CAPITULO 68.

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente.

El regreso de Nikolay fue un golpe crudo, no solo para el orgullo de su hermana, también lo fría hacia sus sentimientos, abismo y luto que había acogido desde hace siete años atrás. Ella tenía debilidades, y al parecer no era solamente la princesa que tanto cuidaba. Aún así, el león siempre estuvo a su lado, desde que ella arrastró el cuerpo sin vida de su mellizo, en la morgue, en la capilla, en el entierro y los días consecutivos dónde los espectros de la noche querían llevarsela.

Y una vez más, Dhalia Ivanova demostró que si ella se sentía mal o simplemente quería, el "Gran" León de la Pirámide Negra correría a rescatarla. Tal cual sucedía con el "Imparable" Lince de la Mafia Rusa, a quién le dolía más ver a la Reina llorando que ver el cadáver de su propia hermana frente a él.

El frío iba en contra de sus cuerpos abrigados, ambos caminaban en silencio el puente principal de Tsarevets. Juntos tomaron asientos en uno de los muros poco altos, con los pies hacia el precipicio y la espalda a los seguro.

— ¿Cómo es que está vivo? —preguntó Luciano una vez que la mujer había dejado de sollozar.

— Ni yo sé. —bufó y se recostó de una columna para quedar frente a él. — Al parecer alguien tiene una piedra filosofal revive muertos...

Luciano se carcajea sin poder evitarlo, fijando sus ojos diferentes en los, ahora brillosos, ojos grises.

— Pero tienes ese brillo otra vez. —susurró sin saber el impacto que iba a tener contra Dhalia.

— Ese brillo se murió, Luciano. No existe.

— Pero regreso... Casualmente regreso.

— Acabo de llorar, no puedes deducir eso.

— Puedo... Y apuesto a que tienes cosquillas.

Antes de que él se acerque ella le alza el dedo índice con advertencia.

— Ni se te ocurra Luciano Di Marco. —advirtio.

El hombre bajo la mano regresando al silencio que los caracterizaba, cada uno decidido a dejar atrás el tema inicial del muerto viviente. El frío los rozaba alborotando el cabello rubio de ella. 

Sus ojos grises se fijaron en él, «Su detestable esposo», la nariz recta, esos rasgos marcados, fuertes y masculinos que siempre llamaron la atención de ella. Era como un magneto que la atraía, a veces llegaba a pensar en qué, después de Luciano, tal vez para ella no hubiera nadie más que la quisiera, y tal vez por eso ella se negaba a entender que él era tóxico.

Pero fuera de eso, había algo que no la dejaba concentrarse en verlo fascinada.

— ¿Qué pasa? —preguntó él.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Ajá.

— Te acostaste con Andriette.

— Eso no es una pregunta, es una afirmación, muñeca. —le sonríe con burla pero ella se mantiene seria. — ¿Andriette? ¿Cuál de todas tus primas es esa?

— No luzcas confundido, es la única prima viva que tengo. —gruñe con el mal llamado celos recorriendo su cuerpo. — Rubia, alta, ojos grises, sabelotodo con gafas y chaqueta blanca.

Luciano suspira, y se endereza acercándose a ella.

— Se quién es, no tienes que decírmelo. —murmura. — No Dhalia, la única Ivanova que me ha gustado es la madre de mi hija.

— Bien que le mandaste hacer una prueba de paternidad... —los muros que se habían bajado por la improvista aparición de Nikolay se están alzando, y Dhalia Ivanova está regresando.

— Tenía que asegurarme, después de lo que hiciste en la reunión de Francia tuve mis dudas.

— Eres el único que me ha metido su asquerosa polla sin condón. —mintio.

— Bueno, eso no lo sabía.

— No respondiste, ¿Te follaste a Andriette?

— No, Ivanova, por Dios.

Impulsa su cuerpo para bajarse del muro, el frío inminente lo estaba haciendo titiritar. Una vez en tierra firme, jalo desde la espalda a la rubia hasta dejarla en pie.

— Eres la única sabelotodo que me encanta... Y no hay espacio para otra.

— No te creo. —lanzo de inmediato. — Eres un mentiroso compulsivo, y también mentiste con Maia.

— No sé habla de los muertos.

— Pero bien que la tenías embarazada. —entrecierra sus ojos grises.

— Si, Dhalia, porqué necesitaba un heredero y creí que mi mujer estaba muerta... Hasta que la brasileña fue con pruebas de que había una niña contigo.

— Igual, te acostaste con mi prima, asqueroso.

El italiano no tartamudeo a la hora de agarrarla por el cuello y empotrarla contra la columna, alzo de su pequeño cuerpo hasta que a ella, por seguridad, no le tocó más remedio que envolver la cintura del hombre con sus piernas apegandolo a su sitio sensible.

El metro cincuenta falla en muchas ocasiones.

— Eres la única rubia, malhumorada, sabelotodo, nómada, que me gusta y me encanta. No necesito a una bióloga... ¿Qué papel tendría yo?

— El del idiota.

— Esa boca, muñeca. —gruñe acercándose a sus labios. — Tienes una boca muy imprudente.

— Te encanta mi boca imprudente.

— Cuando está en ciertas partes de mi cuerpo, definitivamente si.

Dhalia pone sus manos en cada pectoral de Luciano y lo aleja, sus pies regresan a su utilidad de sostenerla. Del bolsillo trasero de su pantalón saca la fotografía y se la enseña.

— ¿Una foto desnuda? Eso es otro lado de confianza que me encanta, muñeca.

Él sonrió pero ella no lo hizo, suelta un suspiro y desdobla el papel. Recuerda ese día como si fuera ayer, definitivamente marcaría ese día como el mejor de toda su vida, exceptuando, cuándo Dhalia se entregó a él. Gira el papel y observa las letras de atrás.

— Que ridiculez. —murmura alzando los ojos del papel para observar los únicos ojos grises que le encantaban. Y vaya que no había mentido en eso, desde siempre le gustaron esos ojos grises y frívolos, incluso cuando era una mojigata que fingía no sentir atracción por él. — No estoy para los asuntos de adolescentes.

Dhalia le arrebata el papel y lo guarda en sus bolsillos traseros, estaba más que claro que iba a arreglar ese problemilla con su maldita prima, pero las dudas eran...

¿Él decía la verdad y esto era solo una bobería de esa adulta no madura?
¿La Prueba había salido positiva para ser de Luciano?
¿Andriette estaba del lado de Dhalia o estaba jugando a ser otro bando?

¿Él decía la verdad y esto era solo una bobería de esa adulta no madura? ¿La Prueba había salido positiva para ser de Luciano? ¿Andriette estaba del lado de Dhalia o estaba jugando a ser otro bando?

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La Reina Negra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora