antes de seguirlo.

Una vez adentro se toparon con una gran cantidad de gente, como era de esperarse. Quizás pudiesen haber apreciado mejor el concepto abierto y las terminaciones modernas del lugar, de no haber sido por la poca iluminación, proporcionada más que nada por las luces bolicheras de distintos colores, que no era como que facilitaran mucho la vista.

Además de eso, los recibió la música sonando a todo volumen en los parlantes. Mauro no pudo evitar hacer una mueca, ni siquiera podía escuchar sus pensamientos.

Paulo tuvo que hacerle una seña para hacerle saber que quería que lo siguiera; y Mauro no dudó al ir tras él, a pesar de que muy probablemente el ojiazul no supiera ni a dónde se dirigía.

Por suerte no les fue difícil encontrar la cocina, dónde de inmediato Londra se encargó de buscar algo de Fernet y coca para preparles los tragos.

Mauro se aseguró de hacerle saber que quería que le hiciera uno suave, lo último que quería era ponerse en pedo esa noche.

— Entonces... ¿Me vas a cuidar? Porque yo si quiero darmela en la pera — inquirió inocentemente el ojiazul.

— No — respondió tajante Mauro — te pones en pedo y dejo que Duki te viole

— ¿Premio o castigo? — bromeó de vuelta el rubio, y ambos rieron está vez.

— ¿Así que... estarías dispuesto? — preguntó Mauro luego de una pausa, una vez que Paulo le hubo entregado su vaso.

Londra nunca había tocado el tema sexual al referirse a Duki, ni si quiera en juego, y notar el cambio le generó curiosidad.

El rubio negó, pero no pudo sostenerle la mirada, además de intentar de ocultar inútilmente un sonrojo dándole un trago a su bebida.

Mauro estuvo a nada de hacer un comentario burlón al respecto; pero como si lo hubiesen invocado, el rey de Roma se hizo presente, irrumpiendo en su conversación.

— Paulo — dijo Lombardo luego de adentrarse en la cocina, notando la presencia del nombrado y su mejor amigo.

Había venido en primera instancia para rellenar el vaso del que había estado bebiendo, pero terminó acercándose para saludar, a Londra con un beso en la mejilla y a su tocayo con un asentimiento; para posteriormente iniciar una charla trivial.

Soy Uno Más ✧ Litcko [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora