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Esto no podía estarle pasando.

— Mauro — volvió a decir el chico — No entiendo, ¿Que... Haces acá? — sacudió la cabeza — ¿Cómo estás? — Mauro abrió y cerró la boca varias veces, sin saber que decir.

— Yo... Justo ahora, mojado — respondió finalmente, sintiendo como el Fernet de Enzo ahora se colaba en sus pantalones.

— Ay Dios, perdona... — respondió aquel, pero eso no lo detuvo de seguir su interrogatorio — ¿Vos... Conoces a Joaquín? ...¿O estás aquí por... Tiago?

El corazón de Mauro se saltó un latido.

— ¿T-Tiago? ¿Él está acá? — pregunto en seguida, ignorando las interrogantes de su viejo amigo.

— Si, todos los pibes están acá. Tiago, Tomi, María, Martin...

Por supuesto; suspiró. Hoy no era su día, definitivamente.

— ¿Saben que estoy aquí? — bajó la mirada, exprimiendo un poco su camisa con sus manos. Enzo hizo una mueca.

— No, osea, acabamos de llegar hace un rato igual, así que no creo. ¿Hace cuánto que vos estás acá? ¿Joaquín te invitó? — Mauro solo asintió.

— Che, mira. Me encantaría seguir hablando con vos, pero... Necesito ir al baño ahora — se inventó una excusa rápidamente para escapar de la situación.

— Mmm... ¿Mauro, sabes que no podés seguir escondiendote verdad? — el ojiverde lo miró.

Pero un escándalo que se hizo al rededor de la pileta los hizo apartar la mirada a ambos por un momento, y a todos los que estaban alrededor.

Por lo que pudieron observar, Ivo acababa de empujar a Joaquín a la pileta. Justo ahora aquel parecía estarlo puteando.

— Enzo, escuchá — Mauro volvió a llamar la atención de su amigo — ...Se que todo es raro ahora, pero te prometo que todo tiene una explicación. Y voy a dártela... Pero necesito que hagas algo por mi — el otro lo miro con atención — ...No podés decirle a Tiago que estoy acá. Ni a él ni a nadie...

— No, Mauro, ¿vos en serio me estás pidiendo eso? — Enzo se negó de inmediato.

— Hey, te lo digo en serio... Es importante para mí que nadie sepa que...

— ¿Y no pensas en lo que es importante para nosotros? — lo calló. Mauro comenzó a sentirse mal — ...Mauro, cuando desapareciste así, ¿No pensaste en nosotros? En Tiago... El aún...

— ¡Enzoo!

De la nada, sin que ambos se percataran por estar absortos en su conversación, Joaquín se había acercado a ellos. Así todo mojado como estaba, empapado de pies a cabeza, iba de camino a su pieza para cambiarse de ropa cuando notó la presencia de Sauthier y vino a saludar.

— Pensé que ya no venían boludo — le dijo, de mucho mejor humor del que parecía haber tenido hace unos minutos — Los otros pibes también vinieron ¿cierto? — inquirió, haciendo amague a querer abrazar a Enzo, pero este lo detuvo con las manos.

— Si, están adentro — respondió — ¿Que mierda pasó ahí?

— El pelotudo de Ivo me empujó a la pileta... — Joaquín rodó los ojos — Con celular y todo. Es un tarado... Ahora voy a tener que cómprame uno nuevo... Bueno, voy a mi pieza a cambiarme, después bajo con ustedes

— Te acompaño — Mauro se aprovechó la ocasión, metiéndose en la conversación en el momento oportuno — Es que necesito ir al baño... Así me podés decir dónde está de una — ignoró la mirada de reojo que le dió Enzo.

Soy Uno Más ✧ Litcko [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora