Gracias

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—¡Esteban! ¡Ya está la comida!

—¡Ya voy! —respondo desde mi habitación

Empiezo a despedirme de Iván por el chat.

"Amor, iré a cenar. Creo que también hablaré con mis papás, deseame suerte"

"Mucha suerte amor, te veo mañana, descansa y buenas noches"

"Buenas noches mi amor"

Bajo las escaleras y me dirijo al comedor. Los tres nos sentamos, no puedo dejar de esquivar la mirada de mamá, es como si quisiera meterse en mi cerebro. Durante toda la cena no puedo hablar, nadie lo hace, sólo hay ese ruido incesante de los cubiertos chocando con los platos.

—Ya terminé, gracias —digo tratando de huir

—Esteban, siéntate —mamá me detiene

—Tu mamá está preocupada, dice que desde ayer estás extraño ¿todo bien en la escuela?

—Sí —respondo a papá

—¿Hay algo que te preocupe?

—No papá —miento

—Hijo, dinos que está ocurriendo, desde hace algunos días cambió tu manera de ser, antes llegabas y me hablabas de lo que hacías en la escuela, jugabas con el Xbox y después ya no hablas, en la cena y en la comida sólo ves el plato y desde ayer... No sé que está pasándote, por favor, confía en nosotros

—Es que...

—Anda amor, dinos lo que está pasando, nosotros vamos a ayudarte

—Bueno... Desde la semana pasada me fijé en una persona —no los miro, mantengo la mirada baja —Y hace unos días... Estamos juntos

—Te dije que era una chica, Ali, no hay de que preocuparse, mi hijo está aprendiendo a ser un hombre

—Papá —le miro fijamente —No es... No es una chica

Mi papá arroja con brusquedad la servilleta al suelo, se levanta de igual modo y sube las escaleras para ir a su habitación.

Vuelvo la mirada a mamá y la veo sonreír con amor para mí. Mamá es hermosa, tiene una mirada profunda y brillante, su cabello es ondulado, largo y de color café claro. Su piel es blanca y se ve hermosa con esa sonrisa que siempre lleva pase lo que pase.

No puedo evitar soltar las lágrimas y sentirme una mierda, tal vez no tenía que sentirme así, pero lo hago porque mi padre, mi héroe, ahora piensa lo peor de mí. Lo consideraba mi héroe desde pequeño, empecé a sentir miedo cuando yo no me sentía cómodo con sus comentarios hacia mí y ahora que ya sabe que soy gay... Creo que estoy muerto para él.

—Ven aquí, amor —mi mamá, me rodea fuertemente con sus brazos y mis sollozos se intensifican —No te preocupes, yo estaré aquí para ti, ve a dormir, mañana hablamos de esto, tenemos mucho por hablar, ahorita hablaré con tu papá, no le voy a permitir que te haga daño

—Perdóname por favor—le pido con lágrimas rodando por toda mi cara

—Escúchame bien, tú no tienes que pedir disculpas ¿entendiste? No tienes la culpa de absolutamente nada... Anda ve a dormir, mañana hay escuela

—Te amo mamá

—Y yo a ti, anda —besa mi mejilla y me voy a mi habitación.

Subo las escaleras y entro a mi recámara, me tiro a la cama para seguir llorando, pero respiro profundamente y trato de recuperarme, trato de mantener la calma pero quien puede hacerme sentir bien, a parte de mamá... Es él.

Sexo[S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora