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El mundo bipolar

thallasa's perspective

Ni siquiera yo misma podría haber estado preparada a lo que me enfrentaría en este Tercer Vasallaje, ya que tampoco era algo que la gente usualmente tuviera que luchar contra. Ese 'algo' fue yo misma. William Snow no bromeaba con que estos Juegos del Hambre serían del todo especiales y nos llevarían a cada uno de los vencedores al límite humano que tuviéramos, ese límite que nos separaba de nuestro instinto primordial animal y de supervivencia. Una pena que yo ya lo había cruzado hace tiempo.

Mientras mi cabeza estaba a punto de explotar, me encontraba discutiendo con Finnick. Lo que, aunque pareciera extraño, no me resultaba nada fuera de lo normal. Al menos los gritos. Pero siendo sinceros, tampoco le estaba escuchando muy bien que digamos. "Te lo juro por dios que me han drogado o algo antes cuando me dieron ese alucinógeno. Mi cabeza va a explotar." pensé no teniendo en cuenta mi alrededor. Y solo hice lo que mi cuerpo me mandaba: vomite lo que sea que hubiera cenado antes sobre la arena.

—¿Thallasa estás bien?

—Solo me siento mareada, estoy empezando a pensar que el alucinógeno ese tenía un efecto secundario o algo. No me encuentro nada bien.—no pude decir nada más, ya que vomite de nuevo. Ante el silencio de la noche, nosotros estábamos haciendo mucho ruido.—Joder.

—Quizás sea una intoxicación o algo.

A la vez que Finnick me ayudaba a recostarte contra uno de los árboles, los que estaban más cerca nuestro ya se habían despertado por el ruido provocado.

—¿Sucedió algo Finnick? Empecé a escuchar gritos y ruidos raros.—dijo una Katniss aún somnolienta y me vio bajo el árbol.—Tienes la cara muy pálida Thallasa, ¿necesitas alguna o algo?

—Un poco de agua no estaría de más.

—Iré a por un poco.

—¿Qué sucedió?—preguntó esta vez Peeta mirándome con pena o algo similar.

—Parece que el alucinógeno que le drogaron tendría efectos secundarios y había comenzado a vomitar en medio de la discusión.—respondió con calma Finnick, yo ya sabía que encontraría la manera de retomar el tema, una vez que tuviéramos la oportunidad.

—Espero que no sea nada grave.

—Eso esperemos.—dije.

Minutos después de intercambiar un par de palabras, Katniss había vuelto con agua acurrucada en una hoja. Agua que me bebí de un trago. Cosa que no me sorprendía, ya que ni me di cuenta de que estaba tan sedienta. Al yo ver que Finnick no tenía buen estado o más bien, tenía las ojeras más negras que había visto en mi vida. Le dije que se fuera a dormir, también insistí con Katniss y Peeta, pero Katniss se rehusó a irse a dormir a a sabiendas que estaba aquí mala. Por lo que los chicos se fueron a dormir con los demás, mientras que Katniss y yo nos mantuvimos algo alejadas del resto. Para que en el caso que vomitara de nuevo, no fuera a despertar a todos.

—¿Te sientes ya mejor?

—Mucho mejor.

—Antes Finnick mencionó una discusión, ¿ha pasado algo muy importante?—me preguntó Katniss pero no sabía qué responderle. "¿Qué le voy a contar sobre el divorcio o que he vendido sus vidas para salvarme a mí y a Finnick a sabiendas del Plan de Plutarch?" pensé pero opté por la primera opción.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora