Prejuicios

575 9 1
                                    

Había ido a ese lugar más veces de las que puedo recordar, lo cierto es que dejé de contar esas veces después de que me perdí en su mirada. La primera vez, no lo tomé en cuenta, debo ser honesto y decir que me pareció un chico insignificante, común y corriente, de esos que puedes encontrar en cada esquina de la ciudad más concurrida del país.

Pero uno de los días siguientes, después de la universidad, pasé para comer algo, cuando entré al lugar, junto a Beca, mi amiga, no pude despegar la mirada, todo lo hacía mejor que los demás, era atento, responsable, con una elegancia de la que nunca podría escapar. Servía a todos los que estábamos en la misma fila, cinco mesas de cuatro personas cada una, más las mesas de la primera sección. Mi amiga se dió cuenta enseguida, no podía ser menos obvio, pero él, era el único que se veía perfecto con ese mandil negro, camisa blanca y esa corbata negra.

-¿Por qué no lo había notado antes?

-No lo sé, pero te duraría más una foto.

-Oh mierda, ahí viene.

-¿Puedo tomar su orden?

-Sí, para mí la hamburguesa especial, con todo y de tomar, una cerveza... Mi amigo quiere ordenar algo que no está en el menú, ¿se podrá hacer algo?

-Beca, cállate, por favor. Lo mismo que ella.

-Enseguida.

Sus pasos lo alejan de nuestra mesa después de anotar nuestros pedidos.

-Eres una tonta, ¿por qué le dijiste eso?

-Tranquilo, iba a decirle que si te daba una fotografía o su número, así que no te quejes.

Beca era una chica de esas con las que no puedes enojarte jamás, la quiero tanto, ella es mi mejor amiga, pero también es como si fuera mi hermana, la chica con la que puedo salir y hacer locuras sin importar la gente. También me ha ayudado con varios chicos y, supongo que hoy no será la excepción. Con Beca jamás había venido aquí, siempre tiene que ir Pablo, su novio, así que siempre me deja venir solo. Hoy, Pablo tuvo exámenes, así que aquí estamos.

-¿Por qué antes no te fijaste él? Es muy apuesto.

-No lo sé, ya van varias veces que me atiende él, no siempre que vengo pero lo ha hecho. Supongo que siempre que vengo estoy distraído.

-Ajá, distraído ¿en qué? No me digas que aún piensas en Mario.

-Lo siento, pero sí... Es que fue un gran chico, sólo que ahora es un imbécil.

-Sí, un enorme imbécil que te engañó con el más ofrecido que un aparato en la barata del viernes negro.

-Como haya sido, no importa pero no puedo sacarlo de mi cabeza y... joder, Beca, me está mirando.

Ella voltea disimuladamente, ambos vemos a ese chico mirando hacia nuestra mesa, sólo unos segundos pasan para que Beca lo compruebe y él voltea para recibir la comida que le han dado.

-Pues te diré una cosa, ese imbécil debe salir de tu mente, mira que tienes una gran oportunidad con este chico.

-Ni siquiera sabemos si él es...

-Aquí tienen, ¿les puedo traer algo más? -su voz suena tan bien.

-Podrás darle una noche...

-Cállate ya, Beca -la interrumpo de golpe y salgo con dirección al baño.

El chico que nos atiende me mira un tanto confundido, mientras que la sonrisa de mi amiga desaparece y reemplazada por un gesto de preocupación.

Sé que debo olvidar el pasado, si me la paso en esa etapa, podría perder muchas oportunidades, pero ese no es el único problema, nunca podría salir con ese chico de allá afuera porque, no es como yo.

Sexo[S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora