𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑

11

Obsesión

thallasa's perspective

Cómo predije, Chris y Katleen, a pesar de aparentar muy prometedores. Murieron en cuanto tomaron unas bayas, las cuales al principio no parecían ser venenosas pero resultaron serlo. Sabía que era por la 'ofensa' que le cause a la Familia Snow, al negar casarme con el adorado nieto del Presidente, William Snow. Lo que no entendía en primer lugar era, ¿por qué yo? Una chica del Distrito 4, ni siquiera del Capitolio y tampoco tenía mucho que ofrecerles. Si lo único que les importaba era el estatus y riqueza de la gente. Además de que ellos prácticamente mataron a mis dos hermanos, Thalia y Erik, y eso desembocó en la muerte de mis padres. Ni en mis peores sueños me casaría o estaría cerca de un Snow por propia voluntad. Y estaba comprometida con Finnick, él era el hombre que estuvo para mí en mis peores momentos y días.
Eso me lo demostró anoche.

Flashback

Justo me había ido a dormir ese día tras ver como morían Chris y Katleen ahogados por comer un par de bayas silvestres. No estaba ni triste o feliz si quería por sus muertes, como sabía que era mi culpa completamente. Cualquiera de ellos dos podría haber ganado perfectamente estos Juegos del Hambre y convertirse en una de las joyas del Capitolio, como lo hice yo o Finnick. Ambos fueron robados de aquel destino de 'gloria' por mis decisiones egoístas y ofensa a la familia más importante e influyente de todo Panem—El Clan Snow, la familia presidencial.—, ciertamente tenían los medios y el físico, pero el destino era cruel con aquellos que morían y vivían.

Últimamente, no dormía bien por las pesadillas que estaba teniendo. Recuerdos de mis juegos que habría preferido esconder y no volver a encontrar en mi vida. Mi mente no paraba de ponerme la misma imagen del cuerpo sin vida de Adrian o lo que sucedió antes de que cayera en coma. Adrian teniendo una herida mortal en su cuerpo, los tributos de carrera dejándolo desangrarse lentamente en este clima, asegurándole la muerte básicamente. Yo estaban más que sorprendida de encontrármelo así, pensando en todo momento, "¿Y si hubiera estado ahí con Adrian cuando los otros habían venido? ¿Habríamos sobrevivido a los Juegos igualmente? ¿Habría resultado como vencedora?" esas eran las cuestiones que ocupaban mi tiempo de sueño.

—¿Por qué estas despierta aún?—preguntó Finnick medio adormilado.—Es medianoche.

—Lo sé, desde que acabaron mis juegos, no he sido capaz de dormir.—confesé aún pesando en Adrian, dirigí mi mirada a la ventana. El cielo era despejado en el Capitolio, podías ver estrellas en el cielo, pero la luna era tapada por los edificios lujosos y altos. Era una pena.—Aún tengo secuelas, pesadillas podemos llamarlas. Sé que ha pasado un año, debería de superarlo, pero...

—No es verdad, nadie te puede decir cuando superas un trauma, créeme, que lo sé de primera mano, ¿o acaso crees que yo tampoco tengo pesadillas?—ahí caí en cuenta de que no era la única así.—Aunque ya no son tan frecuentes desde que estoy contigo, eres mi salvación, Thallasa.

Mire a sus ojos azules que tanta calma me proporcionaban, "Él es el hombre indicado para mí, nunca pensé que te encontraría bajo estas circunstancias." pensé mientras me volvía a intentar a dormir. Rodeada de sus brazos y escondidas en su pecho. Mañana nos despertaríamos pronto, ya que esa noche sería—aunque no lo supiera de momento.—la Celebración del Vencedor en el que encontré a mi verdadero grupo de apoyo y amigos.

/•••/

A la mañana siguiente, nos despertamos bastante temprano. Teniendo la intención de ver el amanecer en la parte más alta del edificio en el que nos estábamos quedando. No era una vista comparable a la playa del Distrito 4, pero algo era algo y compartir este tipo de momentos con Finnick me daba la vida. Él era la única persona con la que me permitía ser vulnerable, ser yo misma sin presiones o actos. Me vio a través de lo peor de mí antes, durante y tras los 66 Juegos del Hambre, algo que cambió mi vida. Finalmente podría saber cómo se sintieron Thalia y Erik en sus últimos momentos, él no querer separarse de tu compañero o luchar para sobrevivir porque tenías a alguien muy importante esperando a que ganaras y volvieras al Distrito.