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LOS 66 JUEGOS DEL HAMBRE
"La cosecha de tributos"

thallasa's perspective


Este día cuando me desperté en la cama de mi propia habitación, tras haberme pasado el resto de la semana en la casa de aquel chico que conocí esa noche en la playa. Quién resultó ser el joven de quince años ahora, Finnick Odair, el vencedor de los 65 Juegos del Hambre con 14 y fue el más joven de la historia en conseguirlo. Fue unos especialmente difíciles de ver, con ese final que me recordaba al que tuvieron mis hermanos. Luchando hasta la muerte en los Juegos del Hambre que les tocó juntos, esos que cambió por completo a mi familia y trastorno a mis padres. Este fue algo de lo mismo, esa chica a la que vimos como Finnick protegió durante todos los Juegos, lo traicionó la primera que bajo un poquito la guardia. Menos mal que él la mató antes de que pudiera matarlo a él. Pude ver el dolor de la traición en sus ojos.

Mire tras la venta, era un día despejado como pocos en esta época de lluvia del año. Pero me levanté a regañadientes, ya que recordaba bien que era el día de la Cosecha de los 24 tributos de los diferentes distritos. Todos debíamos estar en la plaza donde nos escogía esa persona del Capitolio que venía.

—¡Thallasa date prisa, que nos tenemos que ir ya a la Plaza!—escuché a mi madre gritar desde la planta baja, me apresuré a arreglar mi vestido y me puse los primeros pendientes que cogí. Unos que me regaló mi hermano mayor, Erik Calder, con mucho amor.—¡Vamos Thallasa!

—¡Ya voy!—grite mientras bajaba.

Solo para ser recibida por esa mirada fría mezclada con culpa y miedo de que me pudieran seleccionar como tributo, a veces hubiera querido que lo hicieran. Le reste importancia a esta rutina y empezamos a caminar hasta la Plaza, que no quedaba lejos de nuestra casa. La cual era una muy cerca de la Aldea de los Vencedores, un recuerdo permanente del Capitolio por el "error" que cometieron mis hermanos mayores al matarse el uno al otro al mismo tiempo contra todo pronóstico.

Pronto llegamos al lugar de registro, donde nos separaron a mi madre y a mí de mi padre. Llego mi turno y el agente de la paz pinchó mi dedo, salió algo de sangre y dejó que cayera en un hoja de inscripción. Y grito "Siguiente". Caminé hasta mi lugar entre fila de las mujeres. Mientras esperaba a que el registro se acabara, miré mis alrededores y no sé porque pero pensé en él. Finnick Odair, ¿cómo se habría sentido él antes de que lo escogieran como tributo? No es como si me fueran a elegir, o eso pensé yo. Todos terminó bastante rápido y esa chica del Capitolio salió del edificio y se acercó al micrófono, en medio de los dos botes con nuestros nombres.

—Bienvenidos a todos, mientras celebramos el aniversario número 66 de los Juegos del Hambre.—dijo mientras nos miraba al público.—Como siempre, las damas primero.—se acercó al bote de mi derecha y tomó un papel tras estar revolviendo un poco.—La tributo femenina del Distrito 4 es...Thallasa Calder.

Pude sentir como todos se giraban en verme, mientras murmuraban entre ellos y yo sabía perfectamente porqué, por mis hermanos, deben de ser una memoria muy fresca por lo impactante que fueron sus Juegos del Hambre. Mantuve una expresión tranquila, mientras caminaba al escenario con todas las miradas sobre mí. Luego también escogieron al tributo masculino, Teo Rocketf, un niño de trece años de edad. Como en cada Juego, nos daban algunos minutos antes para despedirnos de nuestros seres queridos. Sin embargo, mis padres se mantuvieron en un silencio abrumador, como si esto ya lo hubieran vivido.

—Ten cuidado Thallasa.—me dijo finalmente mi padre antes de que los agentes de la paz me guiaran al tren, que se dirigía al Capitolio.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora