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LOS 74 JUEGOS DEL HAMBRE
"Lo que debió de ser"

everyone's perspective



Los tres vencedores—Thallasa, Finnick y Haymitch—miraban atentamente las acciones de los dos últimos tributos de pie, contra todo pronóstico, eran aquellos dos del Distrito 12. Simplemente fue pura suerte que eso ocurriera y aunque solo uno de ellos sobreviviera, el otro estaría condenado a una vida de esclavitud bajo el mando del Presidente Snow debido a que ambos eran jóvenes y considerados deseables a ojos del Capitolio. La pantalla mostraba la escena en la que ambos enamorados se miraban a los ojos tras darse cuenta de que eran los únicos restantes ahí en aquella Arena de sus pesadillas. "No te voy a matar Katniss, tú tienes más gente esperándote a que vuelvas al Distrito 12." dijo Peeta, ofreciéndole una daga. "Yo tampoco, aunque sea poca gente, tus padres esperan por tu regreso." dijo Katniss. Fueron unos minutos de silencio, Thallasa tuvo un flashback a su pasado. De su yo de siete años, viendo esta misma escena en televisión hace ochos años, pero los tributos eran sus dos hermanos mayores. Y todos sabemos cómo acabó eso.

—¿Qué está haciendo?—preguntó al ver cómo Katniss sacaba una bayas azules. Ella se acordó de verla recogerlos cuando estaban en el bosque.

"Si uno muere, prefiero que ambos muramos. Toma estas bayas." dijo Katniss dándole unas pocas a Peeta, ambos se miraron a los ojos como si fueran las últimas personas en la Tierra. Así era como Thallasa y Finnick se miraban diariamente, pero ninguno de los dos se creía este acto de un supuesto amor, sabían que se notaba a kilómetros que era por conveniencia en los Juegos del Hambre. Y que no harían en serio eso. "Me alegro de haberte conocido Katniss, ojalá hubieran sido bajo otras circunstancias." dijo Peeta. "Igualmente Peeta." dijo Katniss. Esos dos tributos tenían toda la intención de comerse las bayas y quitarse ahí mismo la vida—para dejar de nuevo sin vencedor en estos Juegos del Hambre, tal como sucedió por primer y última vez en los 58 Juegos del Hambre.
De repente el Vigilante en Jefe de los Juegos—Seneca Crane—habló en un tono apresurado en el megáfono. "¡Esperad! Parad ahora mismo." ordenó más con nerviosismo. Y dijo lo que cambiaría los Juegos del Hambre. "¡Démosle las felicitaciones a los dos vencedores de los 74 Juegos del Hambre! ¡Peeta Mellark y Katniss Everdeen del Distrito 12."

—¿Qué mierda ha sido eso?—espato Thallasa en un tono molesto, y tenía razón para estarlo ella. Que se le permitiera a estos dos vivir, sin obligarlos a matarse, le parecía injusto a Thallasa. Quién perdió a ambos hermanos a la vez debido a la misma situación, aunque esa fue extrema. Ya que se estipuló que o ambos morían o solo uno moría. Debería de haberse aplicado las mismas normas a esta situación.

—Thallasa...

—Nos vamos, fue un placer verte Haymitch.—dijo Thallasa en un claro tono de descontento por la situación que tan alegre podría aparecer, pero para ella no lo era exactamente.—¿Vienes o no, Finnick?

—Vamos, ya nos vemos Haymitch.

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finnick's perspective


Durante todo el trayecto del tren de vuelta al Distrito 4, ella parecía muy fuera de sí por el final que resultó estos 74 Juegos del Hambre. Enfadada por la excepción, enfada con el mundo de que sus hermanos mayores murieron por esto, que no se le aplicaron las mismas normas y por eso ya no tenía a sus padres y hermanos sobre la faz de esta Tierra. Thallasa tenía razón para estar enfadada, ya que sabía que se le pasaría rápido en cuanto pudiera dejar de lado esas diferencias. La conocía, ella era una persona que no podría estar enfadada durante mucho tiempo, no estaba en su naturaleza amable.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora