CAPITULO 49.

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Andriette Ivanova

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Andriette Ivanova.
Hija de Aneka Ivanova.
Bióloga de la Mafia Negra.

La avioneta se despliega dejando a Veliko atrás abriéndole paso a las nubes y al pequeño sol que comienza a mirarse. La princesa se acomoda en mis brazos jugando con el peluche de sirena que tiene y al que obliga a mirar por la ventana pegándole la cabeza con fuerza del vidrio. Tengo un maletín preparado para los síntomas de Alana, aunque se ve muy entretenida observando por la ventana.

— Mira, titi, el mar. —señala hacia la ventana.

— ¿Te gusta mucho el mar? —le pregunto con la finalidad de entretenerla un poco. El viaje será largo y lo menos que quiero es tener que obligarla a algo.

— Sip. —asiente. — Mi mami dice que nuestro amor es más grande que la fosa de las marianas.

Me sorprende que diga el nombre perfecto. Aunque no esperaba menos de la hija de La Reina Negra, sus ojos azules miran el mar y es algo que siempre me ha llamado la atención, la manera en la que son diferentes y que una pupila este más dilatada que la otra, dándole ese aire extraño y misterioso que te obliga a seguir mirándola.

— No me fío de esa dirección que dió Matteo Adams. —la voz arrastrada de mi madre me hace despegar mis ojos de los de ella. Los ojos grises de mi progenitora me miran de arriba a abajo con el ceño fruncido. Se lleva el vaso de whisky a los labios pero lo aleja para volver a hablar. — Malditos Adams, son unos imbéciles, él y toda su descendencia.

Adriel parece tenso con la mención del líder de la pirámide y más cuando mi madre sigue dando datos de la mujer que tiene y de los trillizos que nacieron.

— ¿Quién en su sano juicio ayudaría a ese maldito parto? —mi madre niega con la cabeza y el que Adriel agache la cabeza me deja en claro quien fue.

Por lo que recuerdo, Adriel y Matteo son amigos desde que eran relativamente pequeños, aunque mi primo era más cercano al adoptivo que al sucesor.

— ¡Las malas palabras! —Alana parece enojada cuando se gira a ver a mi madre.

— Vete acostumbrando pequeña, porque eres una... ¿Qué eres?

Le deja la respuesta a la pequeña niña, que no tarda en enderezar la espalda y sonreír con orgullo. Mi familia se prepara para lo que vaya a responder, pero la respuesta nos deja con el ojo temblando de estrés.

— Una Di Marco.

Cada mujer de apellido Ivanova se infartaria con esa respuesta y que la niña muestre tan poca devoción a su apellido. Ninguna lo pasamos por alto e incluso tengo la idea de apartarla de mis brazos, pero es una niña que claramente se dedicaron a lavarle el cerebro y mi prima nos lo advirtió. Alana sigue orgullosa de su respuesta aunque duda al ver las caras desencajadas de todos, Adriel intenta interferir pero Bozhidara levanta su mano de perfecta manicure dónde tiene una taza y si, al menos querías decir algo, se te borra de la cabeza.

La Reina Negra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora