21. Es bueno ser rey

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    Esa noche Asha, Eli y Valentino se quedaron en la playa. Antes de dormirse el chico y el cabrito estuvieron divirtiéndose con las olas del mar. El movimiento que éstas tenían le causaban muchas ganas de meter sus pies y manos en el agua. Valentino por su parte, le divertía darse unos buenos chapuzones.
Se estaba haciendo tarde, la brisa marina sopló sobre sus rostros y los grillos comenzaron a emitir su sonido característico. La princesa había encontrado tres atunes a la orilla del mar. La cena estaba lista.
Al terminarse el atún, (que por cierto Valentino detestó), él y Eli le pidieron a Asha tal cual lo harían dos niños pequeños que les contara una historia antes de dormir.
—Ya es muy tarde, necesitan dormir.— dijo de golpe. Aún no podía procesar lo que acaba de pasar con sus demás amigos. Eran emociones encontradas porque de un lado estaba desesperada que nadie le creyera y del otro lado, culpable por haber sido tan mala con ellos.
—Ándale Asha tú sabes muchas historias.— dijo su amigo peludo tratando de animarla.
—Todavía falta recuperar los deseos y tenemos que andar con precaución.
—Por favor Asha o haré que mi cabello brille tanto que no te dejará dormir.— añadió Eli.
—Ayy está bien. Ustedes ganan...Les voy a contar la historia de la chica que amaba el oceáno y que se embarcó en una misión más allá del arrecife para recuperar el corazón de la Isla Madre, Tefiti. También hay un semidiós en esta historia, uno del viento y el mar.

        Ambos se sentaron aún lado de la costa para escuchar a Asha, quien fue
interrumpida múltiples veces por Valentino. Hacía comentarios muy elocuentes. En cuanto a Eli, él se estaba relajando cada vez más.
Cuando finalmente los tres se quedaron dormidos, apareció Simón entre las sombras, acompañado de los mismísimos reyes Magnífico y Amaya.
—Eres nuestro estrellita— murmuró él con una voz maligna.
—Gracias Simón, puedes irte ahora. En poco tiempo tendrás tu deseo concedido.— dijo ella.
El joven no supo exactamente qué responder, por lo que le bastó con una reverencia y luego se fue corriendo consciente de sus actos.
Entonces la reina procedió a realizar un hechizo para que tanto su hija como su "mascota", no notaran absolutamente nada de lo que estaba pasando. —Le agregué un toque de parálisis del sueño por la mañana.
—Excelente mi amor.
Magnífico sacó su cetro que había obtenido del libro malévolo. Comenzó a moverlo de lado a lado y luego en elipsis. Con eso logró levantar al chico estrella de la arena. Se quedó unos segundos apreciándose a sí mismo en el pequeño espejo que poseía el artefacto.

    —Espejito, espejito. ¿Quién es el más guapo de todos?—decía posando.—Amaya ¿quién es el rey más apuesto de todos?
—Tú lo eres mi rey— dijo mientras estaba amarrando a Eli con una cuerda para no perderlo.
—Tienes razón, soy un rey muy apuesto.— Esto solo le subía el ego a Magnífico.
Ella se cruzó de brazos y volteó su cabeza indignada hacia otro lado.
—Y usted reina mía es la más hermosa de todas— dijo mientras tomaba su barbilla con la mano dirigiéndola hacia él.

La pareja real se dirigió al castillo, específicamente al calabozo, donde lo encerraron y encadenaron. Dentro de la celda había un pestilente olor a drenaje y humedad. De repente Eli despertó tosiendo por la alergia que estas condiciones le provocaban.
—¿Qué? ¿Dónde estoy? — estaba desorientado y le dolía la cabeza. —¿Asha?
En la pared había un grabado del rey, quién de repente apareció de la manera más grotesca posible.
—Ohhh, nos conocemos...Eli, ¿cierto?— tenía poderes de clarividencia. Le tomó menos de un minuto utilizar su tercer ojo para inferir el nombre.
—¿Quién es usted? ¿Qué quiere de mí? — respondió con un tono retador.
—¿¡Dónde están mis modales!? Soy el rey Magnífico. El mayor y más poderoso hechicero de todos los tiempos. Ahora, estoy planeando algo y necesito de tus poderes.
—Si es el hechicero más poderoso de todos los tiempos, ¿por qué necesita de mi?
Frunció el ceño, eso no se lo esperaba. Irritado le dijo—¿Qué acaso de dónde vienes no te han enseñado a respetar a tus mayores, estrella inútil? Si sigues así juro que voy a hacerte añicos. Y más vale que estés temiendo por tu vida...¡el miedo siempre funciona!

Wish: La historia jamás contada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora