24. La hazaña de Amaya

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    Los oscuros estaban ganándoles en cantidad, y no solo eso, sino que los aldeanos (anteriormente hechizados por la pareja real) ahora estaban siendo doblemente hechizados por los oscuros.

    Mientras tanto, Asha movió su varita para liberar a sus amigos. Utilizó el conjuro más poderoso que alguna vez le enseñó Eli combinado con la técnica que había aprendido de niña.
Era una magia muy potente, suficiente para liberar a las estrellas y a sus amigos de los brazos brumosos de esos temibles oscuros.

    Una vez libres, se unieron a la batalla. Estella, la reina superior, desprendía enormes y fulgurantes rayos de luz y los dirigía directamente a los rostros de los oscuros. Deneb, MarieBelle, Aurora y Nashira desprendieron también su poder luminoso. Cada estrella poseía un tono de luz distinto. El de Estella era oro rosa, el de su esposo era azul celeste y el de sus hermanas blanco, violeta y anaranjado respectivamente. Con respecto a Eli, su tono era el dorado.

Pronto se le sumaron las pequeñas estrellitas Antares, Ezra, Eliam, Arath, Giennah y Meissa. Estaban determinados a defender a su hermano mayor de cualquier peligro. Y también se habían encariñado un poquito con Asha.
Las pequeñas bolas de energía aún eran muy débiles para pelear por su cuenta, por lo que juntaron sus esfuerzos para crear un conjunto masivo de energía que deterioraba a varios oscuros a la vez.
—¡Que estrellas tan listas! — exclamó Eli orgulloso mientras golpeaba y noqueaba a los malos.
—¡Tú nos inspiras Eli!— respondieron Ezra y Eliam.
—Aww— esquivó el disparo de otro enemigo.

Estaba dando resultado: Quedaban pocos oscuros y cada vez había menos gente poseída.
—¡Tomen esa bandidos! ¿¡Cómo les quedó el ojo!? — presumió Gabo.
—¡Ja! No les tenemos miedo. No se vuelvan a meter con Rosas — amenazó Asha.

—Bien, solo falta liberar a mi padre de ese cetro y listo. Estaremos riéndonos de esto la próxima semana...murmuró a sus amigos y a Eli.
—Ehmmm Asha, yo difiero un poco...— contestó el chico estrella poniendo la mano sobre la barbilla de ella y moviéndola para que notara que los oscuros tenían la capacidad de regenerarse. Y lo peor de todo es que estaban saqueando la Bóveda de los Deseos. Se alimentaban de la parte más pura de las personas: sus almas y sus deseos. Todo peligraba.

—Nos están ganando. Son demasiados. Necesitamos refuerzos...más estrellas— dijo con osadía.
—Yo puedo ayudarte linda— intervino Estella.
—¡Es cierto!— dijo Eli. —Podemos llamar a todas las estrellas de la Vía Láctea y pedirles que nos ayuden.
—¡Es una gran idea!— dijo ella.
—Moveré influencias y las convenceré de hacerlo. Si gustas puedes acompañarme hijo, sería un acto diplomático como príncipe de la galaxia.
Al oír las palabras de su madre el muchacho suspiró y luego sonrió.— Ma, no esta vez. Me quedaré a ayudar a Asha a liberar su deseo y los de su pueblo.
—¿Estás seguro?— la señora no parecía molesta, más bien estaba sorprendida. Su hijo tendría que estar muy enamorado para quedarse en el campo de batalla solo para ayudar a su amada.
—Totalmente.
—Está bien, solo ten cuidado.
—Lo tendré.— sonrió.

Fue así que Estella, acompañada de su esposo subieron de nuevo al cielo para solicitarle su apoyo a todos los habitantes de la galaxia.
—Habitantes de la Vía Láctea: Hoy el deber nos llama a luchar una batalla entre la luz y la oscuridad. Nuestro enemigo más temido está acabando con la vida de un planeta que si bien no pertenecemos a él, pertenece a nuestra galaxia. Es nuestra responsabilidad proteger al planeta Tierra de los malvados oscuros. Mi hijo, el príncipe Eli está dando su vida para salvarlo y creo que si todos trabajamos en conjunto podremos derrotarlos. ¡Estrellas unidas jamás serán vencidas! Hoy lucharemos por la justicia, fraternidad y la libertad y no vamos a caer...¡hoy no!

    Después de escuchar el gran discurso de su líder, todas las estrellas de la galaxia descendieron directamente a la Tierra para unirse a la batalla.


    Mientras tanto, Asha puso un hechizo sobre sí misma temporalmente para poder volar junto a Eli con el objetivo de apresurase a liberar los deseos. Ella sacó un pequeño bolso que a simple vista cualquiera diría que no le cabe gran cosa. Sin embargo, si se mira más a fondo se puede distinguir que es un compartimento muy grande y extremadamente profundo. Así que guardaron todos los deseos dentro.
—Y bien, te prometí que te ayudaría a liberar los deseos de tu pueblo.
Asha lo miró a los ojos y esbozó una sonrisa. —Gracias Eli. Esto significa mucho para mi... Solo tengo una pregunta rápida y digo rápida porque allá fuera hay un montón de villanos destructores pero necesito saberlo.
—Pregúntame lo que sea— respondió suavemente.
—¿Por qué haces esto? Arriesgar tu vida para no solo liberar deseos sino para salvar a todo mi reino entero y es un lugar que ni siquiera conoces bien de un planeta semi-nuevo para ti o por qué me has apoyado tanto a mi...
Él se acercó y acarició su rostro. —Porque te amo Asha.

    Estaban flotando hasta la cima de la bóveda, pero esta vez la princesa no tenía miedo a las alturas. Al contrario, se sentía segura. Su mente y cuerpo estaban fuera de sí al escuchar tan simples pero bellas palabras salir de la boca de Eli. "Te amo" una frase tan corta pero tan significativa en la vida de todos.
Unas cuantas lágrimas brotaron de sus ojos y enseguida contestó. —Yo también te amo Eli.
Se quedaron al milímetro el uno del otro, simplemente disfrutando de su compañía y escuchando sus respiraciones sincronizarse. Hasta que el chico rompió el silencio.
—Entonces...—carraspeó. —¿Me darías el honor de ser tu novio?

    El corazón de ella latió rápidamente y antes de poderle contestar arribaron los oscuros. Mal momento para que ellos también supieran volar.
—¡Corre! — dijeron Asha y Eli al unísono.
Mientras eran perseguidos por seis oscuros a toda velocidad, la joven dijo: —¿¡Este es un mal momento para decirte que sí!?
Eli emocionado respondió —¡No, no es un mal momento!
Estaba muy feliz pero el temor de volar por su vida mantenía la adrenalina en su cuerpo.

El chico utilizó un encantamiento duplicador el cual confundió a los enemigos con los clones falsos de ellos. Solo así pudieron escapar.
—Hay que buscar a mis padres, hay un asunto que resolver.
—Liberar a Magnífico...
—...Y destruir el cetro.
Seguían completando las frases del otro. Ahora eran oficialmente una pareja.

No obstante no fue tan fácil como lo imaginaron. Los oscuros tenían el cetro con Magnífico dentro. Gabo, Safi, Dario, Dahlia, Bazeema, Eli, Valentino, Asha y Amaya les dieron una fuerte paliza para que lo soltaran.
Ágilmente Amaya les arrebató el cetro, movió sus manos para congelarlos y cuando ya no habían enemigos a la redonda se hincó con él.

Asha estaba muy preocupada por su padre, tenía miedo de que algo malo le sucediera. Si bien su relación no iba muy bien en los últimos, meses ella sí lo amaba y le guardaba respeto. Y más ahora que se había enterado que realmente las cosas le jugaron en su contra.

Por otro lado, Amaya lo miró desde el vidrio del espejo. El rey Magnífico, atrapado en la prisión se acercó al ver que su esposa lo estaba mirando. Él se había hecho muy diminuto y ella ahora le parecía una gigante.

Tratando de mantener la compostura ella dijo —Encontré una manera de sacarte de aquí. Pero hay un precio a pagar.
—¿Cuál es? — respondió intrigado.
—Tendría que tomar tu lugar.
—Entonces no. — dijo gélidamente.
La reina insistió—Mi rey...Rosas está en peligro. Te necesitamos...tu hija te necesita.
—Dije que no, Amaya.
—Eres el hechicero más poderoso. Solo tú tienes el poder de derrotar a esta amenaza y salvar a nuestro reino. Nada importa más que Rosas.
—Tú vales más. — quería convencerla de que no era necesario hacer tal sacrificio. La vida de Amaya era su prioridad...incluso antes que la suya.
—Te amo...pero no. Tu hija y el reino te necesitan.

Después de decir esto (de una manera dramatizada por cierto) la reina realizó un encantamiento el cual le permitió liberar a su esposo mientras que ella tomaría su lugar. Por su parte el rey no paró de protestar. "¡Amaya no! ¡No hagas esto eres muy valiosa, ya buscaremos la manera juntos! ¡Te necesito a mi lado! ¡Te amo, por favor no!"

Demasiado tarde, ahora la reina estaba atrapada en la gélida prisión del espejo en el cetro.

Wish: La historia jamás contada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora