"Misericordia, paz y justicia... Cuídanos y protégenos...
nos envían a la batalla que ha nacido, cubiertos en nuestra sangre noble..."
Suspiró con cansancio cuando se miró al espejo. Hizo una mueca de disgusto y giró su cuerpo para verse desde otro ángulo, sus ojos fijos en un solo punto: sus piernas.
El pantalón y las botas cubrirán pronto el desastre horroroso que eran esas vendas que envolvían su pantorrilla y que llegaban hasta sus tobillos. Pero esa imagen seguiría en su mente hasta que se acostara a dormir por la madrugada; el insomnio comenzaba a atacarlo también, las pesadillas lo atormentaban por las noches y el cansancio se acumulaba más y más.
Estaba jodido, lo admitía.
— ¡Kim Seokjin!
Cerró los ojos por instinto cuando la voz resonó desde el pasillo. La puerta fue abierta de forma brusca y él solo reaccionó cuando ya tenía el rostro enfadado de la mujer frente suyo. La observó en silencio mientras ella gritaba y lo mecía de un lado a otro con ganas de causarle más dolor.
— ¿Me estás escuchando, maldito inútil?
— Sí, noona. — respondió entre dientes con una pequeña sonrisa fingida.
Son Qian lo soltó y lo barrió con la mirada. — Mírate. ¿Te gusta perder el tiempo? El Rey nos necesita, te estuve buscando para que fueras a preparar su maldita medicina porque todo este lugar está hecho un caos y no te encontré.
— Es la coronación del príncipe. — le recordó — Todos están ocupados, es normal.
— Todos menos nosotros. Tú le perteneces al Rey, Kim. No lo olvides nunca. Deberías estar agradecido de seguir con vida luego de traicionar al Rey de esa forma.
— ¿No querer acostarme con él es traicionarlo?
— No cumplir con una orden directa de tu Rey es traición en cualquier parte, Kim. Creí que lo tenías claro. ¿Debería repetir tu castigo? El Rey esperó pacientemente a que fueras a rogar perdón, pero tú eres orgulloso y preferiste joderte la vida.
El tono usado por la omega de empalagoso aroma hizo a Seokjin desviar la mirada, sintiendo las ganas de llorar aparecer.
Cuando era niño, su madre le dijo que su cuerpo era lo más preciado que tendría en su vida al presentarse como omega. Debía cuidarlo, respetarlo, no dejar que fuera manchado porque eso limitaría sus posibilidades para tener una vida digna, la gente lo juzgaría si no era un cuerpo sin cicatrices. Un cuerpo puro era lo que buscaban de un omega.
Por eso se escandalizó cuando el príncipe lo había traído al Palacio. Pensó que lo habían vendido o lo iban a vender como un prostituto, que sería usado como un trozo de carne sin sentimientos para luego ser desechado como basura. No sucedió en ese momento. Luego pasó, con el Rey. Lo evitó hasta colmar la paciencia de Min Yoonsuk. Ahora su cuerpo tenía cicatrices, estaba manchado. No había sido tocado por otra persona pero las marcas del látigo en sus piernas no desaparecerían pronto.
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❝FORGET❞ [Vhope] [Namjin]
Fiksi PenggemarKim Taehyung, Rey y alfa líder de Kusan. Jung Hoseok, un omega con pasado tormentoso, sargento del Reino de Seúl. Kim Namjoon, General del Reino de Seúl. Alfa ejemplar. Kim Seokjin, un omega que huye de su pasado. "Las mentiras más crueles son dich...